Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Bayern de Múnich ha empezado la Euroliga en grandísima forma, por lo que el examen en el flamante SAP Garden era de los grandes… casi tanto como el suspenso del Barça. Los alemanes se han impuesto por 100-78, un marcador final que refleja fielmente lo visto sobre la pista.
El de hoy ha sido uno de esos partidos que ya se veía a venir cómo terminarían. El Bayern iba siempre una o dos marchas por encima y todo marchaba a la perfección en el cuadro local, con la velocidad de Edwards (25 puntos) y Napier, la polivalencia de Voigtmann y los triples de Weiler–Babb (14 puntos con 4 aciertos desde más allá del arco) cayendo cual gota malaya. Aunque si hay que hablar de triples, hay que hablar de Obst (34 puntos). El alemán ha superado el récord histórico de la Euroliga con 11 aciertos, una exhibición nunca antes vista de la que el Barça ha sido la víctima.
30 de sus 33 puntos desde más allá del arco han llegado tras un brillante 10/12 en el tercer cuarto, momento en que el partido ha quedado totalmente finiquitado con el 77-58. Liberado o con oposición, los triples han llegado de todas las formas posibles y solamente el gran partido de Jabari Parker ha permitido al Barça mantener cierta esperanza tras el paso por vestuarios, un espejismo que ha tardado muy poco en disiparse. El primer partido tras la lesión de Metu ha despejado la duda sobre qué hará Peñarroya al respecto, un reciclaje de Parra a la posición de ala-pívot que no ha terminado de funcionar hoy pero que tampoco ha motivado el descalabro culé. En muy pocos partidos tendrán que lidiar los azulgranas con un equipo tan acertado en el triple, pero lo cierto es que la defensa -lo único que está en control de un equipo- ha hecho aguas por todos lados.
El último cuarto se convirtió en un suplicio para el Barça: los pilares al banquillo, los suplentes pasando el calvario, Satoransky perdiendo los papeles de forma incomprensible, aguantar como Obst lograba el récord triplista y que el average se disparaba hasta los 22 puntos.