Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Armani Milán ha visto como su gran momento de forma sigue una jornada más tras superar al Barça por 81-94. Gran triunfo de los italianos, que suman seis victorias consecutivas en la competición continental.
Nikola Mirotic (19 puntos, 7 rebotes, 2 asistencias y 28 de valoración) y Zach LeDay ( 33 puntos, 4 rebotes y 37 de valoración) han sido los grandes protagonistas del triunfo italiano, bien secundados por Leandro Bolmaro y Shavon Shields.
Por parte azulgrana, Jan Vesely (13 puntos y 4 asistencias), Kevin Punter (21 puntos) y Justin Anderson (17 puntos y 5 rebotes) han sido los más destacados, unas buenas actuaciones que no han podido evitar uno de los peores parciales que se recuerdan en el Palau.
Un invitado especial en el día de Mirotic
Como no podía ser de otra forma, el gran protagonista del arranque del partido fue Nikola Mirotic. El montenegrino, uno de los mejores jugadores que han pasado por el club y último gran ídolo del Palau Blaugrana, recibió varias ovaciones durante el día. Cuando se anunció su retorno, cuando fue presentado como jugador del Milán, cuando tocó el primer balón y cuando anotó sus primeros puntos. La intensidad de los aplausos, como era lógico, fue decayendo con el paso de los minutos, ya que el aficionado culé tenía un partido a ganar. A pesar de la gran actuación de Mirotic, el Barça lograba atacar aprovechando todas sus opciones, por lo que la primera gran ventaja para los locales no tardó en llegar (21-12), cerrando además el primer cuarto de la mejor forma posible: triple sobre la bocina con la firma del retornado Brizuela (24-16).
Pero si el Armani Milán es uno de los equipos más en forma de la Euroliga es por algo y la reacción italiana no tardó en llegar. Subir un punto la intensidad y la irrupción de LeDay, que le tomó el relevo a Mirotic, permitieron a los de Messina reengancharse en el marcador. A pesar de que las sensaciones eran mejores para los visitantes, el Barça logró que el Milán no le diera la vuelta al encuentro y se pusiera por delante en el luminoso, una circunstancia que fue clave para llegar al descanso con una ligera ventaja (43-40).
Con la llegada de la segunda mitad llegaron también los nervios. Ya era raro que un partido entre dos equipos de la parte alta estuviera tan calmado y la temperatura subió por culpa de una tontería. Los árbitros anularon un tiro libre de Mannion tras hacer lo que muchos hacen, pisar tras tirar. Messina se indignó tanto que se ganó una técnica (que podrían haber sido dos) y el Barça aprovechó el momento para marcharse otra vez en el marcador con el 55-46. Pero qué poquísimo duró la alegría en el Palau. La entrada en el partido de Willy Hernangómez fue durísima para el Barça, que vio como LeDay aprovechaba su menor movilidad para castigar desde el perímetro. El runrún en la grada, todo el mundo vio que con la entrada del pívot cambió todo para mal, no era nada comparado con el que había en el banquillo: Satoransky (que ya le había pegado una bronca importante en la primera mitad) y Vesely (el que le dejó el sitio en la pista) comentaban amargamente lo que estaba pasando y como el Milán se marchaba en el marcador. La vuelta a pista de los checos no cambió nada, ya que los visitantes siguieron con el demoledor parcial de 5-28 hasta el 60-76 para finalizar el cuarto.
Terminar el tercer periodo con una imagen tan pésima solamente solamente nos dejaba con una duda: ¿Seguiría la vergüenza en el Palau o demostraría algo de amor propio el Barça? La respuesta fue lo segundo, pero es que la brecha era ya insalvable. El descalabro del tercer cuarto fue una losa demasiado pesada como para que hubiera algo de emoción. Por mucho que se esforzaran Vesely, Anderson y Punter, la distancia entre ambos equipos era muy grande y el Milán no tuvo problemas para cerrar el triunfo.