Por Alex Molina / info@eurohoops.net
Se acerca la Navidad, épocas propicias para resurrecciones, por lo que no es de extrañar lo que ha sucedido este martes en Barcelona. Si el Barça no estaba muerto, poco le faltaba. Las derrotas, las imágenes y sobre todo las sensaciones tras los últimos partidos habían dejado al equipo de Peñarroya moribundo como mínimo, pero han aprovechado la visita de uno de los mejores equipos de la Euroliga para remontar el vuelo.
Victoria de los azulgranas ante el Fenerbahce por 90-63, un triunfo tan importante a nivel de clasificación como de sensaciones, ya que comenzaba a urgir ganar… y más si es como hoy.
El trío americano ha vuelto a liderar el ataque azulgrana: Kevin Punter (25 puntos y 5 asistencias), Jabari Parker (15 puntos y 7 rebotes) y Justin Anderson (18 puntos) han sido los más destacados en el conjunto local, que ha contado con la importante aportación de Satoransky, que parece haber resurgido también de sus cenizas.
El cambio se notaba en el ambiente
La primera ovación de la noche fue para Jasikevicius. Ídolo como jugador e importante como entrenador, el lituano fue ovacionado en su salida a pista y él devolvió el cariño a la que durante tantos años fue su afición. De cómo lo recibiría el Palau no había duda alguna, la incógnita era con el equipo azulgrana. Las derrotas ante Armani Milán y Casademont Zaragoza fueron durísimas y la sombra de la pitada estaba ahí, pero el aficionado culé animó desde el principio y eso se notó.
Todos y cada uno de los jugadores de Peñarroya salieron más enchufados de lo normal. Incluso Willy Hernangómez parecía más activo de lo normal, aunque no fue él el culpable de las primeras ventajas culés. Al ritmo de Justin Anderson y Jabari Parker, el Barça cerró el primer cuarto con un 20-12 que solamente fue la antesala del dominio azulgrana de la primera mitad. Con la irrupción de Punter, los locales lograron las primeras ventajas de dos dígitos, ya en el segundo cuarto.
La tendencia no cambió en la segunda mitad, con el escolta norteamericano protagonizando canastas de todos los colores y al alcance de muy pocos en Europa. ¿Quién iba a decir que este equipo podía jugar tan bien? Con el Palau completamente entregado, el 55-39 en el marcador era tan probablemente inesperado como positivo para el Barça, que vio además como la fortuna se aliaba con ellos, ya que Wade Baldwin se retiró lesionado. El Fenerbahce es uno de los equipos que más nota la entrada de la segunda unidad, por lo que Jasikevicius no tuvo muchas alternativas para intentar la reacción de los suyos.
El último cuarto fue una repetición de lo vivido los últimos treinta minutos. Por mucho que el Fenerbahce dominara los aros y cargara el rebote ofensivo, el partido tenía pinta desde hacía muchos minutos que era del Barça. El 73-55, que llevó la firma desde más allá del arco de Jabari Parker, liberó un resoplido colectivo en el Palau: por fin una victoria tranquila. A pesar de los esfuerzos de Colson (15 puntos y 3 rebotes) y un controlado Hayes-Davis (7 puntos y 4 rebotes), el final de partido fue plácido para el Barça, regalando a los fans un triunfo de los que se necesitaban.