Por Javier Molero/ info@eurohoops.net
Victoria apabullante del Real Madrid ante Mónaco (94-72) para cerrar una semana con victoria a los dos líderes de la Turkish Airlines Euroleague tras el triunfo en París el pasado martes. Las sensaciones, muy diferentes a las de hace unas semanas, y el equipo parace otro en la pista.
Con una defensa asfixiante y un ataque que funciona, los blancos dejan claro que han despertado y quieren sumar cuanto antes para subir en la tabla. Anularon por completo a Mike James, pudieron dar descanso a los titulares y secundarios como Garuba y Hugo González, que no bajaron el ritmo y las grandes sensaciones en pista.
Chus Mateo volvió a empezar con Andrés Feliz como ya hizo en París, que tuvo protagonismo sobre todo en defensa. Mike James arremetía contra el dominicano, buscando el aro una y otra vez. Musa quería balón y se le veía con ganas de demostrar después de semanas irregulares (12-8). Spanoulis apostaba por Motiejunas para parar a Tavares, y los blancos buscaban al de Cabo Verde continuamente en ataque.
Mónaco notaba las ausencias de Okobo y Diallo, sobre todo en ataque. James y Loyd abusaban de aclarados, y el Madrid defendía a gusto en estático. Encontraban bien las esquinas, Campazzo dio otro ritmo al juego y, cómo no, destapó el tarro de las esencias. Los monegascos fueron poco a poco, picando piedra en cada posesión, con Loyd cogiendo balón para acercarse ligeramente al final del primer cuarto (29-22).
El Madrid se gustó en el segundo y el Palacio solo pudo levantarse a aplaudir la magia de Facu, que dejó una asistencia de lujo entre las piernas a Hugo González. Los blancos eran otros, muy lejos de la mala versión de semanas anteriores. El partido se embarró, y las faltas tomaron protagonismo en los dos lados.
Deck y Abalde no negociaban los intangibles sin balón (44-26), y los de Chus manejaban a placer el ritmo del ataque. Los monegascos sumaban desde las esquinas pero con mil dudas en defensa. Con un Ibaka que recordaba al de los viejos tiempos y Musa recogiendo de nuevo la batuta, el Madrid mandaba con comodidad 53-35 en el descanso, con un Mike James más que anulado.
Alegría en la pista
Campazzo impuso un ritmo alto que Mónaco no podía aguantar. Los de Spanoulis buscaban ataques más pausados, con mucho balón, forzados también por la increíble intensidad defensiva del Madrid (63-43) y el rodillo ofensivo, recordando al de la última temporada.
Andrés Feliz y Garuba, con minutos de oro, importantes para ellos, daban descanso a los titulares y mantenían el ritmo en pista. El Palacio era una fiesta, y así lo notaban los jugadores. Musa, Hezonja, Ndiaye… Spanoulis no podía parar a un Madrid desatado, sacando todo lo que había guardado estos meses y para dejar un claro 77-47 antes del último cuarto. La figura de Garuba, fundamental para leer ayudas, forzar pérdidas y subir la energía. El Madrid necesitaba alguien así en tramos de partido de la primera mitad de la temporada.
Los minutos finales fueron de puro trámite, con Chus dando descanso a los grandes nombres y dejando a Hugo González, Ibaka y Feliz en pista para que sigan subiendo su nivel y dejándose ir. Segundo triunfo consecutivo (94-72), confirmando las buenas sensaciones vistas en París. Y, lo más importante, demostrando que son capaces de sacar los partidos en casa.
Musa (22 puntos), Deck (12), y Campazzo (12), responsables de poner tierra de por medio para dejar la victoria clara. Parece que hay borrón y cuenta nueva en la capital de España.