Por Javier Molero/ info@eurohoops.net
El Real Madrid se lleva el Clásico de Euroliga, el segundo en Europa, el cuarto en la temporada (96-91), en un encuentro marcado por la igualdad y el gran nivel de los dos equipos. Los de Peñarroya, que llegaban con numerosas bajas, tuvieron la oportunidad de llevarse el triunfo a domicilio.
Hezonja (19), secundado por Campazzo (18) y Musa (16), lideraron a un Madrid que fue de menos a más aunque contuvo el aire en los instantes finales. Por parte de los azulgranas, Jabari Parker (18), Metu (17) y Parra (20) hicieron daño continuo a la defensa de Chus Mateo.
Ritmo infernal de inicio
El Barça no quería perder tiempo y desde el primer minuto buscaba correr y hacer daño desde fuera. El Madrid, en cambio, pretendía un impacto de Tavares que no llegó. Anderson y Parker ponían alto el listón físico, y a los de Chus Mateo les costaba seguirles en estático (9-13), con los azulgranas marcando el ritmo de inicio.
Los de Peñarroya aprovecharon bien lagunas defensivas blancas y el caos constante en ataque. Campazzo agitó el avispero, pero Parker puso la cruz en la esquina para seguir aumentando la ventaja. Hezonja se encargó de que la sangría no fuese a más presentando algo diferente, y el Clásico cerraba el primer cuarto con un igualado 23-25.
Con buenos minutos del canterano azulgrana Raúl Villar en todo un Clásico, el Barça estaba cómodo en el Movistar Arena. El físico de Hezonja y Fernando daba nuevas soluciones a los de Chus, pero no terminaban de encontrar el ritmo (30-30).
Musa lideró un sprint final que volvía a igualar las cosas con un más que notable Barça en la primera mitad. Los de Peñarroya, sin peros en ataque y defensa. El 40-43 de camino a vestuarios abría la puerta a lo que estaba por venir. El 4/18 desde el triple no ayudaba a los de Chus Mateo.
El Madrid impuso su físico
Abalde y Garuba dieron otra cara tras el descanso. El Madrid volvió a buscar una zona poblada de músculo, pero Jabari Parker mostraba su talento cada jugada para mantener a los suyos. Metu dio amplitud a los de Peñarroya, que se estancaron en ataque (56-52).
Pero cuando los blancos aprietan, es difícil igualarlo en Europa. Una serie de ataques levantó al público y sembró dudas en la defensa blaugrana, que no terminaba de dar con la tecla en defensa. El partido parecía decantarse desde el triple para los de Mateo (69-58), pero Metu se encargó de bajar los humos antes de entrar a los últimos diez minutos (70-67).
El Madrid metió quinta (80-72) y obligó al Barça a subir el ritmo para mantenerse en el partido. Pero los de Peñarroya volvieron a tirar de orgullo para no dejar que se escaparan. Metu, líder cuando el balón más quemaba. Coincidió también con la vuelta de los blancos a unos ataques más que espesos.
Final agónico y salió cara para los blancos
Los errores tomaron protagonismo en los minutos finales, y el Barcelona aprovechó para dejar claro que estaba de vuelta (84-83). Llull desde el tiro libre dio aire, pero Parker volvió a igualarlo (86-86) creando murmullo en la grada. Facu Campazzo y Abalde fueron los encargados de dar la puntilla en un final repleto de barro y lucha. Metu y Brizuela intentaron igualarlo, pero el Clásico se quedó en Madrid.
Triunfo agónico (96-91) en un duelo igualado hasta el final y con los de Peñarroya dejando una gran imagen a pesar del cúmulo de lesiones. Los de Chus Mateo se colocan 14-13 en la tabla, con el mismo récord que un Barcelona que dejó una imagen sensacional en el Movistar Arena.