Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Barça ha visitado la ciudad a la que le hubiera gustado estar el pasado mayo. Berlín fue la sede de la última Final Four, es la ciudad del último clasificado de la Euroliga y ha sido donde el conjunto azulgrana ha vuelto a demostrar que no es un equipo de fiar. Puede que los azulgranas hayan ganado al ALBA Berlín (85-99) para cumplir con la única misión de la noche, pero en ningún caso ha sido un partido para tirar cohetes, ni por juego ni por sensaciones.
Debía el Barça mantener a raya a los alemanes de buen inicio, demostrarles que hoy no tocaba sumar el esporádico triunfo al que están acostumbrados desde hace mucho tiempo en la Euroliga, pero la salida del equipo fue todo lo contrario. Matt Thomas era un problemón constante, McCormack parecía un interior digno del mejor equipo de la competición y Procida no tardó en sacar a relucir su gran físico.
EL COAST TO COAST DE PROCIDA AL BARÇA
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Solamente la versión más agresiva -en todos los sentidos- de Satoransky (9 puntos, 5 rebotes y 12 asistencias) y los buenos minutos de Fall (13 puntos y 6 rebotes) permitían al Barça seguir en el partido, con los norteamericanos azulgranas muy grises y el joven italiano local poniendo el espectáculo.
¿Pero qué le han dado a Procida hoy? ¡Vaya partido! pic.twitter.com/7N7lxePvZg
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Aún así, unos buenos últimos minutos de segundo cuarto (y la sangrante diferencia en los tiros libres, que llegó a ser de 0-18 a favor del Barça), permitió a los visitantes cerrar el primer tiempo con 39-41 en el marcador.
El paso por vestuarios parecía que le sentaba mejor al Barça. Con un Parker (21 puntos) por fin sin el piloto automático y Brizuela (13 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias) sumando en todo lo que buenamente podía, el Barça logró un +7 con el 52-59 que eran grandísimas noticias… pero que duraron muy poco. La irrupción en el partido de Matteo Spagnolo activó al ALBA tanto en el aspecto anímico como en el marcador, liderando el italiano el parcial de 8-0 que le volvió a dar la ventaja a los locales. A pesar de que el golpe fue duro, el Barça logró reponerse y, con Willy poniendo los puntos, terminar por delante el tercer cuarto (64-66).
Y por fin, con la llegada del último cuarto, llegó la calma para el Barça. Hizo falta que Metu (11 puntos y 7 rebotes) tuviera un altísimo acierto, que Willy Hernangómez (15 puntos y 4 rebotes) siguiera con su clínic de finalizaciones y que los porcentajes locales cayeran en picado, sí, pero el Barça logró la primera ventaja de dos dígitos y con ella la tranquilidad, la seguridad de que se cumpliría con la misión en la capital alemana. El tramo final de partido fue un balón de oxígeno para los jugadores de Peñarroya, que incluso vio como sus jugadores disfrutaban jugando a baloncesto, con alguna que otra sonrisa.