Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Barça sigue tan vivo como siempre en la lucha por uno de los seis primeros puestos de playoff. Los azulgranas han derrotado al Partizan por 87-80, un partido muy tenso en todos los sentidos pero que ha terminado con sonrisa azulgrana.
El partido para el Barça comenzó todo lo mal que podía empezar, tanto en la pista como fuera. Lo que se vivió en el Palau es ya una costumbre, pero no por ello no deja de ser lamentable que parezca que el partido se dispute en el Stark Arena. Pero no solo hay el factor animación, hay el tema seguridad o simplemente disfrutar del espectáculo. No se puede consentir que haya centenares de aficionados culés que, tras haber pagado su entrada o abono, tengan que convivir con “fans” que no saben comportarse. Como era de esperar, ya hubo lío en las gradas antes del minuto tres, enrareciendo el ambiento y ayudando a que los visitantes salieran mucho mejor. Con un gran acierto desde el triple (6/7 en el primer cuarto), el Partizan empezó mandando en el marcador (3-13) y en las sensaciones. La defensa azulgrana no ayudaba a que los triples tuvieran menos probabilidades de entrar, por lo que la igualdad tuvo que llegar a través del ataque. Kevin Punter (24 puntos y 4 asistencias) y Darío Brizuela comenzaron a sumar desde el triple para que los diez primeros minutos se cerraran con un 25-32 doloroso, pero salvable.
Un segundo cuarto para recordar
La vibras en el Palau no eran las mejores por todos los motivos posibles, pero todo cambió gracias al hombre más echado de menos. Kevin Punter (29 de valoración) firmó un segundo cuarto absolutamente antológico, echándose el equipo a sus espaldas a base de puntos y liderazgo, de todos los colores.
La primera parte ESPECTACULAR de Kevin Punter en su regreso a las canchas:
– 17 puntos
– 2 asistencias
– 5/6 en triplesY todo… ¡¡en 8 minutos!!
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— Eurohoops España (@EurohoopsES) March 14, 2025
Y es que la remontada azulgrana no fue solamente a base de talento ofensivo. Justin Anderson, protagonista del espectacular alley-oop que le dio al Barça su primera ventaja con el 37-36, se picó con todo el mundo. Metu (16 puntos y 6 rebotes) le dedicó casi cada canasta (canastones, la mayoría) a algún árbitro y Satoransky (11 puntos y 3 robos) también tuvo para todos, siempre buscando la reacción positiva. Y vaya si llegó. Con un descomunal 29-9, los de Peñarroya le dieron la vuelta al partido, mandándolo al descanso con un gran 54-41.
Una montaña rusa llamada Barça
A pesar de que la ventaja se disparó hasta el +16 gracias al 57-41, el Barça no pudo mantener a dos dígitos a los serbios. Carlik Jones (14 puntos, 4 rebotes y 9 asistencias), Mike, Brown (16 puntos) y Brandon Davies (11 puntos, 8 rebotes y 3 asistencias) comenzaron a enchufar y la labor arbitral no ayudaba al Barça, por lo que el Partizan se acercó hasta el 68-65. El ‘Puntersistema’ comenzó a fallar, por lo que fueron Metu y Brizuela los que arreglaron el lío en el que se había metido el Barça, cerrando el tercer cuarto con un hasta positivo, visto lo visto, 73-67.
Si el primer cuarto fue un frenesí ofensivo, con los ataques imponiéndose a las defensas, el último cuarto fue todo lo contrario. Ambos aros se cerraron por completo. Nadie metía en el Partizan ni tampoco en el Barça, aunque lo de los azulgranas era extremadamente preocupante por ser fallos incomprensibles y que dañaban la moral de sus jugadores. Willy fallando mates absolutamente solo, Brizuela tirando sin confianza y el Partizan a tan solo cinco puntos (75-70) a menos de cinco minutos. El show de Isiaha Mike (16 puntos y 7 rebotes) , que firmó su mejor partido de la temporada, apretó aún más las cosas y la diferencia entre ambos equipos a falta de 3 minutos era tan solo de dos puntos. Tensísimo estaba el ambiente, con medio Palau pensando en la ventaja desaprovechada y la otra mitad pensando en los muchísimos finales a cara o cruz que han salido cruz este año, pero Punter -cómo no- y Satoransky tras una gran acción defensiva culminada con un mate pusieron tierra de por medio. El 83-75 a menos de dos minutos era un regalo tan inesperado como positivo, un bonito colchón que los locales lograron gestionar no sin antes el último show de un aficionado del Partizan, que se marchó despedido con honores por el Palau tras insultar a Metu a pie de pista.