Por Eurohoops team / info@eurohoops.net
El veterano periodista Vladimir Stankovic ofrece su propia lista de los jugadores más decisivos en la historia de la Euroliga. ¡Echemos un vistazo!
10. Dragan Kicanovic (1953)
Uno de mis jugadores favoritos, por su talento y carácter, los títulos que ganó y su liderazgo. Fue un ganador nato y un jugador que brilló no sólo por su propia cuenta, sino que también destacó a sus compañeros de equipo. Formó una gran pareja con Drazen Dalipagic en el Partizan de los setenta, y también en la selección yugoslava. Fue campeón del Eurobasket tres veces, campeón olímpico y campeón del mundo, además del MVP en varias grandes competiciones. Fue elegido mejor jugador europeo dos veces. Marcó la canasta decisiva contra la URSS en la final de la Eurobasket de 1975, pero su presencia en la cancha fue casi siempre decisiva.
9. Juan Antonio San Epifanio (1959)
‘Epi’ era un jugador ofensivo nato con una capacidad de tiro extraordinaria que podía anotar desde casi cualquier rincón. En 1984, cuando los triples fueron introducidas a nivel internacional, su muñeca privilegiada aumentó en valor aún más. Desde su debut con el primer equipo del Barcelona a los 17 años en 1976, Epi estableció muchos récords. Ganó 22 trofeos a nivel de clubes: siete Ligas ACB, 10 copas, dos Recopas, una Korac Cup, una Copa Intercontinental, medallas de plata y bronce con España en los Eurobasket de 1983 y 1991, además de la plata olímpica de 1984. Fue un tirador que tenía la plena confianza de sus entrenadores. La estrategia en momentos clave fue simple: buscar a Epi y esperar su lanzamiento.
8. Mirza Delibasic (1954-2001)
Tenía un talento sobrenatural. Empezó su carrera ganando el Eurobasket de cadetes en 1971 con Yugoslavia en la final contra la anfitriona, Italia. En aquel torneo anotó 99 puntos y 144 el verano siguiente con un oro nuevo en el Eurobasket de juveniles. Ese mismo verano, Delibasic dejó su Tuzla natal y firmó con el Bosna Sarajevo. En siete años, Bosna subió de la segunda división yugoslava para llegar a ser campeón europeo en 1979 contra el cinco veces ganador Varese italiano. Sin Delibasic, que anotó 30 puntos, no habría sido posible. Con su equipo nacional, desde el Eurobasket de 1975 hasta los campeonatos del mundo 1982, ganó ocho medallas: dos Eurobasket, en 1975 y 1977; un medalla de oro en el Mundobasket de 1978, y el oro olímpico en 1980.
7. Sergio Llull (1987)
Es un verdadero maestro del último tiro. En cualquier partido cerrado para el Real Madrid, cualquier espectador podría ser el entrenador porque el juego es siempre el mismo: ¡dar el balón a Llull! Hay una larga lista de sus canastas decisivas que han acabado en títulos, como en la más reciente Copa del Rey. El de Mahón es rápido y explosivo. Llull juega de base, pero se actúa más como un francotirador. En su décima temporada con el Real Madrid, se convirtió en campeón de la Euroliga 2015. También tiene tres trofeos de la Liga ACB y cinco Copas del Rey, ganando el MVP de la final en cuatro ocasiones. Con la selección española, tiene dos medallas olímpicas, la de plata en Londres 2012 y la de bronce en Río (2016), sin mencionar tres medallas de oro en el Eurobasket (2009, 2011, 2015), una de plata (2013), con su impacto creciendo día a día.
6. Bob McAdoo (1951)
Hay pocos jugadores que hayan ganado tanto la NCAA como la Euroliga, por ejemplo, Jiri Zidek y Tyus Edney, pero no recuerdo a nadie que hiciera lo que hizo Bob McAdoo: ¡primero ganar la NBA y más tarde la Euroliga! Hubo algunos casos inversos, como los de Toni Kukoc, Emanuel Ginóbili y Zan Tabak. McAdoo ganó la NBA en 1982 y 1985 con los LA Lakers. En el verano de 1986, se unió al Olimpia Milán a una edad de 35 años y ganó la final de la Euroliga ante el Maccabi por 71 a 69. McAdoo fue el segundo mejor anotador de su equipo, con 21 puntos. Al año siguiente, el Milán volvió a ganar el título en la primera Final Four de la era moderna. McAdoo anotó 39 puntos en la semifinal, lo que sigue siendo una plusmarca en un partido de Final Four. Sus 64 puntos en los partidos de aquella Final Four también constituyen un récord para un ganador del trofeo. En una sola palabra: ¡enorme!
5. Tal Brody (1943)
En Israel se dice que Tal Brody marcó un antes y un después en el baloncesto de ese país. Es imposible decirlo mejor de un jugador de su índole y en tan pocas palabras: Brody es una figura histórica en el deporte israelí. No hay duda de que los mejores jugadores que han llevado la camiseta del equipo macabeo, pero Brody fue el primer gran fichej del club en 1966 y, como tal, una clave para sus ambiciones. Las expectativas surgieron debido a su posición, y él se mostró digno de la confianza con un rendimiento espectacular. Levantó el primer trofeo con el Maccabi en 1977 siendo capitán del equipo después de derrotar al Varese. Aquel día pronunció una frase nunca olvidada en Israel: “Estamos en el mapa y nos quedamos en el mapa”. La ambición del club fue cumplida gracias al liderazgo de Brody y sigue siendo la misma desde entonces. Todavía reside en Tel Aviv siendo una leyenda viva, un gran líder.
4. Sergei Belov (1944-2013)
Un maestro, un líder nato, un campeón, un ganador y un caballero dentro y fuera de la cancha. Cuando la FIBA tuvo una encuesta en 1991 para nombrar al mejor jugador hasta ese momento, el ganador fue Belov. En 1969, levantó la primera de sus dos Copas de Campeones – la Euroliga de aquel tiempo – contra el Real Madrid en un partido inolvidable que el CSKA ganó por 103 a 93 tras dos prórrogas. Belov jugó 50 minutos y terminó con 19 puntos y 10 rebotes. Dos años más tarde, lo hizo de nuevo como máximo anotador del CSKA, con 24 puntos, ante el campeón Varese. Con la URSS, fue campeón olímpico en Múnich en 1972, dos veces ganador del Mundobasket (1967, 1974) y medallista de oro en cuatro Eurobasket (1967, 1969, 1971, 1979). Ganó un total de 18 medallas con la URSS: cuatro en los Juegos Olímpicos, seis en los Mundobasket, y siete en los Eurobasket. Cada vez que jugaba, era él que tomaba el último tiro.
3. Toni Kukoc (1968)
En el verano de 1985, dos años después de que comenzara a jugar al baloncesto, Kukoc ganó su primera medalla de oro con el equipo de cadetes de Yugoslavia, y un año más tarde hizo lo mismo con los juveniles. Su primera medalla con la selección absoluta fue la de bronce en el Eurobasket 1987 como uno de cuatro jóvenes del equipo. Ese mismo verano, Kukoc ganó el oro en el Mundobasket de juveniles con dos victorias contra los Estados Unidos, una por 110 a 95 gracias a sus 37 puntos con 11/12 triples! El resto era historia. Fue tres veces campeón de la Euroliga con la Jugoplastika (1989, 1990 y 1991) y tres veces MVP de la Final Four. Entre las cinco medallas a nivel de selecciones, ganó el oro del Eurobasket 1989 y 1991, el oro del Mundobasket en 1990, y la plata olímpica en 1988. Entre las tres medallas con Croacia, ganó la plata olímpica en 1992. Además de eso, también fue tres veces campeón de la NBA con los Chicago Bulls. ¡Un verdadero campeón!
2. Dimitris Diamantidis (1980)
Para muchos, 13 es un número que trae mala suerte. Dimitris Diamantidis no creía en tales cosas, por eso llevaba la camiseta con la docena del fraile que lo elevó muy alto durante los 17 años de su carrera (1999 a 2016). No se puede decir si fue un mejor defensor (seis veces mejor defensor de la Euroliga), pasador (ganador en 2011 y 2014), o líder del Panathinaikos, que con el que ganó la Euroliga tres veces (en 2007, 2009 y 2011). Además, fue MVP de la Final Four en 2007 y 2011, y MVP de la temporada en 2011. Sigue siendo el rey de todos los tiempos en asistencias y robos en la Euroliga. Un jugador ingenioso. Era zurdo, una ventaja según muchos entrenadores, inteligente, un luchador y un gran tirador. Pero, sobre todo, era un gran líder. Los mejores años del Panathinaikos, que tiene más títulos que cualquier otro club en la época de las Final Four, coincidió con la carrera de Diamantidis, eso lo dice todo. La Euroliga ya no es la misma sin él.
1. Vasilis Spanoulis (1982)
Más que decisivo, Spanoulis es el segundo jugador que ha ganado el título de MVP de la Euroliga tres veces, después de Kukoc, pero la única persona que simultáneamente ganó ese premio y el título de campeón. Un talentoso jugador, un consumado líder y un anotador sin par, ya sea dentro o fuera. Spanoulis es sobre todo un depósito de confianza de sus entrenadores y sus compañeros de equipo. Pocos equipos dependen tanto de un jugador como el Olympiacos del Spanoulis. El caso más extremo se pudo ver en la final de Londres ante el Real Madrid. Spanoulis no había anotado ni un solo punto en la primera mitad, cuando su equipo iba a remolque con 17 puntos, pero terminó el partido con 22 puntos (5/9 triples) permitiendo a los rojiblancos ganar su segundo título consecutivo de la Euroliga. En la edición anterior, había puesto una gran jugada para Georgios Príntezis que terminó con su morcilla de marca personal. Spanoulis es la encarnación de dos jugadores, de verdad, y ambos son cruciales.