Por Panos Katsiroubas/ info@eurohoops.net
La lupa se enfoca en todas las canchas europeas de la Turkish Airlines Euroliga y cada semana elige algunos de los partidos que roban el espectáculo en la máxima competición europea.
Los Splash brothers del CSKA
El CSKA y el Real Madrid se alinearon en la cancha del Universal Sports Hall para una pelea entre dos equipos que han llegado a la cima de Europa un total de 15 veces. Al final, el equipo local fue el que se llevó la victoria con relativa facilidad, basando su juego en dos ejes. El primero fue la actuación ofensiva del increíble dúo de Nando De Colo y Milos Teodosic. Los dos estaban literalmente furiosos haciendo trizas la defensa del Madrid. Nada de lo que el Madrid intentó en defensa funcionó. Los blancos arriesgaron los tiros de media distancia del base francés tratando de cortar los pasillos a la pintura, pero leyendo la defensa de manera adecuada el galo tiraba en el momento adecuado acertando casi en todos sus lanzamientos. El problema del Madrid era que no tenía hombres altos detrás de las pantallas que pudieran defenderse con éxito contra tales jugadores que pueden leer el partido y ejecutar a la perfección. Como resultado, la defensa de los visitantes estaba sistemáticamente expuesta. De Colo y Teodosic se combinaron para sumar 51 puntos y 14 asistencias. En otras palabras, aportaron el 55% de los puntos del CSKA y el 70% de sus asistencias.
El segundo eje de la victoria fue los ajustes defensivos del CSKA contra el genio del Madrid, Sergio Rodríguez. La defensa hizo una declaración de que no iba a perder al base español. El CSKA logró mantenerlo ‘callado’ durante casi todo el partido gracias a la explosividad y el tamaño de Nikita Kurbanov y Cory Higginque que marcaban a Rodríguez restringiendo su área de actividad y obligarlo a pasar. Kurbanov, sobre todo, ha sido utilizado muchas veces este año en unas defensas complejas y kamikazes del equipo de Dimitrios Itoudis. La defensa logró su objetivo ya que Rodríguez sólo tomó 7 tiros para anotar 6 puntos, aunque todavía fue capaz de repartir 13 de las 18 asistencias de su equipo, mientras que también tenía 5 pérdidas de balón. Más allá de esto, el Madrid trató de hacer algo que la defensa del CSKA le permitió, sobre todo las jugadas de aclarado de KC Rivers contra Teodosic, cediéndole espacio para que llevara a cabo sus plays.
El joven Luka Doncic también supo dar respuestas, sobre todo en la primera mitad, cuando la defensa del CSKA implementó contra él la táctica de “bajo” en las pantallas, dándole la oportunidad de meter tres triples y acabar el partido con 12 puntos. Al final, el CSKA logró su objetivo por no dejar que Rodríguez decidiese el resultado del partido, mientras que una vez más el Madrid no pudo ser efectivo en defensa durante algunas posiciones sucesivas de su rival para poder mantenerse cerca en el marcador.
La defensa y la “santa cuaternidad”
Dos de los equipos que más en forma están a estas alturas se enfrentaron en el Fernando Buesa Arena de Vitoria con el Olympiacos consiguiendo una gran victoria contra el Baskonia. Una vez más, la defensa del Olympiacos estableció la diferencia conteniendo a los vitorianos a 76 puntos, 16 menos que su promedio en los partidos caseros de esta temporada. Los visitantes controlaron el ritmo del partido, no permitieron puntos en transición – con algunas excepciones – y por general crearon grandes problemas con jugadas de dos contra uno y hedge outs en ataques de media cancha. Como tal, el equipo de Velimir Perasovic entrenador Laboral se limitó a 9 asistencias en comparación con un promedio de casi 18 que había tenido antes de ese encuentro. El Olympiacos hizo 11 robos en total y sus hombres altos negaron pases, casi borrando el juego en el poste de Ioannis Bourousis y Tornike Shengelia. En general, en cada intención de pase de los jugadores del Baskonia surgían torsos y manos de los del Olympiacos. En ataque, la diferencia la hizo una vez más la “santa cuaternidad” del Olympiacos. Evangelos Mantzaris organizaba con maestría el juego de su equipo, leyendo muy bien las jugadas, anotando desde el perímetro cuando estaba abierto, pero también botando de manera correcta hacia canasta cada vez que tenía la oportunidad.
Vassilis Spanoulis, el segundo máximo anotador en la historia de la Euroliga, metió unos grandes tiros tras salir de las pantallas, a pesar de la defensa bien adaptada de Jaka Blazic y Fabien Causeur, y también encestó algunos tiros de media distancia cuando chocaba con los hombres altos del rival que le bloqueaban el camino hacia el aro. Georgios Printezis era decisivo en cuanto a la anotación tanto en el poste como en transición. Othello Hunter hizo un gran trabajo con bloqueos rápidos y algunas jugadas de truco bonitas de pantallas simuladas y cortes directos a la cesta – las denominadas pantallas falsas. Este cuarteto anotó 65 de los 82 puntos del Olympiacos, mientras que mantuvo su concentración a lo largo de casi todo el partido ante un equipo lleno de energía y atletismo que es excelente en la cancha abierta. Un papel importante en la victoria del Olympiacos también lo jugó su increíble eficacia en anotar puntos tras segundas oportunidades, aprovechándose casi de todos sus 10 rebotes ofensivos.
La rapsodia del Barça significó el regreso a la realidad para el Khimki
Tras su contundente victoria en la primera jornada del Top 16 ante el CSKA, el Khimki estaba irreconocible en la pista del Barcelona Lassa. Los visitantes perdieron con inusitada facilidad tras perder sus posibilidades de ganar el duelo mucho antes del final (49-29 al descanso). Por otro lado, el Barcelona circulaba la pelota de manera impresionante, con una increíble Juan Carlos Navarro de la primera mitad, que anotaba y creaba con consistencia. Los visitantes no pudieron romper muchas pantallas de su rival, ya sea sobre la pelota o lejos de ella. Las brechas eran constantes y el camino hacia la canasta abierto, con el Barcelona anotando a voluntad dentro de la pintura. En general, los ganadores anotaron 44 puntos en el interior con un excelente porcentaje y finalizaciones sin ningún tipo de presión.
También vale la pena mencionar, como ejemplo del excelente trabajo en equipo, las 13 asistencias en los primeros 14 tiros acertados del equipo local. Tomas Satoransky jugó contra Tyrese Rice una excelente defensa durante la mayor parte del partido, sin dejarle anotar mucho, mientras que Alexey Shved anotó sobre todo cuando el partido ya fue decidido. La defensa de los visitantes, sobre todo cuando contra la línea frontal de los catalanes, era bastante mala y la clave era esencialmente un pasillo abierto en la mayoría de las jugadas. También, como mencionamos la semana pasada, el Khimki es un equipo con mucha individualidad en su juego, muchos lanzamientos en situaciones de uno contra uno, sobre todo desde el perímetro. Los 3 de 23 triples de un equipo que había promediado cerca de 37% en los primeros 11 partidos y tuvo un 53% hace una semana ante el CSKA, revela en parte los riesgos de jugar así en los partidos de tan alto nivel. En general, el Khimki es un equipo que se basa en un juego de instinto y van a subsistir a base de tal juego por el resto del torneo. El Barcelona otra vez mostró que en ataques posicionales tiene una gama de opciones y buenas jugadas que puede implementar en gran parte contra los equipos cuya defensa no es su arma más principal.
La bola cayó en el verde
El último de los partidos de suspense de la segunda jornada del Top 16 vio al Panathinaikos llevándose una victoria sobre el Unicaja con un triple de James Feldeine a 11 segundos antes del final de un partido que, si tenemos en cuenta las bajas de Stefan Markovic y, sobre todo, de Mindaugas Kuzminskas, pocos esperaban que fuera un derbi hasta el final. La baja del lituano significa mucho para Joan Plaza ya que Kuzminskas puede jugar en el poste, tiene buena capacidad de disparo y encaja bien en los quintetos cortos que hacen peligroso al equipo malagueño. Los visitantes presentaron un buen esfuerzo de equipo que, a medida que avanzaba el partido, los hacía más y más competitivos. Ellos protegieron bastante bien su aro, a excepción de algunas penetraciones por parte de Dimitris Diamantidis y Nick Calathes. El capitán del Panathinaikos estaba en una gran noche con 17 puntos y 7 asistencias, sólo fallando un tiro libre convirtiéndose en el séptimo máximo anotador en la historia de la Euroliga. Aunque el Unicaja mostró una intensidad defensiva, en ataque la ausencia de Kuzminskas era evidente. La pelota no podía llegar al poste y muchos ataques, aunque acababan con unas canastas, se ejecutaban muy rápido. El equipo español tuvo dos períodos muertos, que duraron 5 minutos en el segundo cuarto y 4 en el tercero, cuando no pudieron ejecutar. Muchos de ellos acabaron con la pelota todavía en las manos de un jugador al final de los 24 segundos reglamentarios. El Panathinaikos también presentó una disfunción circulatoria y no tenía mucho movimiento lejos de la pelota.
Las soluciones se encontraban sobre todo cuando Calathes y Diamantidis estaban en juntos la cancha, ambos pasando sin abusar del bote y, en general, aprovechándose de los pasillos abiertos. En general, fue un partido en el que ambos equipos no tenían mucho ritmo y el único jugador que parecía tenerlo fue Jamar Smith. El base suave del Unicaja anotaba de cualquier forma, incluso metió unos grandes tiros siendo bien marcado. El norteamericano se aprovechó de los cambios, botaba hacia canasta cuando la defensa trataba de negarle su tiro, y al final terminó con 22 puntos. El estallido de Smith fue acompañado de una buena idea de Plaza de cambiar su defensa a una zona de 2-3 a 8 minutos antes del final, aprovechando las cuatro faltas que mantenía a Calathes en el banquillo. El Panathinaikos cometió 4 pérdidas de balón en 5 minutos y anotó una sola canasta, incluso un tiro bastante afortunado de Aleksandar Pavlovic. Los españoles perdieron varias oportunidades al final del partido para conseguir una gran victoria. Un rebote ofensivo de James Gist después de su propio tiro libre errado salvó al equipo local ya que ganó una posesión extra. Diamantidis se encontró con dos contra rivales en el perímetro y pasó a Feldeine para el tiro ganador. El Unicaja creó una buena última posesión con Smith yendo a la esquina tras un bloqueo, pero esta vez no dio en el blanco.