Por Antonis Stroggylakis/ info@eurohoops.net
Sin duda, su triplazo sobre la bocina desde unos 20 metros le convirtió en la comidilla de la ciudad, no sólo en la ACB y Europa, sino también, por qué no, en muchos otros lugares del mundo. Sin embargo, eso fue sólo la guinda del pastel. Tal vez una forma adecuada para cerrar un febrero que era lo suficientemente fantástico para ganarse el premio MVP del mes en la Liga Endesa.
Es cierto que el espectacular triplazo ante el Valencia está por encima de todos los otros aspectos destacados que el jugador del Real Madrid nos proporcionó durante el mes anterior. Sin embargo, su rendimiento general fue tan sustancial como espectacular. En los partidos de febrero Sergio Llull promedió 22,3 puntos de valoración y ganó el MVP por segunda vez en su carrera. ¿Cuándo fue su primera? Hace 4 años, otra vez en febrero. Es obvio que cada año bisiesto eleva su juego a niveles extremos.
Llull anotó 18 puntos, repartió 8.3 asistencias y capturó 2.3 rebotes por partido para llevar al Real Madrid a tres victorias: contra el San Sebastián, el Estudiantes y, por supuesto, el Valencia. Mientras tanto fue notable fue espectacular con su equipo en la Copa del Rey, donde su cualidad de un jugador que decide los partidos resultó muy útil, sobre todo en la semifinal contra el Laboral Kutxa en la que anotó los últimos 8 puntos de su equipo sellar el pase del Real Madrid a la Final.
Lo más sorprendente es que Sergio Llull es que a veces parece ser perfecto. Mientras que proporciona un gran número de asistencias, terminó sus partidos con un promedio de 0.7 pérdidas del balón. Una proporción bastante envidiable de asistencias/pérdidas del balón. Además, siempre es muy peligroso en ataque siendo, al mismo tiempo, un exterminador en defensa, compaginando de forma excepcional sus funciones en ambos extremos en la cancha. Tal vez de una forma que ningún otro jugador europeo por el momento.