Por Panos Katsiroybas/ info@eurohoops.net
La lupa se enfoca en todas las canchas europeas de la Turkish Airlines Euroliga y cada semana elige algunos de los partidos que roban el espectáculo en la máxima competición europea.
El Khimki se siente cómodo, el Barcelona está irreconocible
En un partido de aliciente deportivo, el entre el Khimki Región de Moscú y el FC Barcelona Lassa que se celebró el jueves, los visitantes parecían irreconocibles sólo una semana después de su magnífico partido contra el Olympiacos de El Pireo. Eran suaves en la pintura, lentos en ataque, con muchas pérdidas del balón y, en general, sin chispa o ritmo en casi todo el juego. La dominación del Khimki tenía dos caras. Primero, el pick-and-roll central, que otra vez fue el arma principal del juego ofensivo y el pasillo a través del cual el equipo de Rimas Kurtinaitis anotó sus puntos.
Tanto la buena creatividad de Tyrese Rice y Alexey Shved castigó las lentas reacciones en defensa de los hombres altos del Barcelona, como la muy lenta ayuda desde las alas nunca se materializaron en lo fundamental para interrumpir el juego del Khimki. Como resultado, siempre había pasillos abiertos hacia la canasta del Barcelona que los hombres altos del Khimki que los aprovecharon para tirarse a la canasta o sus bases simplemente botaban hacia la canasta. James Augustine y Paul Davis ambos anotaron 13 puntos, mientras que también fallaron algunas canastas fáciles.
Joey Dorsey, el mejor defensor del Barcelona contra las jugadas de pick-and-roll, sólo pasó 13 minutos en la cancha lo que les costó muy caro a los visitantes en defensa. Además, la defensa del Khimki reapareció tras tres partidos e hizo un gran trabajo. Tras encajar 97 puntos en promedio por el Olympiacos, el Real Madrid y el CSKA de Moscú, esta vez el Khimki le permitió al Barcelona 29 tantos en la primera mitad y 61 en total. Su defensa presionaba mucho mejor, poniendo sus manos en casi cada jugada. Eso se tradujo en 9 robos, muchos de los cuales llevaron a unos puntos fáciles. En cada oportunidad el equipo local anotaba en transición, incluso después de canastas de los azulgranas, cuyos jugadores volvían con retraso a la defensa y tenía problemas con la concentración.
El Khimki anotó 46 de sus 75 puntos dentro de la pintura, una cifra que demuestra su excelente trabajo en equipo. El Barcelona, que ha vencido al Khimki por 17 puntos en casa, al menos ha salvado el basket average, sobre todo gracias a los tiros de Justin Doellman, cuando la simultanea presencia de Davis y Agustín significaba que uno de ellos tenía que perseguirlo en el perímetro. En el último cuarto Samardo Samuels también proporcionó ayuda con su juego efectivo en el poste. La victoria permite al Khimki subir a la cuarta posición, mientras que el Barcelona está, por primera vez en la historia, fuera de los puestos que llevan a los playoffs a estas alturas del Top 16.
El triunfo del CSKA de Moscú lo acerca al primer puesto
En un gran derbi en el Barclaycard Center de Madrid, los blancos y el CSKA de Moscú se jugaban un potencial liderazgo del grupo. Los visitantes jugaron mejor, llevándose una victoria que aumenta significativamente sus opciones de hacerse con el primer puesto del grupo. A pesar de que el juego se inclinó hacia un alto marcador, se puede decir que la razón principal del predominio del equipo de Dimitris Itoudis fue su buena, incluso excelente, defensa durante la mayor parte del juego. Esto tiene mucho sentido, si tenemos en cuenta que el Madrid contó con casi 85 posesiones. La defensa del CSKA fue excelente en los dos primeros cuartos, salvo el inicio del duelo. Fue entonces cuando el equipo local, con Gustavo Ayón autor de jugadas de bloqueo y continuación, llevaba con facilidad el balón en el interior y anotaba con frecuencia. El Titán anotó 6 puntos, capturó 2 rebotes ofensivos e hizo un total de 7 intentos de tiro en los 5 primeros minutos del partido.
Esta imagen cambió cuando Kyle Hines entró en la pista y Victor Khryapa jugó de ala-pívot en quinteto corto. La defensa del CSKA se hizo más rápida, con buenas conexiones siempre que fuera necesario, enviando rápidamente ayudas cuando los hombres altos del Madrid se tiraban a la canasta, y forzó al Madrid hacer tiros de largo alcance cuando se agotaban sus posesiones. De hecho, al descanso, el Madrid había intentado el mismo número de tiros de dos y de tres puntos, acertando sólo en 4 de 18 lanzamientos exteriores. La ayuda de Hines en ataque también fue decisiva. Con sus excelentes pantallas a lo largo de las alas y sus cortes rápidos en el interior, esperaba a que la defensa del Madrid estuviera a un paso por detrás para llegar a anotar 10 puntos rápidos en el segundo cuarto, proporcionando una pequeña, pero importante ventaja para su equipo. En cada oportunidad, el pívot estadounidense también anotaba en transición.
En la segunda mitad, tras el estallido inicial del Madrid, el dominio del CSKA fue absoluto. Mientras el equipo de Pablo Laso llevaba el balón en el interior bajo buenas condiciones, anotaba y podía tener ritmo ofensivo. Sin embargo, a partir de mediados del tercer cuarto en adelante, el CSKA jugó de manera espectacular en ataque y prácticamente se escapó en el juego. Fue resultado de una buena circulación del balón, un muy buen movimiento sin él, mientras que los rusos también aprovecharon los huecos en la defensa, poniendo fuertes pantallas y presentando un excelente juego de pases hasta encontrar la mejor de las opciones.
El CSKA anotó 54 puntos en la segunda mitad (32 de ellos en el cuarto período) con un 50% en tiros de tres, mientras que el Madrid forzó sus lanzamientos, con mucho tiro exterior y un bajo porcentaje. En general, los visitantes parecían tener un mejor plan táctico, un baloncesto más reflexivo y mejores opciones en ambos lados de la cancha. Ocho jugadores del CSKA anotaron más de 7 puntos, lo mucho que Itoudis sacó de la profundidad y la versatilidad de su plantilla.
Los helenos sobreviven el primer partido a vida o muerte
Por primera vez en muchos años el Olympiacos estaba tan temprano con la espalda contra la pared en el Top 16. El partido contra el Laboral Kutxa Vitoria Gasteiz fue una “final” y este hecho afectó positivamente a los jugadores del equipo local, que tras un arranque equilibrado del partido, impuso su ley, con su defensa una vez más dando oportunidades de contragolpes. En los primeros minutos del juego los jugadores de Velimir Perasovic sabían superar la presión defensiva del Olympiacos través de un buen posicionamiento. Se colocaban cerca de la pelota con el fin de hacer unos pases fáciles y así aprovechaban del movimiento funcional y crearon varios tiros abiertos.
El hecho de que no acertaban en su tiro exterior fue una de las dos razones por las que el Olympiacos se mantenía cerca en el marcador. La otra razón fue la excelente conexión entre Vasilis Spanoulis y Georgios Printezis, que tenía una ventaja en el poste contra Davis Bertans y se aprovechó de ella. En ataques estáticos recibió algunos pases para jugar uno contra uno e hizo movimientos inteligentes sin el balón, recibiendo pases de Spanoulis para canastas a las que ya estaba preparado. Anotó 13 puntos en el primer cuarto y dio una ventaja a su equipo. A lo largo de todo el juego el Laboral tenía serios problemas con las jugadas de pick-and-roll. El segundo cuarto perteneció totalmente a los helenos. Con el marcador empatado a 25-25, el equipo local endosó un impresionante parcial de 16-0 en 3 minutos del partido, gracias a una asfixiante defensa, que fue una muestra de lo que es capaz de hacer el Olympiacos cuando defensa funciona adecuadamente. Los locales presionaron incesantemente la bola, empujando hacia arriba su defensa y poniendo trampas.
El Laboral hizo 6 pérdidas del balón en 3 minutos, sólo intentó 2 tiros, ambos fallados, y había encajado 10 de los 16 puntos en transición. A partir de ese momento, la mitad del trabajo ya estaba hecho, el equipo local sólo tenía que mantener su ventaja. En general, el Olympiacos circulaba muy bien el balón, Spanoulis pasaba increíblemente tras jugadas de pick-and-rolls y siempre encontraba la mejor opción posible. Por primera vez del curso, los tiros de campo del Olympiacos superaron por cuatro veces los de tres, cuando antes del partido la relación había sido menos de 2-1. El Olympiacos penetraba la defensa del Laboral en cada oportunidad, encontrando grandes opciones en ataque. En la segunda mitad, con su equipo por detrás con 20 puntos (61-41), Perasovic optó por un quinteto con Darius Adams y Mike James en la cancha. Los dos penetraban la pintura mediante los hedge-outs ofensivos de la defensa del Olympiacos y creaban ocasiones para unos tiros abiertos después de un buen juego de pases.
Ioannis Bourousis fue otra vez increíble, metiendo 8 de 8 tiros de campo y ayudando a cortar a 8 puntos la desventaja. Ese hecho despertó al equipo local, que encarriló su defensa forzando al Laboral a tomar decisiones precipitadas. El Olympiacos circulaba el balón con paciencia en ataque contra la presión en zona del Laboral, buscando desajustes para anotar en el interior, ya que sus hombres altos finalizaban las buenas creaciones de sus compañeros de equipo, sellando una victoria vital para los griegos.