Por Panos Katsiroubas/ info@eurohoops.net
La lupa se enfoca en todas las canchas europeas de la Turkish Airlines Euroliga y cada semana elige algunos de los partidos que roban el espectáculo en la máxima competición europea.
Partido 2: ¡El Baskonia sobrevive a una prórroga de suspense!
Un partido número 2 entre el Laboral Kutxa Vitoria Gasteiz y el Panathinaikos Atenas en Vitoria dio a la afición el entretenimiento que buscaba. El equipo de Velimir Perasovic se dejó la piel en la cancha. A pesar de tener a sus tres titulares fuera con lesiones, el Laboral derrotó al equipo griego en el tiempo extra a pesar del impresionante rendimiento de Dimitris Diamantidis. La conclusión general es que el equipo que ganó era el que no sólo tenía más talento a lo largo del perímetro, sino también el que estaba mejor preparado. Una vez más, al igual que en el primer partido de la serie, el Panathinaikos tenía un carajal de problemas con las jugadas de los vitorianos efectuadas desde el perímetro. Mike James y Darius Adams superaban a sus defensores en la mayoría de las ocasiones. Cada vez que se encontraban con las defensas de cambio, atacaban con velocidad y a través de buenas pantallas encontraban pasillos abiertos hacia la canasta del Panathinaikos. Davis Bertans creaba grandes problemas al Panathinaikos con sus rápidas salidas detrás de los bloqueos, pero los jugadores de Aleksandar Djordjevic se ocupaban de estos tipos de pantallas de forma flojísima. En general, el Laboral tenía una buena circulación y muchas pantallas lejos de la pelota en comparación con el Panathinaikos, que, además de tratar de llevar la bola a la pintura, a menudo recurría a unos intentos apresurados. Un aspecto en el que los visitantes mejoraron fue la defensa en el poste, con Ognjen Kuzmic jugando excelentemente en defensa contra Ioannis Bourousis durante la mayor parte del juego.
El ataque de Panathinaikos carburaba sólo con Diamantidis en la cancha. El base legendario leía bien la defensa de pick-and-roll del Laboral, finalizando las jugadas con bote hacia la canasta o con tiros detrás de las pantallas. Él anotó 17 puntos, repartió 6 asistencias y llevó el partido a la prórroga con un triple increíble a 8 del final del último cuarto. Diamantidis también aportaba a la defensa con un buen posicionamiento cada vez que Bertans intentaba postear y también en las defensas de ayuda y las trampas. Con el tiempo, el Laboral decidió jugar con Bourousis en el interior. Si él no podía anotar desde el poste, buscaba a sus bases y escoltas cortando desde lo alto de la pintura o pasando al perímetro para los tiradores del conjunto baskonista que salían detrás de las pantallas. Si no tenía alguna de las opciones arriba mencionadas, pasaba el balón al perímetro para un juego de aclarado puro por parte de Adams o James. Sobre todo en el tiempo extra, Bourousis fue increíble, anotando y pasando de forma excelente. Al final, el Laboral sobrevivió a sus tendencias suicidas, a diferencia del final del tiempo reglamentario, cuando el Panathinaikos no pudo empatar de nuevo a pesar de un movimiento en el poste con Miroslav Raduljica jugando uno contra uno, fallando un tiro que a menudo logra meter. El Laboral sobrevivió a un juego tremendo y ahora irá a Atenas con una gran ventaja, en busca de una victoria para hacer su reaparición en una Final Four por primera vez desde 2008.
Partido 1: La oportunidad perdida del Barcelona
El Lokomotiv Kuban y el FC Barcelona Lassa iniciaron su propia serie con un choque de suspense. Al final, a pesar de no tener acierto en muchas ocasiones, el Lokomotiv se llevó el triunfo, con los visitantes perdiendo un partido que deberían haber llevárselo. Ambos equipos jugaron a un ritmo relativamente bajo sin tratar de subirlo en ningún momento del partido. Al final resultó que el lento ritmo de juego convenía al equipo de Xavi Pascual, ya que los visitantes trataron de aprovechar los desajustes creados por la defensa con cambios que jugaba el Loko. El Barcelona lo hizo con mucha consistencia, anotando la mayor parte de sus puntos en la primera mitad del juego de esta manera. El Lokomotiv hizo un buen trabajo ofensivo, creando huecos ya sea con jugadores perimetrales o los hombres altos lanzando desde el exterior. Sin embargo, el Lokomotiv no podía sacar el máximo provecho de la buena circulación de balón que creó muchos tiros abiertos porque sus tiradores estaban exasperantemente desacertados.
En general, el Lokomotiv sólo logró meter 5 de 23 triples, muchos de los cuales fueron hechos bajo ninguna presión en absoluto. El Barcelona parecía estar controlando el juego, pero la lesión del pívot Joey Dorsey lo cambió todo, proporcionando espacio para el hombre alto del Lokomotiv, Anthony Randolph, que logró meter a su equipo al partido. Apoyándose en el juego perimetral, Randolph puso la pelota en el suelo para anotar o provocar faltas que lo enviaban a la línea de tiros libres, llevando a sus oponentes. Anotó 9 puntos consecutivos para su equipo para mantenerlo en el juego en un momento en que el Barcelona salía rápido de las pantallas lejos del balón para crear tiros abiertos que Pau Ribas, Alex Abrines y Juan Carlos Navarro convirtieron en puntos.
Así, los visitantes consiguieron crear diferencias de 6 a 8 puntos. Con Matt Janning y Ryan Broekhoff, el Lokomotiv extendió su ataque por todo lo ancho de la cancha, estirando la defensa del conjunto azulgrana. Como resultado los rusos consiguieron unos tiros abiertos desde los ángulos, mientras que en otras ocasiones el Lokomotiv se aprovechó de la mala defensa close-out de los catalanes, llegando con comodidad hasta la canasta. A pesar de las soluciones ofensivas que había encontrado el Lokomotiv, los de Bartzokas seguían yendo a remolque. Al final, lo partido lo decidió la defensa del Loko y las numerosas oportunidades perdidas del Barcelona con tiros abiertos y juego en transición. El equipo de Pascual no pudo anotar durante casi 5 minutos. El Lokomotiv anotó menos tiro, pero se llevó una gran victoria. Gracias a su defensa del último cuarto, el Lokomotiv sólo le permitió ocho puntos al Barcelona, lo que resultó ser crucial.
Partido 1: El Fenerbahce da el primer paso
El Fenerbahce Estambul y el Real Madrid es el emparejamiento más intrigante de este playoff, un año después de su batalla en la semifinal de la Final Four de Madrid. El primer asalto de Estambul demostró que esta serie tiene todos los ingredientes para convertirse en épica. En una partida de ajedrez sin fin, el Fenerbahce de Zeljko Obradovic dominó el partido por completo, a pesar de la ausencia del increíble Jan Vesely. El Madrid pisó la cancha decidido a jugar duro en defensa, algo que los vigentes campeones han hecho con éxito en muy pocos partidos del curso. Con Jeffery Taylor marcando a Bobby Dixon y Sergio Llull a Bogdan Bogdanovic, trataron de contraponer al talento su velocidad y explosividad. Al principio el filtro defensivo daba resultado, con el Fenerbahce teniendo problemas con crear espacios abiertos, hacer circular la pelota o conseguir buenos tiros. A pesar de la baja de Vesely, Pero Antić y Ekpe Udoh ambos estaban en el quinteto inicial, una sorpresa, ya que recientemente se alternaban en la posición de pívot, con Luigi Datome y Nikola Kalinic cubriendo la posición de ala-pívot. Aunque el Madrid logró bajar la anotación del Fenerbahce, en la ofensiva los visitantes tenían grandes dificultades para llevar la bola dentro de la pintura.
La mayoría de los tiros del Madrid llegaron desde el perímetro, con Udoh jugando una gran defensa de ayuda y recuperación, sobre todo desviando los pases a Gustavo Ayón. El hecho de que el Titán sólo intentó un tiro en 25 minutos de juego se debe en gran parte a la defensa del Fenerbahce. El preparador madridista, Pablo Laso, se vio obligado a jugar con Sergio Rodríguez y Jaycee Carroll al mismo tiempo, una opción que redujo considerablemente la capacidad defensiva de los visitantes. Mientras tanto, durante un cierto plazo de Obradovic bajó el quinteto del Fenerbahce, usando a Datome y Kalinic como ala-pívot y pívot. El norteamericano y el serbio proporcionaron al equipo local la velocidad y el bote desde cualquier posición. Gracias a la simultánea reaparición de Bogdanovic, los otomanos lograron llevar su ventaja a dobles dígitos. A su regreso, Udoh anotó en algunas jugadas de pick-and-roll consecutivas ya que en el segundo cuarto la defensa de Madrid perdió todas las batallas. El Fenerbahce fue dominante, el Madrid no tenía ni ideas ni acierto desde el perímetro. Además, las 3 asistencias repartidas registraron la peor marca del equipo de la segunda fase en adelante.
En la segunda mitad, lo que metió a los visitantes de nuevo en el partido fue la mejora de su defensa contra Bogdanovic y su porcentaje en el tiro exterior. Por otra parte, los jugadores de Laso se aprovecharon de algunas aberturas para botar hacia la canasta. Lo que no podía ser cambiado, sin embargo, fue el limitado juego interior, con el Fenerbahce todavía dominante en la pintura. El Madrid lanzó 34 tiros de tres y tan sólo 28 de campo, algo que refleja la dificultad que tenían los blancos para acercarse a la canasta. Al mismo tiempo, tan pronto como se vieron por detrás en el marcador por primera vez en el encuentro, los locales encontraron su rematador en persona de Kostas Sloukas. El dos veces campeón de la Euroliga creaba huecos tras salir de las pantallas sobre la pelota y en jugadas de aclarado, anotando 10 puntos muy cruciales en el cuarto decisivo y 17 en total, una cifra que también es su mejor marca personal en la competición. Los Vikingos continuaban tirando mal influidos por su bajo número de asistencias, 10, ya que Rodríguez acabó sin ninguna, siendo bien cerrado por la defensa de los turcos. La primera sangre fue derramada por Madrid, y dos noches más tarde, el Fenerbahce dominaría aún más para llevarse el segundo asalto de la serie (2-0), antes de que ella se trasladara a Madrid.