Por Panos Katsiroumbas/ info@eurohoops.net
La lupa se enfoca en todas las canchas europeas de la Turkish Airlines Euroliga y cada semana elige algunos de los partidos que roban el espectáculo en la máxima competición europea.
De vuelta tras ocho años de ausencia
Vitoria está honrando su orgullo y alegría. El Laboral Kutxa Vitoria Gasteiz ha vuelta a una Final Four después de ocho años y lo hicieron de una manera absolutamente contundente contra un Panathinaikos que era incapaz de reaccionar durante la mayor parte de la serie. El entrenador en jefe del equipo, Velimir Perasovic, ganó la tercera batalla de la serie, así, confiando en exactamente las mismas armas que les dieron las dos primeras victorias, a pesar del hecho de que, por otro partido, jugó sin Tornike Shengelia, Fabien Causeur y Adam Hanga. Los dos bases extraordinarios del Baskonia, Mike James y Darius Adams, desbarataron todos los planes de la defensa griega, creando huecos en todos los sentidos.
En general, los dos promediaban 40 puntos, es decir, la mitad del desempeño ofensivo de su equipo. Guardaron lo mejor para el tercer y último partido. En la primera mitad, el que cumplía con el trabajo era James, increíble tanto en defensa, como en ataque. Una vez más vimos un gran trabajo mediante un buen movimiento y pantallas lejos de la pelota, las que el Laboral aprovechó a lo máximo. Estamos hablando de las brechas que los bases creaban a lo largo del perímetro, jugando uno contra uno, obligando a la defensa del Panathinaikos a enviar ayuda y el juego creativo increíble de Ioannis Bourousis en el poste.
Una vez más, el pívot griego mostró su inmenso talento en leer las ayudas y pasar en el momento oportuno, ya sea tras los cortes de sus compañeros cortan, o a lo largo del perímetro. En todas esas jugadas los visitantes ponían grandes pantallas para los jugadores que recibían la pelota, dándoles espacio y tiempo para ejecutar. Sus 6 asistencias de marca personal, reflejan perfectamente la eficacia de Bourousis en crear para sus compañeros de equipo. Los únicos puntos de reacción del Panathinaikos fueron anotados a base de una buena defensa al final de la primera mitad y a principios del tercer cuarto. En el primer caso, el Panathinaikos jugó una defensa con cambios: con Vince Hunter en el centro, se complicó muchísimo el bote hacia la canasta de los baskonistas. Ese cambio forzó un parcial de 7-0 que recortó la ventaja del Laboral de 12 puntos a 5. En el tercer cuarto, Elliot Williams hacía un buen trabaja, botando desde lo alto de la pintura y metiendo canastas de medio alcance, algo que la defensa del Laboral lo arriesgaba durante toda la serie, pero el Panathinaikos no logró aprovechárselo a lo máximo.
En ese momento, el equipo local parecía estar ganando fuerza, pero algunos tiros fallados del Panathinaikos y Darko Planinic salvando algunas jugadas del Laboral mantuvieron a los visitantes en el partido a pesar de un mal acierto en el tiro exterior, es decir, 0/10 en tiros de tres desde los minutos 18 a 30. En el último cuarto fuimos testigos de un brote definitiva por los jugadores perimetrales del Laboral que finalmente inclinó la balanza a su favor. Adams anotó 14 puntos en este cuarto, ejecutando en todas las circunstancias, incluso cuando lo marcaban bien. Bourousis, James e incluso Alberto Corbacho anotaban de todos lados, con el Laboral teniendo un surreal 7/10 triples en los 10 minutos finales. Para el Panathinaikos, estas vacunas eran como unos apuñalamientos psicológicos. El Laboral creó una ventaja de dobles dígitos, asegurando su clasificación para Berlín. Dimitris Diamantidis acabó su carrera euroliguera con un barrido, pero con una gran ovación por parte de sus compañeros de equipo, adversarios, los árbitros y los aficionados que mostraron el reconocimiento completo de su talento y su contribución al juego.
La némesis de los campeones
En la serie que todos esperábamos que fuera épica, el Fenerbahce Estambul era imponente y dominante contra el Real Madrid y lo barrió con una victoria en el tercer partido en Madrid para llegar a su segunda Final Four seguida. Se trata del segundo año consecutivo en el que el equipo del preparador Zeljko Obradovic noquea a los vigentes campeones de Europa. El año pasado fue el Maccabi Tel Aviv FOX que perdió por 3-0 frente al Fenerbahce en los playoffs y entregó su corona, mientras que este año el Madrid ha tenido la misma suerte. Si hubiera que poner un título a esta serie, sería “La rapsodia de Zeljko Obradovic”.
Durante los 120 minutos jugados, el serbio tenía respuestas para todos los esquemas ofensivos del Madrid, ni siquiera darles la oportunidad de encontrar su ritmo y levantarse la moral. La contribución de Ekpe Udoh en esta serie era enorme, ya que jugó tanto por sí mismo como por Jan Vesely. El norteamericano era increíble en defensa, cambiando, jugando uno contra uno, o ayudando y recuperando desde el perímetro con su increíble velocidad y explosividad. También siempre tenía tiempo para leer el movimiento de los bases del rival cada vez que trataban de penetrar, estando de último protector del aro con sus muchos tapones, desempeñando un papel de ayudante.
El Fenerbahce también logró presionar mucho el baló, privando a los bases de los blancos de creatividad y anotación. El Madrid promediaba 70 puntos en los playoffs, 15 menos que en el Top 16. Su porcentaje del tiro exterior se redujo de 37% a 27%, mientras que su balance de asistencias/pérdidas del balón fue precisamente uno, lo que significa que el Madrid tenía el mismo número de asistencias que de pérdidas de balón. El Madrid había sido el mejor equipo en esta estadística, antes de que comenzaran los playoffs. Tras un relativo equilibrio en la primera mitad, sobre todo en defensa, el juego se decidió prácticamente en el tercer cuarto. Fue entonces cuando surgió Bogdan Bogdanovic y comenzó a anotar sus canastas favoritas tras desmarques. El Madrid no tenía a un pívot que pudiera perseguirlo tras los cambios en defensa, de lo que se aprovechó Bogdanovic, tirando con un buen acierto y botando hacia la canasta en cada oportunidad. Anotó 17 puntos, todos ellos en la segunda mitad y, junto con Luigi Datome, metió unos canastones que remataron a sus oponentes. Gracias a su durísima defensa, el equipo de Obradovic llegó a mandar incluso con 17 puntos en el camino hacia una victoria por 63-75, registrando el peor desempeño ofensivo del Real en el Barclaycard Center.
El segundo mejor rendimiento defensivo del curso en Madrid pertenecía al Laboral Kutxa Vitoria Gasteiz, que paró al Madrid en 68 puntos en el Barclaycard Center. Tal vez no es casualidad que estos dos equipos vayan a enfrentarse en la semifinal de Berlín. El Madrid hizo un desesperado intento de remontar el partido, anotando 6/10 triples en el último cuarto (hasta ese momento había tenido 3/23), pero la diferencia era grande y el tiempo se agotaba. El Fenerbahce se dirige a Berlín más que merecidamente, mientras que para el Madrid un año decepcionante llega a su fin con déficit, ya que su balance euroliguero ha sido de 12 victorias y 15 derrotas
El Lokomotiv sigue con vida
El cuarto asalto en Barcelona entre el FC Barcelona y el Lokomotiv Kuban Lassa Krasnodar fue un partidazo. Haciendo su mejor partido en la serie, los visitantes se impusieron en la prórroga tras un increíble espectáculo. Desde el inicio del duelo hasta el final, el plan ofensivo del Loko tenía como objetivo a Ante Tomic, pero fue decisivo en los últimos minutos del tiempo reglamentario y en tiempo extra. En lo esencial, todas las jugadas del equipo de Georgios Bartzokas apuntaban a Tomic, con todas las pantallas puestas por el jugador que lo marcaba. A continuación, los bases del Lokomotiv botaban hacia la canasta o con tiros de medio alcance castigando el lento hedge-out de Tomic. Si eso no funcionaba, había el plan B, con Anthony Randolph y Chris Singleton tirando desde el perímetro con el fin de forzar al hombre alto de los azulgrana a salir. Luego atacaban contra él poniendo el esférico en el suelo o lanzando desde el perímetro. Singleton y Randolph se combinaron para 42 puntos – la mayoría de ellos mediante ese esquema táctico – 20 de los cuales llegaron en los minutos finales del partido y en la prórroga. Las manos de Xavier Pascual estaban atadas debido a las faltas personales de Samardo Samuels y la lesión de Joey Dorsey, su otro pívot. No tomó el riesgo de convertir el juego en un espectáculo salvaje al recurrir a unos quintetos cortos, con Justin Doellman jugando de 5.
En defensa, el Lokomotiv jugaba con cambios, arriesgando desajustes – que en algunos puntos del partido le sirvieron, mientras que en otros, como el final del tercer y el principio del último cuarto, no. Lo malo fue que el Barcelona no consiguió demasiados puntos de los numerosos desajustes que Tomic tenía con Malcolm Delaney y Matt Janning dentro de la pintura, con el hombre alto del Barcelona incapaz de ser agresivo y durante la mayor parte del tiempo buscando pases. El Loko también intentó a apuntar a Juan Carlos Navarro y Carlos Arroyo con jugadas de aclarado a lo largo del perímetro, algo que dio sus frutos sólo en los primeros instantes del partido. Aparte de la asombrosa actuación de Randolph y un partido completo de Delaney, la excelente actuación de Víctor Claver también es digna de mención. El ala-pívot español fue un catalizador para el Lokomotiv en la defensa. Era excelente en todo tipo de defensas: uno contra uno, trampas en defensa, rebotes, tapones. También anotó grandes canastas y contribuyó mucho con sus rebotes ofensivos y puntos tras segundas opciones. Ahora la serie se traslada a Krasnodar para un lance de dados que enviará al ganador a Berlín para jugar la semifinal ante el CSKA de Moscú.