Por Antonis Stroggylakis/ info@eurohoops.net
Un espléndido partido de Vasilis Spanoulis más una defensa de granito, ayudaron al Olympiacos a volver a la senda de las victorias en la Euroliga (tras perder ante el CSKA de Moscú y el Galatasaray) para vencer al Barcelona en el Pireo 59-52.
Spanoulis, una problema insoluble para los catalanes, terminó el partido con 14 puntos más 6 asistencias. Erick Green (9 puntos), Ioannis Papapetrou (8 puntos) y Khem Brich (7 puntos, 7 rebotes) siguieron a su capitán.
Para un paupérrimo Barcelona que estableció su peor marca anotada de la Euroliga, Jonathan Holmes anotó 13 puntos y capturó 9 rebotes mientras que Tyrese Rice encestó 11.
Un imparable “Kill Bill” encabezó la ofensiva del Olympiacos en anotación y creación (13 puntos, 3 asistencias), mientras que al otro lado, Jonathan Holmes aprovechó la falta de atención de la defensa rival, sacando el máximo provecho de cada tiro para clavar 10 puntos en el primer cuarto. Sin embargo, los locales consiguen una ventaja de 5 tantos (21-16), camino de segundo cuarto.
Mientras que ambos equipos jugaron a un ritmo lento, el Olympiacos siguió llevando la delantera gracias a unas defensas sofocantes de Hackett y la juerga anotadora de Erick Green. Mientras tanto, el Barcelona carecía de ayudas necesarias por parte de sus actores de siempre como Tyrese Rice y Ante Tomic por lo que el marcador de la primera parte (32 – 25) parecía bastante natural.
El descanso no afectó la intensidad del Olympiacos en la defensa que siguió siendo la clave de su liderato. Tras otra parada exitosa del ataque de los catalanes, Mántzaris dio al Olympiacos la ventaja más grande hasta aquel momento, 39 – 28. Rice anotó algunos puntos personales para acercar a su equipo, pero los rojiblancos seguían apretando en defensa, recuperando rápidamente su ventaja de dobles dígitos.
Los dos equipos entraron en el último cuarto arriba con 11 (49 – 38) a favor de los de El Pireo. A pesar de que el equipo del entrenador Sfairopoulos no pudo ejecutar bien en la mayoría de sus esfuerzos, el Barcelona estaba completamente fuera de ritmo, perdiendo canastas aparentemente fáciles. Así, el Olympiacos no tenía ningún problema en mantenerse a una distancia segura de los azulgrana hasta la bocina final.