Por Aris Barkas/ barkas@eurohoops.net
La Basketball Champions League está ganando cada vez más reconocimiento en ambos lados del Atlántico. Jugadores que no han tenido la oportunidad en las competiciones más famosas están brillando en Europa gracias a esta competición, lo que permite que vuelvan a esta bajo el radar de todo el mundo.
Uno de los ejemplos más claros de esta situación es el de Jae’Sean Tate, la reciente incorporación de los Houston Rockets. Tras no ser drafteado en el Draft del 2018, Tate firmó con los Antwerp Giants de Bélgica. Ahí consiguió unos promedios de 13 puntos, 5.6 rebotes y 1.6 asistencias en los 24 partidos de la BCL que disputó, formando parte de la histórica temporada que llevó al equipo belga hasta la Final Four del 2019.
Después de una temporada en Australia, Tate ha conseguido su primer contrato en la NBA, un hito que ha sido posible gracias a su participación en la BCL.
No es el único caso de joven talento que pasa desapercibido y que se beneficia de una competición como la Basketball Champions League, que da cobijo a los clubes menos desarrollados de Europa y que son los que siempre tienen que arriesgar más a la hora de fichar jugadores, ya que sus recursos son limitados.
QJ Peterson, de los Bakken Bears es otro ejemplo similar. Tras no ser drafteado por la NBA, el base sí fue drafteado por los Lakeland Magic de la G League, la liga de desarrollo de la NBA, y hasta el momento está promediando 21.3 puntos por partido en la BCL.
Y también hay que tener el caso de jóvenes jugadores que si que han sido drafteados, como Vit Krejci del Zaragoza o Nikos Rogkavopoulos del AEK, que ha admitido que su intención es aumentar sus probabilidades de una mayor elección en el draft gracias a sus actuaciones en la BCL.
No importa si eres un europeo con talento o un norteamericano en busca de su oportunidad y que le llegue el reconocimiento que se merece, la Basketball Champions League te permite ponerte bajo el foco y crear tu propio legado en una competición en constante crecimiento.