Por Aris Barkas/ barkas@eurohoops.net
El secretario general de FIBA, Andreas Zagklis, se reunió de forma remota con los medios de comunicación en una rueda de prensa que abordó todo lo que sucedió el año pasado y también habló sobre las expectativas para 2023.
Sin embargo, uno de los temas principales de su comparecencia fue la reciente reunión que tuvo con el presidente de la Euroliga, Dejan Bodiroga, y el director ejecutivo de la Euroliga, Marshall Glikman.
Zagklis confirmó que la reunión fue buena, pero no productiva. Tal y como explicó: “Debo decir que la situación dentro de la Euroliga no nos está permitiendo progresar”.
Para Zagklis el problema es que no hay una posición unificada desde la Euroliga sobre el tema del conflicto de programación y la posible colaboración con FIBA: “Sí, nos reunimos y fue una buena reunión, pero en este punto no hemos avanzado. El ambiente es bueno y también tenemos la sensación de que la FIBA está preparada y abierta. Cambiamos las fechas de las ventanas de noviembre para acomodar a las selecciones y los jugadores. Sin embargo, por otro lado, solo hemos visto que se reprogramaron algunos partidos. Estoy contento con esos cambios y quiero agradecer a todos los que los hicieron realidad. Ahora mismo en la Euroliga, hay una clara mayoría y una minoría en el proceso de toma de decisiones. No esperamos que nada cambie de cara la próxima ventana de febrero. Hemos incluido a todos los involucrados en nuestra reunión, con la NBA incluida, y todavía estamos esperando algún progreso”.
Lo que quiere decir el secretario general de la FIBA es que todavía hay un debate abierto dentro de la Euroliga sobre el tema y si bien bajo el mandato Bodiroga existe la voluntad de encontrar una solución al problema, aún no hay consenso sobre el asunto por parte de los club/accionistas de la Euroliga.