Por Alex Madrid / @TheAlexMadrid
En mayo de 2018, con más de 20 temporadas a sus espaldas, Álex Mumbrú decía adiós como jugador profesional. Era solo el principio ya que, apenas dos años después, es uno de los entrenadores con más proyección del baloncesto español. En este corto periodo de tiempo ha logrado un ascenso a ACB, una -casi milagrosa- clasificación para la Copa del Rey y que la competición europea regrese a Bilbao.
Eurohoops: Comencemos por el regreso a Europa del equipo, ya que la próxima temporada van a disputar la Basketball Champions League. Usted que ha sido jugador y entrenador del club, ¿qué siente por esa vuelta a la competición europea?
Álex Mumbrú: Ha sido todo muy rápido. Después de todo lo sucedido, ha ocurrido en muy poco tiempo. Estoy muy contento. Ha sido un premio a la gran temporada del año pasado, al trabajo del grupo. El equipo ha hecho las cosas bien y estoy muy feliz por volver a Europa. Volveremos a jugar contra los mejores y a desplazarnos por el continente. Sobre todo, nuestra gente nos va a poder ver más a menudo, no solo cada 15 días.
– ¿Por qué la BCL?
Á.M.: Es una competición atractiva y muy competitiva. El club ha decidido jugar la Champions League y, como todas las decisiones que toma, me parece acertada.
– ¿Qué recuerda de aquel Bilbao Basket que llegó a estar entre los ocho mejores de Europa?
Á.M.: Recuerdo que era un equipo muy comprometido con la ciudad y con el club, como la mayoría de equipos que han competido aquí. Hicimos una gran Euroliga y terminamos compitiendo contra el todopoderoso CSKA, siendo la Cenicienta. No nos tocaba estar en ese Top 8. Era un equipo muy divertido y mantengo amistad con muchos de los jugadores que estaban allí.
– A algunos aún nos cuesta verle con traje. Colgó las botas y, en poco más de un mes, ya era entrenador del Bilbao Basket.
Á.M.: No es algo normal, es cierto, pero el club pensó en mí para poder volver a la ACB. Fue todo muy rápido y hay veces que tienes que coger estos trenes. Si lo analizamos ahora, fue una decisión acertada. Pero, si el resultado hubiera sido distinto, seguiría pensando lo mismo. Cambié rápido, pero ya llevaba tiempo pensando en ello. Me había estado preparando durante muchos años, copiando y mirando cosas de mis entrenadores. Al final, el paso no fue tan difícil.
– ¿Qué es eso que ha cogido de sus entrenadores? ¿Usa los métodos de alguno en particular?
Á.M.: Si dijera que no, mentiría. Al final, tantos años de baloncesto estando con los mejores entrenadores, ves cómo se ganan las cosas, cómo se han perdido… Vas mirando, copiando y haciendo tu propio libro de anécdotas y de cómo entrenar. Tuve la suerte de tener grandes entrenadores y poder sacar mucho de ellos.
– Tengo entendido que, tras una retirada, recomiendan estar al menos un año apartado del baloncesto para que, una vez se convierta en entrenador, los jugadores no le vean como uno más. ¿Fue difícil marcar esa distancia con los jugadores?
Á.M.: No, no, para nada. Además, estuve entrenando a alguien que había sido mi compañero, Javi Salgado, que ahora está en el cuerpo técnico. Está claro que un entrenador marca las distancias con los jugadores, es algo normal. Habrá gente que pensará que es bueno parar un año, pero depende del carácter de cada uno. Yo tengo un carácter fuerte, tengo muy clara la posición en la que estoy y qué es lo que aporto dentro del grupo. No me costó mucho marcar la diferencia de ser jugador a entrenador.
– ¿Qué corregiría el Álex Mumbrú entrenador del Álex Mumbrú jugador?
Á.M.: Siempre hay que mejorar y corregir cosas. Siempre puedes hacer cosas como entrenador para ayudar a los jugadores a ser mejores o, simplemente, con un detalle, entienden mejor el juego o el momento en el que están. Tengo la suerte de, al haber sido jugador, entender lo que necesita el jugador en cada momento. O entender lo que sienten según la situación del partido, el entrenamiento. Eso ayuda a la hora de entrenar.
– ¿Cómo consigue un entrenador, con un bloque de jugadores de LEB Oro, que un equipo compita a tan alto nivel en la ACB?
Á.M.: Presupuestariamente, somos de los más bajos de la ACB. Era una realidad, por lo que debíamos hacer el mejor equipo posible con el dinero que éramos capaces de tener. Habíamos competido con unos jugadores que habían demostrado que eran capaces de ascender a un equipo a primera división. Así que, ¿por qué no ser capaces de demostrar que también eran competitivos en la ACB? Hicimos esa apuesta.
Es cierto que llevábamos una dinámica ganadora por todo lo ocurrido en la LEB Oro, lo que nos permitió estar más avanzados en el apartado táctico. Cuando formamos la plantilla junto con Rafa Pueyo [Director Deportivo del club] no sólo intentamos fichar jugadores, sino que intentamos hacer un equipo. No era bueno desmantelarlo para jugar en otra división.
– Entonces, ¿cree que, de alguna manera, el trabajo puede reemplazar al talento?
Á.M.: El talento es una parte fundamental dentro del deporte y dentro del baloncesto. Pero si no hay trabajo cuando se tiene talento, el trabajo supera al talento. El talento sin trabajo siempre se queda escaso. Lo necesitas para poder seguir siendo competitivo o para poder tener más talento.
– La clasificación para la Copa del Rey, por cómo se consiguió (en la última jornada, ganando en el Palau Blaugrana), ¿es un premio a ese trabajo?
Á.M.: Seguramente sí, pero principalmente es un premio para nuestra afición, a nuestra gente. Esa gente que va a Miribilla, que lo pasó mal cuando descendimos a LEB Oro. Seguía llenando el pabellón, como cuando estábamos en ACB. Disfrutaron cuando ascendimos. Era un premio para ellos.
También fue un premio para los jugadores. Pudieron demostrar que, después de estar en LEB, podían jugar una Copa del Rey, con lo que significa jugar una Copa del Rey, y de la manera en la que se consiguió. Demostraron que podían ganar en Barcelona.
– Después de la Copa el equipo mantuvo su buen nivel y, cuando se suspendió la competición, el Bilbao Basket era 5º. Si no se pudiera reanudar la competición, ¿le dejaría un sabor amargo?
Á.M.: Lo que está claro es que nos quitó el momento dulce en el que estábamos. Estábamos ganando, jugando bien y este parón nos ha cambiado todo. Se tiene constancia de lo importantes que son las dinámicas para un equipo para la manera en la que se afronta un partido. Nos dio confianza ir ganando durante el año y estábamos con buena dinámica y confianza. ¿Qué hubiera pasado? Realmente no lo sé porque es difícil saberlo. Me encantaría que las circunstancias fueran distintas, pero la salud de tanta gente está por encima de lo que podría haber pasado. Sería injusto si solo pensara en ese mal sabor de boca que me quedaría por no acabar la temporada.
– ¿Y usted ve factible la reanudación?
Á.M.: La ACB es una de las mejores ligas de Europa, y eso no se demuestra solo diciéndolo. Va a haber un intento importante y fuerte por jugar. No será un final habitual, pero sí podremos volver a la normalidad, que será bueno para todo el mundo.
– ¿Cómo se están adaptando usted y sus jugadores a los nuevos entrenamientos?
Á.M.: A veces me preguntan si me estoy adaptando a la nueva normalidad. Lo cierto es que a mí me gustaría tener la normalidad de siempre, no esta. Tienes que acostumbrarte a entrenar con guantes, con mascarilla e intentar seguir un protocolo muy exhausto. Sobre todo requiere una responsabilidad grande por parte de cada uno de los miembros del equipo, ya sea por mi parte, la del cuerpo técnico, la de los jugadores o los ‘fisios’. Todos. Vamos a ver si podemos acabar jugando para que vuelva la normalidad.
– Cada vez hay menos jugadores en activo de la generación de la que formó parte en la Selección. La mayoría de ellos están ahora trabajando en despachos pero, ¿cree que alguno de ellos tiene madera de entrenador?
Á.M.: Hay jugadores que saben mucho de baloncesto por tantos años que han estado jugando y estarían al nivel si cogieran un equipo. Ser entrenador es algo que te tiene que llamar, pero estoy convencido que si alguno de ellos quiere serlo, estará capacitado seguro para afrontar el reto.
– Ha ganado todo tipo de medallas con la Selección Española como jugador. Pero ahora, siendo entrenador, ¿tiene como sueño dirigir al conjunto nacional más exitoso de la historia de Europa?
Á.M.: Te engañaría si dijera que no. ¿Quién no estaría orgulloso de poder dirigir a la Selección Española? Esa sería la pregunta. He vivido cosas increíbles con la Selección. Seguramente, he vivido mis mejores momentos dentro de ella, con un grupo humano increíble, ganando títulos y disfrutando. Está claro que la Selección Española es un equipo especial. Yo diría que por encima de otras selecciones y por encima de lo que te puedes encontrar en un grupo que entrenas día a día. Es un sitio especial, lo he vivido en primera persona. Sería algo increíble, pero la verdad es que no pienso en ello. Eso es un sueño y, en lo que pienso, es entrenar con mi equipo, seguir mejorando como entrenador, en hacer que mi equipo compita y, sobre todo, que cada vez juegue mejor al baloncesto.
ACB Photo