Por Alex Molina / info@eurohoops.net
MADRID – El Real Madrid se ha impuesto a los Dallas Mavericks por 127-123 en la fiesta de Luka Doncic. El base esloveno volvió a su casa por primera vez desde su emancipación pero fue otro creador de juego el que terminó siendo protagonista.
Como no podía ser de otra forma, el inicio de partido estuvo marcado por los varios homenajes y reconocimientos que recibió Luka Doncic. Insignia de oro y brillantes, una réplica de la Décima conquistada en sus días de blanco… De todo en el día D(oncic), unos detalles que el esloveno quiso agradecer como siempre ha hecho.
Y cuando empezó el partido, demostró por qué logro todo lo que consiguió con el Real Madrid y lo que apunta a hacer algún día en la NBA. La pésima noticia de que el esloveno solamente jugaría cinco minutos -que fueron literales- cayó como un jarro de agua fría en la calle Goya. La afición ya sabía que Kyrie Irving no jugaría, pero que Doncic solamente estaría cinco minutos en pista era algo inesperado, sobre todo teniendo en cuenta que había venido jugando mucho más en los anteriores partidos de preparación. Esta situación convirtió los cinco minutos que le permitían los Dallas Mavericks en prácticamente suyos… y los aprovechó al máximo. Tras un duelo triplista con Sergio Llull (19 puntos), que se saldó con tres aciertos desde la larga distancia para cada uno, llevó a Rudy (14 puntos) al poste bajo, la única posibilidad que según el mallorquín tiene con él. Tras eso, ovación y al banquillo.
Para ser honestos, la verdad es que la defensa brilló por su ausencia, algo totalmente lógico en un equipo que aún no ha empezado y otro que tiene cosas mucho más importantes en su mente, pero la salida de Doncic lo convirtió todo en un pachangueo bastante difícil de digerir. La irrupción anotadora de Tim Hardaway Jr. (21 puntos y 4 rebotes) fue de lo poco destacable en el primer tiempo, permitiendo a los de la NBA marcharse al descanso con un 65-71 en el marcador más que revelador de lo vivido en los primeros 24 minutos.
Ya tras el descanso, Seth Curry (13 puntos) y un inspirado Dante Exum (13 puntos y 8 asistencias) recogieron el testigo anotador de Hardaway. El australiano fue además protagonista involuntario. Por primera vez desde la pelea entre Partizan y Real Madrid, se reencontró con Yabusele (18 puntos y 9 rebotes). No hubo saludo entre ambos antes del salto inicial, pero lo que sí hubo fueron pitos y gritos de “Yabusele” para Exum.
Por mucho que lo intentara la afición madridista coreándose su nombre, Luka Doncic no volvió a entrar a pista, por lo que tuvieron que conformarse con la reacción de los suyos. Poirier (19 puntos y 10 rebotes) y Campazzo (20 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias) comenzaron a carburar para acercar al Real Madrid a dos puntos a menos de tres minutos para el final (115-117). Kidd sabrá los motivos por los que decidió prácticamente tirar el partido, pero tras un tiempo muerto, colocó a jugadores que hasta entonces no habían ni jugado. Quizás para evitar lesiones, quizás para protegerse de lo que terminó pasando. Campazzo le dio la vuelta al encuentro hasta poner el 122-120 con el que el Wizink se encendió. Más de uno despertó con el arreón blanco liderado por el base argentino, que se erigió como héroe local para darle al Real Madrid un triunfo de cierto prestigio.