Por Javier Molero/ info@eurohoops.net
LaMelo Ball es una de las estrellas más espectaculares de la NBA. El pequeño de los hermanos, base de Charlotte Hornets, ha tenido un impacto en la liga desde su llegada a Carolina del Norte. Su juego vistoso, efectivo y con un talento superlativo le ha aupado hacia la élite del baloncesto mundial.
Pero su camino hasta llegar ahí no fue fácil. En una sorprendente decisión, LaVar Ball envió a su hijo en 2018 a Lituania, para que se curtiera con el Prineai, cuando apenas tenía 17 años. Posteriormente, maduró en Illawarra Hawks (NBL australiana) antes de dar el paso y ser el pick 3 del Draft 2020 de la NBA.
En SLAM Magazine, LaMelo narra el horror que pasó en Lituania, cómo le hizo cambiar su mentalidad y el pensamiento de que ya le daría igual dónde fuese drafteado, que lo iba a agradecer.
“Honestamente, después de Lituania, me importaba una m*** dónde iba a salir elegido en el Draft… Fue malo, hermano”, se sinceró el pequeño de los Ball. “Una vez que superas eso, fue como, no me importa dónde me pongan, mientras esté en Estados Unidos y tenga agua, estoy bien”, dejó claro la estrella de los Hornets.
“Si giras hacia la izquierda, te caes. Si giras hacia la derecha, te caes. Las pantorrillas colgando de la cama, no los pies, las pantorrillas colgando de la cama”, relató sobre su etapa en Lituania.
Pero estos obstáculos auydaron a fortalecer su mente y moldear el gran talento que es hoy en día, uno de los jugadores más diferenciales sobre la pista en la NBA.
“Desde todo eso, no voy a mentir, mi mente ha sido más fuerte. Fue entonces cuando simplemente me centré. Pensé: realmente no necesito demasiado, solo hazlo”, concluyó para SLAM Magazine.