Por Aris Barkas/ barkas@eurohoops.net
Fue justo antes de la medianoche, el CSKA se había clasificado para la Final Four y las puertas de los vestuarios de los visitantes del pabellón del OAKA estaban abiertas. ¡El primero a quien se podía ver era a un Andréi Kirilenko sonriente! El mayor icono del baloncesto ruso moderno ha regresado a Europa para ganar la Euroliga, pero sobre todo para disfrutar de baloncesto en la que será probablemente su última temporada como jugador.
El Eurohoops estaba allí para compartir su alegría y también su enfoque en la parte más importante de la temporada. Una temporada que comenzó para él de una manera muy extraña en la NBA y puede terminar de manera gloriosa con un posible trofeo.
– Hasta ahora ha sido una temporada extraña para ti, dejar la NBA y regresar a Europa. ¿Cómo te sientes al respecto?
“Tuve algunos problemas en mi vida personal, pero por supuesto que sé que todavía puedo jugar a un alto nivel. Lo sé en mi mente. No necesito a nadie que me diga eso. Sé que pronto estaré abajo (risas). Ya lo sé. Y tan pronto como no pueda jugar a un alto nivel, seré acabado, de inmediato! Durante el último mes no pude jugar al nivel que solía hacerlo antes, pero sólo se necesita un poco de tiempo y algunos partidos para recuperar el ritmo. Mis compañeros de equipo y mi entrenador creen en mí. Cuando tu entrenador cree en ti, puedes jugar a un nivel diferente. Cuando el entrenador no cuenta contigo y juegas tan sólo 3 ó 4 minutos, luego no puedes”.
– El CSKA ya carburaba sin ti. ¿Cómo has llegado a ser parte de la química del equipo tan rápido?
“Mira, me crié dentro del sistema del CSKA. Conozco a la mayoría de los chicos, a los médicos, al personal, les conozco desde hace muchos, muchos años. No ha habido ni un solo problema en cuanto a la química. ¡Pregunta a cualquiera, a cualquiera de mis compañeros de equipo! Nunca he sido un compañero vocal que dice “dame la pelota y del resto me encargo yo”. No. He tomado ejemplo de John Stockton. Él se entregaba por completo en la pista siendo muy valioso. Esa es mi vida, es mi carrera, es la forma con la que he jugado toda mi carrera”.
– ¿Cuál es su opinión sobre el entrenador Dimitris Itoudis?
“Está muy atento a los detalles de su preparación antes del partido. Algunas veces es difícil para los jugadores, porque hay muchos detalles. Pero él está tratando de dar lo mejor. Es más como un entrenador diplomático. También es muy emocional. Trata de ser agresivo con su jugador, pero siempre empieza por nosotros. Tú lees a tu entrenador, lo estudias, tienes altibajos, pero hasta ahora hemos hecho un gran trabajo. Las cosas rulan”.
– Y ahora que vas a jugar en Madrid en el pabellón en el que ganaste el Eurobasket 2007…
“Sí, tenemos buenos recuerdos de allí. No significa nada en este momento, pero tenemos buenos recuerdos y espero que podamos añadir algunos recuerdos más”.
– ¿Te preocupas por la percepción que hay sobre ti como jugador en los Estados Unidos?
“De todos modos estoy a punto de terminar mi carrera y siento que tenía una tremenda carrera en la NBA. Creo que soy el alero qué más gorros ha hecho en la historia de la NBA, o algo así. Eso es lo que me han dicho (sonríe). En todo caso, creo que es un muy buen logro. Jugué en el NBA All-Star, jugué en el partido de novatos, fui miembro de los mejores quintetos defensivos de la NBA. Tuve muchos partidos importantes en mi carrera, así que no me arrepiento de nada”.
– ¿Y ganar la Euroliga sería un fin ideal?
“No me malinterprete. Me encantaría ser un campeón de la Euroliga y a por ella vamos. Queremos ser campeones, pero mi percepción del juego me indica que es sólo baloncesto. Nosotros damos todo en la cancha y cuando el partido acaba, se acaba. No hay que pensar en ello. Todo el mundo sigue preguntando por la final de 2012 ante el Olympiacos. Se acaba el partido y dentro de una hora te olvidas de él y empiezas a pensar en el próximo. Esa es mi percepción de muchas cosas, sobre todo del baloncesto. Cuando el partido se acaba, se acaba y punto. No hay tiempo para lamentarte de tu suerte. Si tu rival es mejor que tú en una cierta noche ¿qué le vas a hacer? ¿Culpar a los árbitros, al rival? ¿Alguien comete una falta sobre ti y no la pitan? ¿Qué le vas a hacer? ¡Nada! Acéptalo y sigue adelante”.