Por Alex Molina / info@eurohoops.net
Seguramente todos los fans del Casademont Zaragoza hubieran firmado llegar a finales de marzo con el equipo en cuartos de final de la Basketball Champions League y en tercera posición de la liga ACB, a tan sólo dos victorias del cuarto clasificado. Hace días ya que el equipo no juega ningún partido, y es que por culpa del coronavirus, todas las competiciones de baloncesto han tenido que parar. Pero esta situación atípica no puede quitar méritos a la temporada del Zaragoza, que hasta el momento era histórica, y que parecía que podía ser aún mejor.
De menos a más en Europa
La trayectoria del equipo en la BCL ha sido claramente ascendente, ya que había muchas piezas nuevas que necesitaban tiempo para acoplarse en el sistema del equipo. Formando parte del grupo D de la competición, probablemente el más duro e igualado, el comienzo de competición del equipo sembró bastantes dudas, con un balance de 4-4 tras los primeros 8 partidos.
Llegó en ese momento la reacción del Zaragoza, que encadenando 6 victorias consecutivas, lograría quedarse con el primer puesto del grupo, asegurándose así el factor cancha en todas las eliminatorias hasta la Final Four.
La de esta temporada es la segunda experiencia europea del Zaragoza, ya que en la temporada 2013-2014, el equipo participó en la Eurocup. El papel del equipo por aquel entonces fue bastante discreto, ya que cayó eliminado en el top 32 con solamente 2 partidos ganados, nada comparado con la gran actuación que el equipo ha tenido esta temporada con el 10-4 con el que terminó la fase regular de la competición.
El Lietkabelis lituano fue el rival que le deparó la suerte al Zaragoza, que consiguió ganar la serie por la vía rápida ganando los dos primeros partidos de la serie al mejor de tres. El partido en Lituania fue el último de la BCL para el conjunto maño, que ya esperaba en cuartos de final al ganador de la eliminatoria entre Iberostar Tenerife y Filou Oostende, que aún sigue 1-1 esperando una fecha que la decida.
Éxito también a nivel nacional
Una de las principales dudas que había sobre el proyecto europeo del Zaragoza era si el equipo podría soportar el hecho de jugar dos competiciones tan exigentes como la Basketball Champions League y la ACB. Contrariamente a lo que sucedió en la BCL, el equipo se ha mostrado muy sólido en la competición doméstica, ocupando las primeras posiciones de la clasificación de buen comienzo de la competición.
El equipo solamente tiene a Barça y Real Madrid por delante en la clasificación, y el Zaragoza ha conseguido ganar a ambos esta temporada, quedándose con un balance de 16-7 antes del parón.
El Zaragoza consiguió también entrar en la Copa del Rey siendo cabeza de serie, pero cayó ante el Unicaja de Málaga, anfitrión de la competición, en los cuartos de final.
Porfi Fisac a los mandos
Todos estos grandes éxitos tienen la firma del entrenador español, a quien se le encomendó la misión de hacer crecer el proyecto tras conseguir llevar al equipo a las semifinales de la liga la temporada pasada. El club tenía claro que era el hombre indicado y lo renovó por dos temporadas este verano, mostrándole así su confianza en él y en su proyecto.
Fisac, que siempre ha defendido que los éxitos del equipo se deben al “trabajo y sacrificio”, tiene la difícil papeleta de combinar conseguir resultados con seguir formando jugadores, ya que como el propio técnico declara: “somos un club de crecimiento y que tenemos claro donde queremos llegar”.
Uno de estos jugadores con más proyección es Carlos Alocén, jugador del Real Madrid cedido al club maño, y al que Fisac no le regala nada: “No me gusta tener regalos con los jóvenes y lo que consigue Carlos es porque se lo ha ganado. Tiene algo especial y puede llegar a ser muy importante.”
“Tenemos un objetivo y es 17 victorias, no quiero acabar con más derrotas que victorias”. Estas declaraciones de Fisac son de enero, y a pocos días de terminar marzo, el equipo suma ya 16, con lo que el objetivo estaba prácticamente cumplido.
Nadie sabe como habría acabado la temporada de no ser cortada antes de tiempo por el coronavirus, pero el que está claro es que tenía pinta que era una de las que se recuerdan toda la vida. Veremos como termina.