Arturas Karnisovas: El rey lituano sin corona

07/Feb/21 19:43 febrero 9, 2021

Alex Molina Perello

07/Feb/21 19:43

Eurohoops.net

Profundizamos sobre la figura de uno de los mejores jugadores europeos que no han ganado nunca la Euroliga y que ahora es el vicepresidente ejecutivo de operaciones de baloncesto de los Chicago Bulls

Por Vladimir Stankovic / info@eurohoops.net

Este texto se trata de una traducción y adaptación de un artículo publicado en EuroLeague.net el 6 de junio de 2020.

“101 Greats of European Basketball”, una colección de edición limitada publicada en 2018 por Euroleague Basketball, rinde homenaje a las estrellas que durante más de seis décadas ayudaron a llevar el deporte en el viejo continente a su estado actual. El autor, Vladimir Stankovic, que comenzó a cubrir a muchos de esos grandes en 1969, usa sus historias y perfiles individuales para mostrar que las raíces del baloncesto europeo son largas y profundas al mismo tiempo que muestra como el deporte es alimentado por jugadores de todo el mundo, creando una verdadera dinámica de equipo diferente a cualquier otro lugar. Su lista inckuye a jugadores que se retiraron antes de la publicación del libro y que inspiraron a muchos otros que vinieron después de ellos. ¡Disfrutad!

Arturas Karnisovas: El rey lituano sin corona

Recuerdo perfectamente la primera vez que vi jugar a Arturas Karnisovas. Fue en los Juegos Olímpicos de 1992, en Barcelona. Más que sus 17 puntos contra Puerto Rico, los 15 contra Brasil o su promedio de 11.2 a lo largo de los Juegos, recuerdo sobre todo una escena que nunca había presenciado antes ni desde entonces. En el partido entre Lituania y Estados Unidos, Karnisovas solo jugó 13 minutos, pero anotó 10 puntos. En los minutos finales, estaba sentado en el banco y de alguna manera sacó una pequeña cámara de algún lugar, se sentó junto a la canasta más cercana al banco de su equipo y, como un fotógrafo, registró algunos momentos inolvidables.

Su Lituania natal, en su primera aparición tras recuperar la independencia, jugaba contra el primer e irrepetible Dream Team, el equipo estadounidense que arrasó en las pistas. El equipo de EE.UU. ganó 127-76, Michael Jordan terminó con 21 puntos, Karl Malone tuvo 18. Mientras tanto, el joven Karnisovas tomó fotografías de las estrellas estadounidenses pero también de sus propios compañeros de equipo: Arvydas Sabonis, Sarunas Marciulionis, Voldemaras Chomicius y Rimas Kurtinaitis, todos de ellos, campeones olímpicos cuatro años antes en Seúl con las estrellas de la URSS, así como Sergejus Jovaisa, Gintaras Krapikas y Gintaras Einikis. Lituania ganó la medalla de bronce, el primer trofeo importante en la carrera de Karnisovas. Era el miembro más joven del equipo. Tenía 21 años, 15 años menos que Jovaisa, 12 años más joven que Chomicius y siete años más joven que Sabonis. Sin embargo, esos Juegos Olímpicos no fueron su debut internacional. A los 16 años fue seleccionado para jugar con la URSS en el Campeonato de Europa U16 de 1987 en Hungría. La URSS terminó tercera, superando a España 84-76 en el duelo por el bronce. En la selección soviética, los nombres que luego serían bien conocidos fueron Valeri Daineko y Raimonds Miglinieks, mientras que el máximo anotador del equipo fue Sergey Minashkin con 16,3 puntos, muy por debajo de los 28,4 puntos de Arijan Komazec, líder de los campeona Yugoslavia.

Una estrella en Seton Hall

Con un talento por el baloncesto más que evidente, Karnisovas, nacido en Klaipeda, Lituania el 27 de abril de 1972, dejó atrás sus inicios en el Stayba Vilnius y se trasladó a Estados Unidos en 1990 para estudiar en Seton Hall y jugar a baloncesto. Ambas cosas salieron bien. Sus estudios en economía no fueron un problema para él mientras que en sus cuatro temporadas, sus números apuntaban a una futura estrella: 11,2 puntos y 4,5 rebotes en 1990-91; 17,3 y 4,2 en 1991-92; 14,8 y 6,0 en 1992-93; y 18,4 y 6,8 en 1993-94. Sus números casi garantizaban una elección en el Draft ese verano, pero no fue elegido. Su estatura era la de un ala-pívot, 2,04 metros, pero le faltaba músculo y peso. Entonces, quizás esas fueron las razones por las que los equipos de la NBA no confiaban en él, aparte de que no había la misma confianza que hay hoy en día al fichar a un jugador europeo.

Si bien se pueden entender los criterios de los equipos de la NBA para no elegirlo, es más difícil entender que ningún equipo europeo importante se hiciera con Karnisovas. Tuvo que fichar por el humilde Cholet en Francia buscando una plataforma, y la encontró. Karnisovas terminó la temporada 1995-95 con 20,5 puntos y 6,5 rebotes de media. En la Copa Korac, esos números fueron aún mejores (22.2 y 4.8). El 30 de noviembre de 1994, Cholet se enfrentó al Fortitudo Bologna y ganó 83-79. El dúo formado por Antoine Rigaudeau (27 puntos) y Karnisovas (21) derrotó al del otro lado formado por Vincenzo Esposito (26) y Djordjevic (18). Poco después, Djordjevic y Karnisovas serían compañeros en Barcelona.

Esa misma temporada, jugando con Lituania en las eliminatorias del EuroBasket de 1995, Karnisovas promedió 24,5 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias. Nació una estrella. En el EuroBasket de Atenas de 1995, donde Lituania ganó la plata tras caer ante Yugoslavia en la final (96-90) en un partido inolvidable, Karnisovas promedió 19,8 puntos, 5,1 rebotes y 2,1 asistencias. Fue el tercer mejor anotador de su equipo detrás de Sabonis (23,7) y Marciulionis (22,0). Todos los grandes equipos de Europa intentaron ficharlo, pero el Barcelona fue el más rápido. El 3 de julio, un día después de la final de Atenas, el club catalán anunció el fichaje.

Entonces, en el verano de 1995, Karnisovas regresó a la ciudad donde se le vio por primera vez, tres años antes. Su debut fue excepcional: 30 puntos en 7 de 8 tiros de tres puntos. Su entrenador entonces, Aito García Reneses, recordaba a Karnisovas de esta manera: “Arturas era rápido, corría bien el contraataque y penetraba bien por ambos lados. También era un buen tirador y correcto en todo lo demás. Recuerdo su primer partido con el Barcelona en Vitoria, en el partido inaugural de la Liga española, donde dejó a todos con caras de asombro. Después de eso, su juego se vio afectado por la tendencia de los árbitros a pitarle pasos, especialmente en los contraataques“.

Dos finales perdidas

En su primera temporada con el Barcelona, ​​Karnisovas ganó la Liga española con una media de 20,9 puntos, pero el gran objetivo del club era ganar, por fin, la Euroliga. El Barcelona llegó con ambición a la Final Four de París, motivado por haber derrotado en semifinales al Real Madrid de Zeljko Obradovic 76-66 tras perder por 4 puntos en el descanso. El hombre de la remontada fue Karnisovas, quien anotó 24 puntos y logró 6 rebotes en 36 minutos. En la final, el rival fue el Panathinaikos, dirigido por Boza Maljkovic, exentrenador del Barcelona. El partido terminó con una victoria de los Verdes por 67-66, pero con una gran polémica. Los catalanes siguen considerando que el título les fue robado por un tapón ilegal de Stojko Vrankovic sobre José Montero cuando, en los últimos segundos, corría solo a conseguir la canasta que valía un título. Vi el partido en directo y ahora pienso lo mismo que entonces: el tapón era ilegal. Pero toda la jugada en sí también fue ilegal porque el reloj oficial estaba parado en 5.4 segundos. Por qué se había detenido el reloj es otra historia, imperdonable en un partido tan importante, pero así sucedió. Dominique Wilkins fue el MVP, pero no hay duda de que si el Barça hubiera ganado, el MVP hubiera sido Karnisovas, que anotó 23 puntos más 8 rebotes y 6 asistencias en 38 minutos.

La primavera de esa temporada tuve el placer de decirle a Karnisovas que había sido elegido MVP de la temporada por FIBA ​​Basketball, la revista oficial de la organización internacional por aquellos tiempos. Me concedió una buena entrevista para esa revista. Desde entonces, hemos tenido una muy buena relación.

En el verano de 1996, Arturas ganó su segundo bronce olímpico con Lituania, esta vez en Atlanta. Su aportación fue de 16,3 puntos y 5,1 rebotes siendo el segundo mejor anotador del equipo tras Sabonis (16,9). A mediados de la temporada 1996-97, el Barcelona firmó a Sasha Djordjevic y juntoa a Karnisovas formaron uno de los mejores dúos extranjeros jamás vistos en el baloncesto europeo. Los dos jugadores, anteriormente rivales de sus ex clubes y especialmente de selecciones nacionales, establecieron una excelente relación. En la cancha simplemente se entendían y en privado tenían una buena amistad. El Barça llegó a la Final Four de Roma sin problemas. En semifinales, el equipo venció al ASVEL Villeurbanne 77-70 con 17 puntos de Djordjevic, 16 de Jiménez y 9 de Karnisovas. El Olympiacos esperaba en la final, pero el Barcelona vivió otra tragedia griega. El Olympiacos ganó 73-58 liderado por un excelente David Rivers, quien anotó 26 puntos. Por otro lado, la gran dupla del Barcelona solo se combinó para 20 puntos: 6 para Djordjevic y 14 para Karnisovas. El título de Liga española de esa temporada fue tan solo un premio de consolación.

Ida y vuelta

Otro intento fallido de ganar la Euroliga obligó a un nuevo cambio de entrenador en Barcelona ​​con la llegada de Manel Comas. El club hizo un movimiento osado y dejó salir a Karnisovas, que eligió al Olympiacos. Jugó el McDonald’s Open con los rojos en París y anotó 19 puntos (10 de 10 tiros libres) más 3 rebotes y 4 asistencias ante los Chicago Bulls de Michael Jordan (27 puntos). Esa fue la prueba de que tenía un lugar en la NBA, pero su ambición de jugar allí se había desvanecido. El tercer intento de Karnisovas por la corona europea tampoco fue el definitivo, ya que el Olympiacos cayó en cuartos de final ante el Partizan y quedó fuera de la Final Four de Barcelona en 1998. Karnisovas fue el mejor anotador del equipo con 17,1 puntos más 5,2 rebotes, pero no fueron suficientes. No ganó ningún título esa temporada.

En la Copa del Mundo de 1998 en Atenas, Lituania terminó séptima. Karnisovas anotó 17,1 puntos y fue el tercer mejor anotador del torneo detrás de Alberto Herreros (España) con 17,9 y Mohamed Acha (Nigeria) con 17,5. Karnisovas también capturó 5 rebotes por partido.

Su siguiente intento de ganar la Euroliga fue en Italia de la mano de la Fortitudo, pero tampoco la ganó en las dos próximas temporadas. En Múnich en 1999, jugó su tercera Final Four pero su equipo cayó en las semifinales ante el máximo rival, Virtus Bologna, 62-57. En 1999-2000, Fortitudo perdió su serie de cuartos de final con Maccabi Tel Aviv 2-1 y no llegó a la Final Four. Al menos, el equipo ganó la Liga italiana.

Con el cambio de siglo, Karnisovas decidió volver a Barcelona, ​​algo poco habitual en la historia del club. En los últimos 20 años, solo Zoran Savic, Juan Carlos Navarro y Sarunas Jasikevicius, además de Karnisovas, han logrado jugar dos temporadas diferentes en el club. Sus dos últimos intentos de ganar la Euroliga fueron con el Barcelona, ​​pero la suerte siguió siendo la misma. En 2000-01, el Barcelona perdió ante la Benetton de Treviso en los octavos de final por 2-0.

La temporada siguiente, el equipo terminó el Top 16 con un récord de 4-2, al igual que Benetton, pero con una diferencia de puntos peor, por lo que no acudió a la Final Four. En esas dos temporadas, Karnisovas mostró un sólido nivel en la Euroliga, 13,9 puntos, con cifras similares en la Liga española, estableciendo su récord personal de 40 puntos anotados ante Cantabria Lobos. En 2001 ganó la Copa del Rey de España y nuevamente la Liga en 2002, pero a los 31 años decidió retirarse. Ese fue el final de una gran carrera con muchos títulos nacionales y varias medallas con la selección, pero sin título de Euroliga. Era un rey sin corona, pero su nombre quedó en conversaciones reservadas solo para los grandes.

Tuve la suerte de seguir sus partidos durante sus cuatro temporadas en Barcelona, ​​los Juegos Olímpicos de Barcelona y Atlanta, los EuroBaskets de 1995 y 1999 y el Mundial de 1998. Eso fue más que suficiente para confirmar que Karnisovas era un gran jugador, especialmente un gran tirador. Podía correr al contraataque pero también atrapar muchos rebotes. Fue un jugador inteligente, completo y siempre un ejemplo de juego limpio. Después de su carrera, Karnisovas decidió regresar a Estados Unidos, el país de origen de su esposa. Rápidamente encontró trabajo allí, primero como consejero de la NBA para jugadores novatos, especialmente provenientes de Europa. Después de eso, firmó como cazatalentos de Houston y Denver, donde ahora es el General Manager del club. Su exentrenador, Aíto, comenta: “Si tuviera que encontrar un defecto en él, habría sido su comprensión general del juego. Por eso me sorprendió más tarde que trabajara como ojeador de la NBA y lo bien que lo hizo. Hoy en día, muestra un criterio magnífico y lectura de jugadores, y tiene un buen análisis del juego en equipo. Todo ello significa que ha ido madurando personalmente y adquiriendo más conocimientos “.

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