Por Chris Litsas/ info@eurohoops.net
Uno de las mejores finales de Euroliga de la historia fue la del 2012 entre el Real Madrid y el Olympiacos, En el principio del partido, los blancos tomaron el control por completo, llegando a tener una ventaja de 17 puntos en el segundo cuarto.
Los griegos tenían muchos problemas y uno de ellos era los 0 puntos que tenía su estrella Vassilis Spanoulis al descanso.
¿Se acuerdan de lo que pasó en la segunda parte? Kill Bill empezó con tres triples casi consecutivos y empezó a entrar en calor. El base terminó con 22 puntos y lo más importante, fue el factor clave para que los suyos ganaran el título de la Euroliga.
Una de las explicaciones para tal exhibición fue que tras esos aciertos desde el triple, Spanoulis tenía la muñeca caliente, un plus psicológico que hace que su porcentaje de tiro sea más alto de lo habitual. Esta interpretación es más que válida, ya que el factor psicológico es uno de los más importantes acerca el rendimiento de los jugadores, pero en este artículo intentaremos comprobar hasta qué punto fallar o acertar el anterior tiro afecta al porcentaje de acierto del tiro siguiente.
Mirando las estadísticas
Hemos analizado 1510 partidos de Euroliga, desde el octubre del 2015 hasta el 26 de febrero del 2021. Para este análisis, hemos utilizado el sistema de jugada a jugada de cada partido, de 3StepsBasket. En total, ha habido 323 jugadores con más de 50 momentos de “muñeca caliente, anotar después de anotar” y 50 de “muñeca fría, dos fallos consecutivos”, el requisito mínimo para ser utilizados en este experimento.
Un ejemplo perfecto es el de la imagen a continuación sobre el primer partido de Luka Doncic en la temporada 2017-2018. Se puede ver como después de anotar su primer tiro de dos, el esloveno acumuló 3 tiros con la muñeca caliente, consiguiendo anotar los dos primeros y fallando el último, lo que lo llevó a anotar su segundo triple con la “muñeca fría”.
En ese partido, Doncic promedió un 40% de acierto con la muñeca fría y un 75% con la muñeca caliente. Este aumento de un 25% de acierto después de anotar el tiro anterior vendría a reforzar la idea de que sí que afecta positivamente en los futuros tiros anotar una canasta.
Los (sorprendentes) resultados
Pero después de usar la misma técnica con todos los otros jugadores, nos encontramos con resultados muy distintos a los del esloveno en ese partido.
- El porcentaje en tiros de campo para un jugador con la muñeca caliente es de 46.2%
- El porcentaje en tiros de campo para un jugador con la muñeca fría es de 48.2%
- El porcentaje condiciones anteriores es de 47%
De media, los jugadores que tiran con la muñeca fría tienen un 2% más de probabilidades de acertar que aquellos que lo hacen con la muñeca caliente!
Este resultado rompe con la percepción generalizada de que una buena racha de aciertos ayuda a los jugadores a tirar mejor de lo normal, por lo que podemos llegar a una gran paradoja:
Tener la muñeca caliente afecta negativamente en el porcentaje de acierto de los jugadores!
No solamente miramos los tiros después de tan solo un fallo o un acierto, teníamos que repetir el experimento en rachas de tiros más largas. Y sin que sea una sorpresa, nos hemos encontrado que se repite el mismo patrón para los tiros que llegan tras dos o más aciertos o fallos: el porcentaje de acierto después de 2 fallos sube a 47.8%, mientras que tras anotar dos canastas consecutivas baja a 45.5%.
¿Y qué pasa cuando la racha es de tres fallos o aciertos consecutivos? Con tres fallos hay un 47.4% de posibilidades de meter el siguiente tiro, tras tres aciertos, el porcentaje baja hasta el 44%.
En la siguiente tabla podemos encontrar algunos jugadores cuyos porcentajes cambian muchísimo dependiendo de si han metido o fallado el anterior intento:
Jugador | %después de anotar | % después de fallar |
Luka Babic | 29.0% | 51.2% |
Tim Abromaitis | 39.3% | 57.1% |
Amine Noua | 38.9% | 56.2% |
Pero Antic | 22.4% | 37.3% |
Adrien Moerman | 40.5% | 51.5% |
Pierre Oriola | 48.3% | 59.4% |
Semih Erden | 54.8% | 65.5% |
Shaq McKissic | 41.8% | 51.9% |
Rudy Fernandez | 33.4% | 42.3% |
Howard Sant-Roos | 30.9% | 39.6% |
Nikola Mirotic | 47.0% | 55.5% |
Vladimir Lucic | 50.2% | 58.2% |
En total, un 64% de los jugadores tiran con mejor porcentaje después de fallar que de anotar, una estadística lógica ya que si por ejemplo un jugador tira con un 50% de acierto, es más probable que si falla el primero meta el segundo. A pesar de esto, sí que hay jugadores que pueden decir que siguen la norma de la muñeca caliente ya que aumentan muchísimo su porcentaje de tiro después de anotar en comparación a cuando tiran tras un fallo.
Jugador | %después de anotar | % después de fallar |
Austin Daye | 52.2% | 33.8% |
Evgeny Voronov | 48.1% | 36.4% |
Kyle Kuric | 54.1% | 43.6% |
Paul Zipser | 50.7% | 41.2% |
Edy Tavares | 75.1% | 66.4% |
Dyshawn Pierre | 61.0% | 52.6% |
Kostas Sloukas | 47.2% | 42.2% |
Nikola Milutinov | 66.4% | 61.9% |
Wade Baldwin IV | 46.9% | 42.8% |
A pesar de que estos resultados puedan ser una sorpresa para muchos, no es la primera vez que un experimento de este tipo se realiza. En 1985, Gilovich, Vallone y Tversky ya organizaron una prueba similar con resultados idénticos: los jugadores de los 76ers tenían un porcentaje de acierto menor cuando tiraban tras anotar que cuando lo hacían tras fallar.
Así que la próxima vez que veas a un jugador anotar varios tiros consecutivos, no te sorprendas si su entrenador decide cambiarlo rápidamente. Solamente recuerda la paradoja que se cumple con el mito de la muñeca caliente y que es más probable que falle su siguiente tiro si llega tras anotar, ya sea por su exceso de confianza o por una mejor defensa del otro equipo.
Par más información, consulten el perfil de Twitter de 3stepsbasket.