Por Aris Barkas / barkas@eurohoops.net
Pau Gasol y Luis Scola no se han retirado oficialmente del baloncesto -todavía-, sin embargo, ambos se despidieron de sus selecciones y no pudieron conseguir una medalla en su gira de despedida.
Sería únicamente la punta del iceberg, ya que jugadores como Joakim Noah, Felipe Reyes, Vassilis Spanoulis, Nikos Zisis, Fernando San Emeterio, Omri Casspi, Stratos Perperoglou, Thabo Sefolosha, Novica Velickovic o Ioannis Bourousis dejaron atrás el baloncesto profesional este verano. La mayoría de ellos ya estaban fuera de sus selecciones (una lesión dejó a Spanoulis sin su regreso con Grecia), pero todos son parte de la primera generación internacional capaz de desafiar realmente y lograr victorias sobre Estados Unidos a nivel internacional.
Si bien los estadounidenses siguen siendo el país líder en baloncesto en todos los aspectos, su estado de divinidad de los años 90 ha desaparecido. ¿Son vencibles? Por supuesto. Sin embargo, esto suele suceder en el Mundial, un torneo importante al que los mejores jugadores del Team USA renuncian inexplicablemente.
El atractivo de los Juegos Olímpicos sigue siendo mucho mayor entre los jugadores, algo que debe cambiar para bien del baloncesto, pero esa es otra historia.
Lo que debemos tener en cuenta es que la generación que allanó el camino para ser competitiva contra EE.UU. -y ocasionalmente vencerles-, está dando su lugar a una era emocionante de estrellas del baloncesto europeo, que incluyen al actual campeón y MVP de las Finales, Giannis Antetokounmpo, al MVP de la temporada, Nikola Jokic y, por supuesto, a Luka Doncic.
Las reglas FIBA siguen siendo un problema para muchos jugadores estadounidenses y la dureza del baloncesto internacional les sorprende, por lo que destronar a Estados Unidos con programas de jóvenes que estén a su mismo nivel es el siguiente paso.
La generación dorada de España casi lo logró, mientras que Argentina en 2004 alcanzó el oro en un torneo que también presagiaba una nueva era. Los Juegos de Atenas crearon la necesidad de que Estados Unidos cambiara totalmente su visión de la selección su equipo nacional, algo que lograron gracias Jerry Colangelo, quien también se retira este verano.
A medida que los norteamericanos evolucionan y entienden que en este punto deben tener a sus mejores jugadores en la cancha si quieren ganar (o de lo contrario repetir actuaciones como en el Mundial 2019 es más que posible), el resto del mundo debe encontrar formas de construir equipos en torno a sus estrellas de la NBA, como hacen España y Francia con éxito.
Son la plataforma definitiva para que el baloncesto no solo muestre lo mejor de sí mismo. El límite de 12 selecciones en los Juegos Olímpicos no es ideal para eso, ya que es necesarion para que todo el mundo del baloncesto progrese y alcance el estándar de oro de Estados Unidos.
Foto: FIBA.basketball