Por Semih Altınbaş / info@eurohoops.net
Comenzar la temporada en la Euroliga con 9 derrotas en 9 partidos no es algo que esté dentro de las cuentas de casi ningún equipo.
El Zalgiris Kaunas, que mostró un buen baloncesto la temporada pasada a las órdenes de Martin Schiller, no podía ni imaginar que cambiaría de entrenador tras apenas dos jornadas y perdería sus primeros 9 encuentros de la competición. Y ni el relevo en el banquillo, ni los fichajes, ni el cambio de liderazgo funcionó. Es un equipo que no gana partidos y los motivos son muchos.
Iniciaron la temporada con ambición, pero pese a seguir la línea continuista de la pasada temporada, no funcionó. ¿Por qué colapsaron?
Progreso
El Zalgiris escogió a Schiller -quien se hizo un nombre gracias a su éxito en la G-League- como sustituto de Sarunas Jasikevivius y lo cierto es que su primera temporada al frente fue mejor de lo esperado. Los lituanos arrancaron con 5 victorias en 6 partidos y, gracias a algunas victorias sueltas y otra racha a mitad de temporada, acabaron muy cerca de los playoffs.
Tenía piezas de calidad a su alcance, ya que además de un base como Thomas Walkup, en el que se acabó fijando al Olympiacos, un talento con mucho futuro saliendo desde el banquillo como Rokas Jokubaitis, otro base como Lukas Lekavicius que puede cambiar rápidamente el ritmo de partido. Conservaron un jugador como Marius Grigonis, que asumió el rol de líder ofensivo, mientras que Arturas Milaknis siempre tiene algo que ofrecer. Por dentro, sorprendió el alto nivel de Joffrey Lauvergne, sumado a un buen Augustine Rubit y un veterano siemrpe fiable como Paulius Jankunas.
Fue aplaudido por su buen comienzo de temporada y su buen juego. Martin Schiller recibió reconocimiento por continuar ganando pese a la marcha de Saras. El director general de Zalgiris, Paulius Motiejunas, pronosticó que el movimiento de Schiller sería cuestionado y apoyó su fichaje con rotundidad: “Con Schiller, podemos seguir haciendo crecer a la organización“.
Schiller demostró que podía ser el líder de un equipo que llama la atención por su orientación al futuro en el baloncesto europeo. Entonces, ¿por qué despedirle a las dos semanas de comenzar la nueva temporada?
En una entrevista, Motiejunas afirmó que, sobre el papel, la plantilla tenía buena pinta en verano. Sin embargo, al plasmarse sobre el parqué su opinión cambió. Afirmó que el club experimentó una “resaca” tras la marcha de Saras y admitió también que el proyecto progresista e innovador que querían establecer con Schiller fracasó.
Sin embargo, si no tenemos un control total de la situación interna, sino desde una perspectiva externa, está claro que el fracaso innovador con Martin Schiller es mejor que el actual y tradicional Zalgiris. Porque en la Euroliga, la tradición ya no crea estrategias absolutamente ganadoras.
Pero eso sí, la estructura de la plantilla no se reflejó bien en la pista, tal y como declaró Motiejunas. Pero, en realidad, tampoco se reflejaba bien sobre el papel…
De la fuga de talento a una planificación muy mejorable
Si tenemos que enumerar los nombres que perdió el Zalgiris Kaunas al entrar en la temporada 2021-22, la cuenta es larga: Marius Grigonis, Thomas Walkup, Nigel Hayes-Davis, Rokas Jokubaitis, Augustine Rubit…
La posibilidad de que los jugadores más importantes y que forman el núcleo principal del equipo salgan del club es un escenario desastroso para casi cualquier equipo a nivel profesional. Especialmente para equipos como el Zalgiris, que manejan presupuestos limitados y que acaban haciendo de la “innovación” una necesidad.
Tras esta destrucción, sus incorporaciones fueron jugadores como Emmanuel Mudiay, Janis Strelnieks, Mantas Kalnietis, Josh Nebo, Tyler Cavanaugh y Niels Giffey. Más adelante, tomaron decisiones bien diferentes, pero la gran apuesta debe hacerse durante los meses de verano.
Aquí hay el nombre de Josh Nebo no se cuestionará, pues ha aportado mucho músculo en la pintura.
Tyler Cavanaugh también es un buen movimiento sobre el papel. Es uno de los jugadores que más y mejor ha contribuido, desde el partido de ASVEL -disputado en la primera jornada, cuando Schiller estaba al frente del equipo- o en el proceso de las primeras victorias del equipo. Sin embargo, es innegable que ofrecerle un contrato de tres años es criticable.
Janis Strelnieks y Niels Giffey. Strelnieks tiene experiencia y es un jugador fiable si se mantiene sano. En realidad, no hay nada muy cuestionable en esta elección. Pero cuando se trata de Giffey, uno tiene que detenerse y pensar si puede dar lo que Grigonis aportaba. Es un jugador que Schiller incluso usó como 4 cuando jugaba con pequeños, pero… ¿Juega bien sin balón? ¿Puede atacar el aro en penetración? ¿Tiene una amenaza exterior por encima de la media?
Mantas Kalnietis. Ha vuelto a su casa, pero ¿puede igualar el físico de Walkup a su edad? Nadie supo ver que, si Mudiay resultaba un jugador estático, el Zalgiris le estaba rodeando de jugadores tan estáticos. Lukas Lekavicius parecía ser el plan B, en caso de que nada funcionara.
Y, por último, el fichaje visto y no visto de Emmanuel Mudiay. Probablemente fue el jugador que más les perjudicó económicamente. De hecho, no sólo por su propio fichaje, sino por los otros dos que llenaron su hueco. Parecía obvio desde el principio que su adaptación no sería flor de un día. Y así sucedió.
¿La solución sería el talento de Tai Webster, cuya fiabilidad ha sido cuestionada incluso a nivel EuroCup? ¿O sería incluir a Zoran Dragic en un equipo mientras jugadores como Janis Strelnieks y Arturas Milaknis ya están en el equipo? Nada cambió pese a los ajustes.
Una nueva esperanza
¿Cuál es la mejor parte de la temporada para el Zalgiris? El futuro.
Marek Blazevic se convirtió en esa esperanza. Su potencial y sus actuaciones se convirtieron en la única razón por la que el Zalgiris pudo sonreír fueron sus actuaciones a lo largo de la temporada.
En ausencia de Lauvergne y Nebo, el joven jugador, capaz de leer bien el juego y hacer circular el balón desde la cabecera, se ha ganado un puesto a ojos de Zdovc
Quizás no resuelva todos los problemas del equipo en cuanto a rebotes, pero lo que estamos tratando de interpretar aquí es el potencial que tiene Blazevic más que qué tipo de jugador es. Dado que el Zalgiris no tiene nada más que perder para esta temporada, podemos nombrar al joven lituano como una bendición para ellos esta campaña. Tal vez esto cicatrice un poco las heridas…
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