Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
El modo tan repentino y controvertido con el que se ha llegado al final de su etapa en el Real Madrid quizás ha nublado la innegable huella que ha dejado Pablo Laso. Su inluencia va más de los 22 títulos conquistados, y no me refiero sólo a su impacto en el club blanco, sino al baloncesto continental.
Porque siempre me ha dado la sensación de que la figura del vitoriano ha tenido menos reconocimiento del merecido en el baloncesto español. No así en el resto de Europa, donde la mayoría de colegas no dudan a la hora de catalogarle como el técnico la década. Por medio de un estilo de juego con marca registrada y con una base de jugadores nacionales junto a americanos arraigados, Pablo Laso devolvió los títulos a las vitrinas y, de paso, llenó el Palacio de los Deportes. Aunque supo reinventarse durante los dos últimos años -y quizás alcanzar su cénit como estratega-, los Sergios, Facu Campazzo o Luka Doncic son el resultado de ese baloncesto vistoso y alegre.
Yo jugué en el Madrid de Pablo Laso, y fue increíble!
Gracias por ayudar a devolver a este gran equipo donde merecía estar!
22 x🏆 pic.twitter.com/vxyqdO2KTg— Sergio Llull (@23Llull) July 6, 2022
El Madrid rara vez ganaba una liga, llevaba casi dos décadas sin oler una Copa del Rey hasta la llegada de Laso y en Europa era poco más que un recuerdo. El cuento ha cambiado, pues lejos queda aquella ULEB de 2007 que fue celebrada por todo lo alto. En la última década, el Madrid ha jugado cinco finales de la Euroliga de nueve posibles. La entrada en escena del entrenador vitoriano sumado, por su puesto, a la mayor inversión por el baloncesto con el regreso de Floretino Pérez a la presidencia, devolvieron a la sección al estatus que le correspondía por historia. Pero para todos será “el Madrid de Pablo Laso”.
Seis ligas, seis Copas del Rey, siete Supercopas, una Intercontinental y dos Euroligas después, acaba la era Laso. Un final gris para una leyenda de la entidad blanca, que quizás merecía un mejor adiós. Los tiempos fuero poco o nada adecuados, con informaciones yendo y viniendo hasta un frío comunicado en el que no hubo agradecimientos (aunque el club sí lemostró su cariño y gratitud al anunciar a Chus Mateo). ¿Por qué no ha tenido una despedida a su altura? ¿Por qué una historia de amor tan verdadera acaba en un divorcio tan duro?
Gracias por todo Pablo #leyenda pic.twitter.com/tArhmqqh0R
— Luka Doncic (@luka7doncic) July 6, 2022
Será difícil conocer de primera mano si hay motivos más allá de los médicos -como la complicada relación con Juan Carlos Sánchez, director de la sección- para prescindir de uno de los mejores entrenadores de la historia de la entidad. El Real Madrid se ceñirá a la versión oficial y a los informes que desaconsejan la vuelta de Laso. Laso, en cambio, se mantuvo firme: “Tengo la confirmación plena y expresa de los médicos que me han atendido de que puedo entrenar profesionalmente a cualquier club de baloncesto“.
El alta de su cardiólogo, sumado a que Pablo Laso no pondría en riesgo su vida a sabiendas, ofrece otra versión de su marcha que pide respuestas. Y parece que pronto las ofrecerá: “Dentro de muy poco os atenderé personalmente para dar respuesta a vuestro interés”, publicaba el ya exentrenador blanco minutos antes de que se anunciara a su relevo.
De cualquier modo, el Real Madrid comenzará la temporada con un ambiente enrarecido, impensable hace unas semanas tras haber conquistado la ACB, con la sombra de Laso acechando y con la afición a la espera de respuestas.