Por Aris Barkas / barkas@eurohoops.net
Con la Euroliga preparada para entrar en una nueva era, probablemente bajo el mando de Dejan Bodiroga, el anuncio del calendario de la próxima temporada 2022-23 se ha convertido de repente en el centro de interés de todos los seguidores del baloncesto europeo.
Sencillamente, si el calendario de la Euroliga no incluye enfrentamientos clave que coincidan con los partidos de las selecciones, se dará un paso hacia una mayor colaboración con la FIBA. Parece sencillo, pero no lo es.
Ya en diciembre, el Secretario General de la FIBA, Andreas Zagklis, insistió en esta cuestión en una entrevista. “La ventana de noviembre fue una oportunidad perdida para una demostración de buena fe por parte de la Euroliga“, dijo apenas unos meses después de la notoria reunión entre la FIBA, la NBA y la Euroliga
Y, aunque todo el mundo está de acuerdo en que las sinergias de cualquier tipo pueden ayudar, la Euroliga sigue esperando una compensación sólida para considerar la posibilidad de acomodar el calendario de las “ventanas”.
Por otra parte, es evidente que los partidos de mitad de temporada han sido un éxito para la FIBA en la mayoría de los casos y la incorporación de los jugadores de la Euroliga aportaría aún más valor a los partidos. Además, sería un paso en la dirección de conseguir la participación de más y más jugadores importantes y abrir un camino para un futuro -lejano en cualquier caso- en el que incluso los jugadores de la NBA puedan participar en las eliminatorias.
Sin embargo, por ahora, el primer paso realista puede llegar a través de la Euroliga y, si se da este paso, entonces la unificación no sólo del calendario sino de toda la comunidad del baloncesto estará un paso más cerca de cumplirse.