Por Antonis Stroggylakis / astroggylakis@eurohoops.net
En 2015, los Portland Trail Blazers, escasos de efectivos, perdieron el primer partido de su serie de primera ronda contra los Memphis Grizzlies de Marc Gasol. Sin embargo, la principal noticia de aquel encuentro acabó siendo que Nicolas Batum había escrito en los vestuarios: “No perdemos contra jugadores españoles“.
Así pues, los partidos entre Francia y España tienen una larga rivalidad. Se han enfrentado siempre en las fases eliminatorias, en semifinales o en los partidos por el título en los torneos de la FIBA.
Cuando se les pregunta por estos duelos, la mayoría de los jugadores de las dos selecciones probablemente dirán que no hay nada más que lo que está en juego en cada situación. Queda muy bien de cara a la galería, teniendo en cuenta que las pruebas recogidas a lo largos todos estos años en estos partidos (o incluso fuera de ellos) apunta a lo contrario.
No se trata de un enfrentamiento cualquiera entre dos grandes selecciones del baloncesto europeo. Se trata de una rivalidad que, en algunos casos que leerás a continuación, se ha convertido en una enemista llevada al límite.
Lanzar el primer puñetazo
Las raíces de la rivalidad se plantaron muy posiblemente en la final del EuroBasket de 2011. Un poco antes del descanso, Rudy Fernández trató de frenar la acción de Tony Parker con una jugada que puede ser fácilmente caracterizada como bastante peligrosa.
España ganó 98-85 y se coronó campeona de Europa por segunda vez consecutiva, siendo Juan Carlos Navarro elegido MVP. Aunque entonces no se habló mucho del golpe de Rudy, es muy posible que este incidente encendiera la mecha que traería momentos muy explosivos en los años siguientes.
El calor del verano de 2012
El periodo de preparación de las dos selecciones de cara a los Juegos Olímpicos de 2012 incluyó una revancha de la final del EuroBasket del año anterior.
Mickael Gelabale y Rudy Fernández se olvidaron del carácter amistoso del partido. Cuando el alero del Madrid se puso delante de su rival, poniéndole el brazo en la cara, el jugador francés reaccionó empujándole en la espalda. Los dos jugadores estuvieron a punto de iniciar una pelea, pero sus compañeros intervinieron para evitarlo.
Ambos fueron expulsados del partido, mientras el público local abucheaba de forma sonora a Rudy, recordando aún el “hack-attack” a Parker. Este incidente fue sólo un preludio de lo que ocurriría en Londres.
Francia y España volvieron a enfrentarse en los cuartos de final del torneo olímpico. Los dos combinador caminaron de la mano durante la mayor parte del partido hasta que los jugadores de Scariolo tomaron una ventaja de seis puntos, 63-57, a falta de 23 segundos. La victoria estaba al alcance de la mano, ya que también tenían la posesión del balón.
Francia iría a cometer una falta, pero Nicolas Batum hizo algo más que eso. Lanzó un puñetazo sobre Navarro, golpeándole en la ingle. Quizás no era esa la zona a la que se dirigía realmente, pero fue allí donde aterrizó su puño.
Batum no sólo se mostró absolutamente despiadado en la acción, ya que sólo unos momentos después del partido dio una excusa bastante inadecuada.
“Quería darle una buena razón para que hiciera ‘flopping’“, dijo el jugador francés. Antes de que se pusiera en plan Rocky Balboa con Navarro, los franceses se habían frustrado y acusaban a la Selección de utilizar algunas tácticas de ‘flopping’ para provocar señalizaciones a su favor.
Cuando se le preguntó si creía que lo que hizo estaba en el espíritu olímpico, Batum respondió: “¿Crees que si pierdes un partido a propósito, ése es el espíritu olímpico?“, insinuando abiertamente que la Selección Española había perdido a propósito en la fase de grupos para tener mejores cruces.
Batum escribiría más tarde en su perfil de Twitter: “Quiero pedir disculpas por mi acto estúpido al final, mostré una mala imagen de Francia y de mí mismo, Felicidades al equipo de España“.
Usurpando el trono
España llevaba un 2-0 frente a Francia en los torneos de verano y llegaba al EuroBasket 2013 con la intención de prologar esa racha si era necesario. De hecho, los dos equipos estaban destinados a tener otro enfrentamiento, aunque esta vez con un ganador diferente.
En una emocionante prórroga en las semifinales, “Les Bleus” fueron los que celebraron al final, llevándose el partido por 75-72 y mandando a España al partido por el tercer puesto. Afortunadamente, en este partido no hubo ningún incidente desagradable, ni golpes, ni nada por el estilo.
Francia se colgó medalla de oro en la final contra Lituania, coronándose campeona de Europa por primera vez en la historia. Pero España ya tenía puesto sus ojos en el Mundial que celebraba el año siguiente.
Robo con agresión
Todo estaba del lado de España. Jugaban en casa y toda la realeza baloncestística estaba presente en su plantilla. De hecho, parecía más poderosa que nunca en el Mundial de 2014.
Por eso, cuando se enfrentó a Francia en otra eliminatoria, en los cuartos de final de la competición, parecía ser ultra favorita. Más aún porque los franceses no contaban con los servicios de su mejor jugador, Tony Parker.
Sin embargo, los jugadores de Vincent Collet lograron que España ttuviera una actuación horrible, venciéndoles por 65-52 y dejándoles fuera de la zona de medallas. Un tremendo disgusto, dadas las mencionadas circunstancias con las que los dos equipos entraron en el torneo.
Esta vez Florent Pietrus y Sergio Llull protagonizaron un pequeño enfrentamiento, que fue rápidamente evitado por el árbitro letón Olegs Latisevs.
Aunque Francia no se clasificó para el partido por el título (perdió ante Serbia en la semifinal), ganó la medalla de bronce tras vencer a Lituania en el partido por el tercer puesto.