Por Cesare Milanti / info@eurohoops.net
Ser capaz de convertirse en líder absoluto en cualquier categoría del baloncesto moderno es un reto exigente. Con tantas competiciones y equipos que se presentan con la suficiente habilidad como para acaparar los focos, el último logro de Marcelinho Huertas es realmente notable.
El base brasileño se ha convertido recientemente en el líder histórico de asistencias de la Basketball Champions League, con un total de 367 pases a canasta. Pero lo que es aún más increíble es que debutó en la competición con el Canarias hace sólo tres años, anotando 13 puntos y repartiendo 6 asistencias en una victoria sobre el Nizhny Novgorod.
En la derrota sufrida en Grecia por 88-81 contra el Peristeri, personalmente rozó la excelencia al quedarse cerca de un doble-doble con 17 puntos y 9 asistencias. En ese partido, al fin, se situó en el primer puesto de la lista de asistencias de la historia de la competición.
En tan sólo tres temporadas, uno de los directores de juego más experimentados del panorama del baloncesto internacional logró un objetivo increíble, aunque nunca lo tuvo en mente.
“Nunca pensé que podría llegar a ser el líder histórico de asistencias de la Basketball Champions Lrague, pero estoy muy orgulloso de ello. Es algo que viene gracias al Tenerife, que siempre llega a las rondas finales de la competición siendo muy competitivo“, dijo en una entrevista con Eurohoops.
Leyendas aurinegras
Lo primero que hizo fue agradecer a los jugadores que convierten sus pases clave en grandes tiros: “Sin ellos, no podría tener tantas asistencias en pocos años. Creo que gran parte del mérito debe ser para ellos y también para el sistema con el que jugamos“, dijo Marcelinho, elogiando a aquellos con los que comparte a diario el vestuario.
Entre ellos, hay un pívot georgiano y un tirador finlandés que tienen un vínculo especial con el veterano base del Lenovo Tenerife. Sin Giorgi Shermadini y Sasu Salin, Huertas no podría tener el récord en sus manos.
“Son dos de mis mejores compañeros en la cancha. Somos los que hemos estado aquí juntos todos estos años, somos los que más tiempo llevamos y tengo una conexión especial con ambos. Con Shermadini que va dentro de la pintura y con Sasu por sus tiros de tres puntos“, comentó sobre dos de las caras más reconocibles de la plantilla del Tenerife.
Como se demostró también en la Final Four de la BCL 2021-22 en Bilbao, el equipo de Txus Vidorreta siempre intenta realizar un baloncesto orientado al ataque. Y Marcelinho Huertas conoce muy bien el libro de jugadas: “Tenemos muchas opciones en nuestro esquema ofensivo y siempre que el objetivo sea encontrar a uno de esos jugadores, debo estar muy concentrado y afinado con mis pases para que puedan tener una buena mirada al aro y poder terminar con un buen tiro“.
A la vieja usanza
En los últimos años, el baloncesto moderno ha visto cómo cada vez más equipos dependían de los creadores de juego de gran anotación. Tipos que subían el balón y que, además, eran la principal opción ofensiva de su plantilla.
“Vemos a muchos bases siendo las primeras opciones ofensivas de sus respectivos equipos, cargando el equipo sobre sus espaldas con su habilidad anotadora. Al mismo tiempo, el baloncesto europeo siempre se ha caracterizado por contar con exteriores que eran capaces de mantener a todo el mundo involucrado y hacer que el equipo fuera mejor, estando preparados para anotar cuando tuvieran la oportunidad“, dijo Marcelinho Huertas sobre la evolución de su posición.
Cuando se piensa en equipos como el Hapoel Holon o el Reggio Emilia, nunca se puede dejar de hablar de jugadores como Joe Ragland o Andrea Cinciarini, a los que les gusta tener todo bajo control. Marcelinho tiene una explicación para esto: “Me veo como un base de la vieja escuela y trato de ser fiel a mi juego. Creo que, sobre todo aquí, en España, la forma en que jugamos y el modo en que funciona nuestro equipo, no funcionaría con diferentes estilos de bases. Cada uno tiene su estilo, sólo es cuestión de saber adaptarse a lo que el equipo necesita“, añadió.
Rivales, pero nunca enemigos
Conseguir el primer puesto en la lista de asistencias de todos los tiempos de la BCL significa que alguien ocupaba anteriormente la cima, y en este caso, no es un jugador retirado. El veterano serbio Dusan Djordjevic, de 39 años, que no se ha movido del Oostende desde 2011 y sigue jugando en la Basketball Champions League, pero actualmente es baja por lesión.
Esta semana ha pasado al segundo puesto con 362 asistencias. Pero se alegró cuando se enteró de que le había superado el propio Marcelinho. “Me gustaría felicitar a Marcelinho Huertas. Me alegro de que sea él, porque creo que es la definición de base de la vieja escuela, que siempre vela por mejorar a sus compañeros. He disfrutado jugando contra él y sobre todo viéndole jugar. Le deseo que se mantenga sano y que haga estos números aún más altos“, dijo a Eurohoops.
La estima es mutua, y el director de juego del Lenovo Tenerife también tuvo grandes palabras sobre su colega: “Djordjevic siempre ha sido uno de esos bases realmente hábiles que intenta buscar a sus compañeros y jugar como lo ha hecho durante tanto tiempo en la BCL. Es un honor pasar a un tipo que ha jugado al baloncesto durante tanto tiempo y que tiene una historia tan grande en la competición“, dijo Marcelinho Huertas sobre el líder del Filou Oostende.
Dusan Djordjevic y Marcelinho se enfrentaron en los octavos de final de la BCL 2019-20
“Sólo intento jugar mi baloncesto y hacer que mis compañeros sean mejores para que el equipo gane. Ese es el único objetivo cuando estoy en la cancha, independientemente de lo que tenga que hacer pienso en el equipo. Los bases como Dusan o yo mismo siempre tenemos que pensar primero en el equipo. Eso es lo que nos ha hecho estar en lo más alto de la lista“, concluyó.
El secreto, entonces, leyendo detrás de las palabras del base brasileño, es no pensar en este tipo de logros, sino estar completamente concentrado en la victoria. Y si además te llamas Marcelinho Huertas, puedes permitirte superar a cualquier otro en la historia de la BCL en apenas tres años. Y sumando.