Por Panos Katsiroubas/ info@eurohoops.net
La lupa se enfoca en todas las canchas europeas donde se disputan los partidos de la Euroliga y cada semana elegirá algunos de los partidos que habrán robado el espectáculo en la máxima competición europea para examinarlos a través de su lente baloncestista. Aquí se puede leer el análisis del partido FC Barcelona Lassa contra el Panathinaikos de Atenas .
Un partido de mucha táctica desde el banquillo
Un emocionante partido se disputó en Moscú, donde el CSKA de Moscú sufrió parta derrotar al Brose Baskets Bamberg 83-77. En los primeros 20 minutos el equipo de Dimitris Itoudis jugó una defensa increíble, cambiando en todas las pantallas y limitando al mínimo las colaboraciones del Bamberg, presionando sobre el balón y haciendo difícil la ejecución de los visitantes. Antes del descanso el equipo alemán anotó sólo 28 puntos, con 3 asistencias, antes del descanso. En ataque el equipo local se basó en gran medida en el juego de dos contra dos y en la presión sobre el balón durante los bloqueos. El CSKA anotaba constantemente con penetraciones mediante cambios defensivos, con Nando De Colo siendo el principal protagonista, que terminó la primera mitad con 16 de sus 22 puntos en total. Sin embargo, el CSKA no pudo llevar a cabo las colaboraciones que había tenido en sus dos primeros partidos, ya que los jugadores de Andrea Trinchieri cerraron con éxito los espacios y las líneas de pase. Desde su promedio de 25.5 asistencias en los dos primeros partidos, en éste encuentro el CSKA se redujo a 16.
A partir de mediados del tercer cuarto el Bamberg también se desató en ataque y remontó una desventaja de 15 puntos (53-38) para ponerse por delante por 1 punto (68-69) a cuatro minutos para el final. Los visitantes lograron esa remontada gracias a tres estrategias: primero, negaron a los bases del CSKA los pasillos hacia la pintura; en ataque golpearon los eslabones débiles tras los cambios de los rusos que creaban desajustes; y a través de su defensa abrieron la cancha y anotaban en transición. Al final, el Bamberg no logró ganar el partido debido a unos cambios defensivos inteligentes de Itoudis en los últimos 4 minutos. El entrenador griego eligió una defensa en zona adaptada para cortar el pasillo central. Ahí es donde el Bamberg sucumbió a dos errores y una falta ofensiva. En la parte ofensiva, el CSKA amplió su juego por medio de las transiciones. El equipo del ejercito ruso consiguió sus últimos 12 puntos a manos de Nikita Kurbanov (5), Andrey Vorontsevich (5) y Kyle Hines (2), que eran cruciales llevando a su equipo a la victoria.
Un Laboral casi perfecto
El Laboral Kutxa Vitoria Gasteiz hizo un partido espectacular contra el CSP Limoges, triturando a los campeones franceses en su propia casa con un imponente 71-107. El primer tiempo fue todo un cuento de hadas para los jugadores de Velimir Perasovic. Su equipo anotó 60 puntos, sacando canastas de los 10 jugadores que pisaron la cancha. En este período el Laboral lanzó con un 69% en tiros de dos, 42% en tiros de tres, presumiendo de una increíble relación de asistencias y pérdidas del balón – ¡17-1! Estamos hablando de un partido literalmente ¡perfecto! El equipo de Vitoria circuló sorprendentemente bien el balón, haciendo a tiempo sus pases, ya sea en las jugadas de pick-and-roll o al lado débil. En los primeros 20 minutos el Laboral también jugó una gran defensa, haciendo 8 robos y anotando 20 puntos en transición. El Limoges logró hacer sentir su presencia por sólo 5 minutos en el tercer cuarto, recortando distancias de 34 puntos (38-72) a 20 (55-75). El resto del partido, otra vez, pertenecía a los visitantes, que dominaron y ampon su ventaja a 36 puntos. El Baskonia terminó con 17 robos de balón. La última vez que el Laboral Kutxa anotó tantos puntos era el 25 de febrero de 2009 en Milán. En aquel día los vascos derrotaron al Milán 74-107.
La venganza es un plato que se sirve frío
Hace cinco meses, en la semifinal de la Final Four de la Turkish Airlines Euroleague en Madrid, el Real Madrid se impuso al Fenerbahce Estambul por 96-87. El viernes el Fenerbahce consiguió su venganza, batiendo al equipo de Pablo Laso en Estambul (77-66). El equipo turco logró prevalecer por tres razones. Primero, el equipo de Zeljko Obradovic jugó bien en defensa. Encabezada por Ekpe Udoh la defensa del Fenerbahce parecía muy dura sólo una semana después de permitir 91 puntos al Strasbourg. El pívot estadounidense contribuyó en una defensa de cambios, ayudó con en las jugadas de dos contra unos en las pantallas a lo largo de las alas, y lo más importante, cerró el paso hacia la canasta de su equipo, haciendo tres tapones y obligando a los jugadores del Madrid tomar unos tiros difíciles. Segundo, los jugadores del Madrid tomaban malas decisiones en ataque, jugando a toda prisa sin leer bien los desajustes.
Eran características algunas jugadas en las que fue involucrado Gustavo Ayón, como en el caso cuando recorrió a los cambios en los bloqueos para postear contra Bogdan Bogdanovic, pero sus compañeros de equipo no consiguieron pasarle la pelota. Durante el partido había muchas jugadas similares. Además, parecía que los españoles estaban ejecutando en ataque con una planificación casi nula, basándose mucho en la mprovisación y el instinto. Con 20 rebotes ofensivos y un juego de ritmo alto, los 66 puntos del Real Madrid denotan una actuación decepcionante. La tercera razón de la victoria del Fenerbahce fue su pura voluntad para hacerlo, y el hecho de que varios de sus jugadores se encontraron en una buena noche. Aparte de Udoh, Bogdan Bogdanovic, Gigi Datome y Baris Hersek ofrecieron soluciones ofensivas importantes. Las fuertes pantallas sobre el balón de los jugadores de Obradovic les dieron a los jugadores del perímetro del Fenerbahce la oportunidad de estar siempre a un paso por delante de la defensa y tener opciones para atacar la canasta o pasar para unos tiros abiertos. En general, fue una victoria justa.
¡Se le da crédito al Unicaja por su resistencia!
Por otro partido el Unicaja Málaga jugó un excelente baloncesto y demostró que quizás fuera la sorpresa más positiva en la Euroliga de este año. La tercera víctima del Unicaja fue el Darussafaka Dogus Estambul, que cedió a la superioridad del equipo de Joan Plaza. El equipo español era impresionante en ataque, sobre todo en los primeros 30 minutos. En ataque el Unicaja se extendió por toda la cancha, haciendo algunas colaboraciones maravillosas, con todos los jugadores buscando siempre la mejor opción, incluso si tenían un tiro libre. Stefan Markovic fue el orquestador, destruyendo cada sistema defensivo del equipo de Oktay Mahmuti, y sirviendo canastas fáciles a los hombres altos de su equipo a través de pick-and-rolls. El base serbio terminó el partido con 9 asistencias y ahora tiene un promedio general de 7 asistencias en tres partidos.
En general, el Unicaja hizo estragos dentro de la pintura, anotando allí los 42 de sus 81 puntos. El equipo malagueño demostró una gama impresionante y una buena lectura del juego, sumando 24 asistencias y 31 tiros, a diferencia del Darussafaka, que terminó el partido con sólo 13 asistencias. El Unicaja sacó diez o más puntos de cinco jugadores, con Edwin Jackson siendo el máximo anotador con 18. El Darussafaka tiene una decente plantilla, pero tiene problemas con la facilitación. Es revelador que después de tres partidos el equipo turco tenga un total de 47 asistencias y 48 pérdidas del balón. El promedio de 16 pérdidas del balón no es una buena señal, y en tales partidos como este – en el que el Unicaja perdió el balón sólo 6 veces – la derrota y la gran diferencia son una consecuencia lógica.
Un digno de los playoffs en Milán
Fue un final increíble de la tercera jornada en el Mediolanum Forum, con el Olympiacos de El Pireo llevándose una gran victoria frente a los anfitriones – el EA7 Emporio Armani Milán. Fue un partido con muchos cambios de liderato. El equipo de Giannis Sfairopoulos tenía una pequeña ventaja durante la mayor parte del partido, gracias en parte a las jugadas de pick-and-roll y unas buenas terminaciones por parte de Patric Young, como ejecutor principal. También había Georgios Printezis, que posteaba de una forma buena y constante. Por primera vez este año el Olympiacos trató de pasar el balón al poste y sacar puntos a través de sus pívots, con un buen posicionamiento de Young dentro de la pintura. El pívot estadounidense también hizo un gran trabajo con sus agresivos hedge-outs defensivos, que paraban la circulación de la pelota del EA7. También recogió algunos rebotes importantes, anotó 18 puntos, negó pases dentro de la pintura, y, en general, hizo un gran partido.
El gran protagonista del EA7 Milano era Alessandro Gentile. La estrella italiana se movía de una manera excelente en las pantallas lejos de la pelota creando espacios para ejecutar. También pasaba muy bien el balón en los cambios en los bloqueos, y fue una amenaza constante para el Olympiacos. Anotó 24 puntos y dio 7 asistencias, participando en 41 de los 66 puntos de su equipo. Cuando estaba en la pista junto con Krunoslav Simon, causaron unos problemas aún mayores al Olympiacos, con su buena lectura del juego y los desajustes. El dúo anotaba desde el perímetro ya que los rojiblancos tenían una mala reacción en la recuperación defensiva desde la situación de ayuda hacia el hombre con balón, sobre todo en el lado débil. En ese momento, con el Olympiacos haciendo una pérdida del balón tras otro – y 16 en total – el EA7 volcó el marcador (41-47) con un tirón de 19-7 para tomar la ventaja de 60-54. En los minutos finales, sin embargo, los jugadores del entrenador Sfairopoulos apretaron su defensa, sacaron lo mejor de Printezis, que anotó 8 puntos en los últimos 3 minutos, encestando unas canastas cruciales – la de Vasilis Spanoulis siendo la más importante – para escapar de Milán con una gran victoria.