Por Aris Barkas / barkas@eurohoops.net
El Maccabi Tel Aviv, pase lo que pase, sigue siendo un grande. Desde el momento en que entras en La Mano de Elías, lo entiendes. No es un pabellón moderno, pero la historia del recinto y los fantasmas de la grandeza del pasado siguen ahí, acechando a todos los rivales.
El ruido constante del público, con todo el papel vendido, hace que todo sea difícil para cualquiera que desafíe al Maccabi y, tradicionalmente, el Menora Mivtachim Arena es uno de los pabellones más difíciles, si no el más difícil, para jugar en la Euroliga.
Los números no mienten. El Maccabi tiene actualmente un balance de 12-12 en la Euroliga, pero también tiene el segundo mejor registro en casa, 9-2. Sólo ha perdido contra el FC Barcelona y, hace dos semanas, ante el Estrella Roja en un resultado que se puede calificar a todas luces de sorpresa.
“Tenemos la adrenalina de los aficionados“, declaró Roman Sorkin tras ganar al Valencia Basket a principios de temporada, y la buena noticia para el Maccabi es que su capacidad de ganar en casa siguen siendo su tabla de salvación.
Seis de los 10 partidos que le quedan al equipo en la temporada regular se jugarán en Tel Aviv, lo que da al Maccabi la oportunidad de conseguir un récord positivo aunque no vuelva a ganar a domicilio. Además, el Maccabi tiene bastantes posibilidades de conseguir al menos una victoria fuera contra el ASVEL Villeurbanne, que está prácticamente fuera de la lucha por los playoffs de forma matemática.
Aún así, no será una tarea fácil para el Maccabi, teniendo en cuenta que, entre otros, el Fenerbahce, el Real Madrid y el Baskonia visitarán Tel Aviv, junto con el Bayern Múnich esta semana, y la Virtus Bolonia y el Armani Milán a finales de marzo.
Hasta ahora, el Maccabi ha demostrado que puede hacer el trabajo al vencer en casa al Olympiacos, al AS Mónaco, al Partizan y al dos veces campeón, el Anadolu Efes.
Como dijo Bonzie Colson sobre la afición tras la victoria sobre el Partizan: “Me alimento de su energía, tenemos la mejor afición de la Euroliga y es genial tenerlos detrás de nosotros cada partido en casa“.
El regreso de Lorenzo Brown
Sin embargo, lo que hace aún más posible el ascenso del Maccabi no es sólo el factor cancha. Lorenzo Brown había estado de baja por una lesión de tobillo sufrida en el partido contra el ALBA Berlín en la 20ª jornada y reaparecerá esta semana, irónicamente contra otro equipo alemán, el Bayern. Sin él, el Maccabi perdió tres partidos y sólo ganó uno, a domicilio por un punto en Valencia.
Este fue el segundo gran golpe para la temporada del Maccabi tras la rotura de ligamentos de la muñeca de Alex Poythress, que le dejó fuera de combate ya a principios de diciembre.
Brown, sin embargo, se ha erigido en uno de los bases más productivos de la Euroliga: es 3º de la competición con 6,0 asistencias por partido y 7º en anotación, justo por detrás de su compañero Wade Baldwin, aunque ambos promedian 16,6 puntos por partido. El regreso de Brown puede dar un giro inmediato a la situación y devolver al Maccabi a la senda de los playoffs y, una vez allí, ¿quién sabe lo que puede pasar?
Después de todo, incluso sin la ventaja de jugar en casa, es difícil imaginar que alguien consiga una victoria a domicilio en Tel Aviv.
No hay lugar como el hogar para el Maccabi, y al menos éste es un legado que esta versión del equipo aprecia y quiere proteger.
Oded Kattash lo expresó con elocuencia tras la gran victoria sobre el Olympiacos, posiblemente la más importante de la temporada hasta la fecha para el club israelí. Al hablar de lo mucho que los aficionados ayudan al equipo, Kattash, un icono del club como jugador, afirmó: “Estamos acostumbrados, pero no lo damos por sentado“.
Y el Maccabi simplemente siente que este año puede devolverle algo a esa increíble afición.