Por Aris Barkas / barkas@eurohoops.net
Los cuartos de final de la Basketball Champions League comienzan esta semana y, en esta ocasión, las cosas ya están más tensas de lo habitual.
La inesperada postura del UCAM Murcia crea una situación sin precedentes. Hablar de árbitros no es algo nuevo, sin embargo acusar abiertamente a toda una competición de favoritismo es algo que no se había visto en la BCL. Y, aunque nadie debería quedarse en shock teniendo en cuenta todo lo que suele conllevar un enfrentamiento entre clubes del mismo país, obviamente crea un contexto diferente.
Por otra parte, se espera que aficionados griegos viaje con el AEK a Israel para el partido contra el Hapoel de Jerusalén, en lo que se espera que sea un encuentro memorable.
El Lenovo Tenerife recibe al BAXI Manresa en una reedición de la final de la temporada pasada, por lo que la serie más “tranquila” parece ser el choque entre el Telekom Basket Bonn y el SIG Strasbourg, con los fuegos artificiales que se esperan en la cancha, especialmente por parte del gran candidato al MVP, TJ Shorts.
Por eso la reacción de Murcia es, cuando menos, desconcertante… O un intento muy contundente de un tapado de crear presión extra sobre el favorito o incluso sobre los árbitros.
Ya era hora. Desde el primer día, en la BCL siempre ha habido un factor de confort y la mayoría de los equipos estaban contentos de tener la oportunidad de competir a escala continental. Casi todos consideraban la participación en sí misma como la principal recompensa por haber realizado una buena temporada en sus ligas nacionales.
Esta vez, las cosas son un poco desagradables, al menos en este caso concreto. Y, curiosamente, es una prueba más del crecimiento de la competición. Uno no se vuelve mezquino y desagradable por algo que no le importa…