Por Aris Barkas / barkas@eurohoops.net
El pasado verano, se presentó a Paulius Motiejunas como candidato a CEO de la Euroliga. Sin embargo, los 13 clubes accionistas de la competición necesitaron un año -prácticamente perdido- para ponerle en el cargo, nombrándole CEO en funciones para la temporada 2023-24.
Con la marcha de Marshall Glickman, los clubes necesitaban una solución urgente y por eso se decantaron por una fórmula por la que estuvieron en contra el pasado verano. Es decir, dar el papel de CEO de la competición a un ejecutivo de un club miembro.
Esto crea un conflicto de intereses de facto, sin embargo, Motiejunas se ha ganado la confianza del resto de clubes. Además, quiere avanzar pasos tras los recientes cambios en la Euroliga, como dijo en su entrevista con Eurohoops hace unas semanas: “Quiero que mejoremos y tenemos que mejorar. Lo que realmente siento es que nosotros, como clubes, nos estamos implicando más y lo que es mejor ahora es que nos estamos comunicando mucho mejor entre nosotros y esto es clave“.
En teoría, Motiejunas debería dejar su cargo al final de la temporada 2023-24. Eso ocurrirá con toda seguridad si los accionistas de la Euroliga deciden utilizar los próximos meses para contratar a un CEO que ocupe el cargo a largo plazo, mediante un proceso de entrevistas típico.
Por supuesto, si Motiejunas demuestra ser el hombre adecuado para el trabajo, es posible que mantenga su puesto, distanciándose aún más del Zalgiris Kaunas.
La expansión
El principal reto que ahora mismo debe afrontar la Euroliga y, por supuesto, Motiejunas son las negociaciones sobre la expansión. En teoría, esas cuestiones deberían haberse decidido en abril, o al menos debería haberse trazado un camino.
El tiempo apremia si la Euroliga quiere expandirse antes del verano de 2024, cuando podría ser inevitable si los clubes rusos regresan a la competición. Y esa es la prioridad para todos en estos momentos. Además, el retraso en esas decisiones fue el motivo que provocó el cambio de CEO.
Motiejunas está claramente a favor de la expansión de la Euroliga a Dubái -como declaró en la entrevista con nuestro portal- y ésta es una de las principales decisiones que la Euroliga debe abordar más pronto que tarde. Con Glickman, París y Londres parecían ser las prioridades, pero no es necesariamente el caso.
Por supuesto, la principal tarea del director general de la Euroliga y también del presidente de la Euroliga, ya que Dejan Bodiroga sigue en el cargo, es alinear a los 13 accionistas en torno a un interés común. No siempre es tan fácil como parece, pero con Dubái abriendo una pizarra de enorme potencial parece una obviedad en este momento.
Para la próxima temporada, sólo se esperan ligeros cambios tanto en la Euroliga como en la EuroCup, pero con la presencia de Dubái, el contrato de la joint venture con IMG, que expira en 2026, los contactos en curso con la FIBA y tres nuevos mercados (Dubái, Londres y París) llamando a la puerta, los próximos meses serán igualmente interesantes fuera de la cancha para la competición. Especialmente para Bodiroja y Motiejunas.