Por Panos Katsiroubas/ info@eurohoops.net
La lupa se enfoca en todas las canchas europeas de la Turkish Airlines Euroliga y cada semana elige algunos de los partidos que roban el espectáculo en la máxima competición europea.
El Madrid sigue vivo
El vigente campeón, Real Madrid, logró sobrevivir la primera de las tres finales que le quedaban hasta el final de la temporada regular. En los primeros 20 minutos del partido contra el Fenerbahce tenía muchos problemas, pero por primera vez se dejó la piel en la defensa de la segunda mitad, consiguiendo la victoria. Pablo Laso probó muchos quintetos diferentes que al final le salieron. Al principio el equipo local era lento, sobre todo en defensa, con los jugadores del Madrid incapaces de responder al movimiento del balón por parte del Fenerbahce y a las excelentes ejecuciones, sobre todo por parte de Luigi Datome. Con un quinteto inusual que no hemos visto antes esta temporada – Luka Doncic, Jaycee Carroll y Jeffery Taylor a lo largo del perímetro, y Andrés Nocioni y Guillermo Hernangómez en la línea frontal – el Madrid jugó una defensa increíble, bloqueando los pasillos hacia la canasta, negando pases y complicando mucho el tiro y la circulación del balón del Fenerbahce. Ese quinteto hizo un parcial de 16-0 que dio la vuelta al partido (16-28) y puso a los blancos arriba con cuatro (32-28). A pesar de el contraataque, los de Obradovic encontraron las respuestas y lograron atacar los puntos débiles de la defensa del Madrid, cuando le pitaron su tercera falta a Nocioni forzando a Laso a recomponer el quinteto.
Con el juego pendiente de un hilo, empezó a destacar la clase de Sergio Llull en ataque al igual que una defensa asfixiante del Madrid a lo largo del perímetro. Tras un cierto punto, los dos equipos presentaron unos quintetos bajos, algo que volvió a ser conveniente al equipo español, gracias a su defensa a lo largo del perímetro y con Taylor proporcionando una gran ayuda defensiva en casi todas las partes de la cancha. En la parte ofensiva, Llull se hizo cargo del partido y aunque estaba un poco indeciso en algunos puntos, al final castigó la defensa de cambios del Fenerbahce y con botes seguidos dio la ventaja que llevó al Madrid a la victoria, una victoria que lo mantiene con vida en la carrera por un puesto en el Top 16. El base español anotó 12 de sus 17 puntos en los últimos 10 minutos del partido. Jonas Maciulis y Taylor sólo anotaron 7 puntos, pero aportaron mucha energía en defensa y sus contribución fue importantísima, aunque no se reflejan en la estadística.
Los verdes cortaron su racha
La octava jornada será recordada como aquella en la que después de dos años siete meses y 18 días el Panathinaikos de Atenas cortó su dolorosa racha de nueve derrotas consecutivas contra el FC Barcelona. Las principales razones de la victoria fueron el dominio completo en la zona de ataque y la gran defensa que jugaron los verdes durante casi 30 minutos. En la primera mitad su defensa era absoluta, con una implacable presión sobre la pelota, presencia en toda la cancha, posicionamiento en las defensas de cambios y el bloqueo de todos los pasillos hacia la canasta. El dominio defensivo se transformó en ofensivo, con Miroslav Raduljica firmando una noche de carrera en la Euroliga con 25 puntos en 8/9 tiros de campo y 9/9 tiros libres. Con Nick Calathes jugando el papel de orquestador, el balón llegaba en el interior con gran facilidad, no sólo a Raduljica sino también al resto de los jugadores que se movían sin balón. El Panathinaikos hizo 18 de 28 disparos desde el interior de la pintura y la defensa del Barcelona luchó para moverse lo suficientemente rápido para detener el buen juego de pases de los anfitriones. El equipo de Aleksandar Djordjevic jugaba muy bien en ataque, también tenía acierto desde el perímetro, algo que le faltó en los partidos anteriores – y creó 25 asistencias con 28 tiros de campo, lo que indica un alto nivel de lucidez, concentración y trabajo en equipo.
Xavier Pascual, cuyo equipo iba a remolque por 16 puntos poco antes del final del tercer cuarto, recurrió a un quinteto bajo poniéndole trabas al Panathinaikos. Con tres bases (Tomas Satoransky, Alex Abrines y Brad Oleson), Stratos Perperoglou en la posición de “cuatro” y Shane Lawal en la del “cinco”, los azulgrana apretaron su defensa, rotaban más rápido y mejoraron su juego de transición a ambos lados de la cancha. Tal quinteto también tenía a muchos creadores ofensivos, así como a jugadores que podían extenderse al suelo y disparar desde larga distancia. El resultado fue un estallido ofensivo, con el Barcelona recortando distancias a un solo punto, 71-70, con un parcial de 5-20 en apenas 5 minutos. En aquel momento, el equipo local se reanimó gracias a unos tiros de Dimitris Diamantidis y James Feldeine, mientras que la suspensión por cinco faltas personales de Lawal hizo al Barcelona más flojo en defensa. Calathes hizo un gran partido, rozando un triple-doble con 9 puntos, 7 rebotes y 10 asistencias, controlando el ritmo del partido y jugando una excelente defensa.