Por Antonis Stroggylakis/ info@eurohoops.net
“Una canasta hace feliz a un jugador, mientras que una asistencia hace felices a dos.”
Aunque el origen de la cita arriba mencionada parece ser un misterio (por razones obvias, nos gustaría pensar que Toni Kukoc fue el primero en enunciarla), su punto es bastante claro. Tanto la circulación del balón, que resulta en canastas a base de un trabajo en equipo, como las asistencias son muy elogiados por los entrenadores, y no sólo. Es el núcleo de cada ataque bien planeado. Puede hacer que los que tengan menos posibilidades de ganar venzan a los favoritos. Si se hacen correctamente, pueden incluso derrocar los fundamentos de las defensas más duras. En estas situaciones, los pívots que pasan pueden, en particular, afectar el juego de una manera que todavía se está descubriendo en el siempre cambiante mundo de baloncesto. Sus rivales no sólo deben evitar que ellos anoten, sino que también temer que tales pívots decidan pasar el balón. Son muy peligrosos, altamente eficaces y suelen cambiar el desarrollo del partido, cada vez que reparten asistencias.
¡Al Eurohoops le encantan los pívots pasadores! Así que, hemos decidido presentar nuestras opciones para el Top 5 más uno de los mejores pívots pasadores en la historia de la Turkish Airlines Euroliga, cinco hombres altos que destacan por su gran habilidad de pase y su notable capacidad para proporcionar asistencias.
NIKOLA PRKACIN (CIBONA ZAGREB, EFES PILSEN, PANATHINAIKOS DE ATENAS)
¿Quién habría pensado que un hombre cuya fisicalidad y enfoque del juego recordaban a un ariete también podría ser tan hábil y elegante a la hora de pasar el balón? Tal vez sea eso lo que nos impresiona más en el curioso caso de Nikola Prkačin. El pívot croata podía utilizar la fuerza bruta con el fin de despacharse rápido de sus rivales, pero cuando decidía repartir el balón y dar a sus compañeros de equipo la oportunidad de anotar, sus movimientos se combinaban sutilmente con su pensamiento rápido.
Prkačin podría seguir fácilmente los movimientos de todos que estaban en la cancha, amigos y enemigos, con el fin de encontrar las coordenadas correctas a repartir sus asistencias. La primera vez que hizo notar su habilidad de pase fue con el Cibona de Zagreb la temporada 2002-03, cuando promedió más de 2 asistencias para un total de 48. Aunque rozó ese número solamente una vez, en 2005-06 con el Efes Pilsen, cuando dio 41 asistencias en 22 partidos, muchos de sus pases extasiaban a la afición.
Su mejor noche de asistencias la tuvo con el Cibona el 16 de enero de 2002 contra el Ural Great. En aquel partido Prkačin repartió 7 asistencias y al mismo tiempo lanzó 15 (¡!) tiros de campo, un buen ejemplo de cómo el pívot croata podía simultanear la anotación y las asistencias. Tres semanas más tarde llegó a igualar esa cifra en el partido contra el AEK de Atenas.