Por Antonis Stroggylakis/ info@eurohoops.net
“¿Quién?”. La palabra más popular y de uso común entre los aficionados de la NBA al escuchar el nombre de un jugador x europeo que se haya formalizado o firmado por su equipo favorito.
Pues bien, ya que los Juegos Olímpicos naturalmente atraen a una gran audiencia global, les proporcionan a los aficionados al baloncesto la oportunidad de familiarizarse con algunos de esos jugadores. Tal vez ayuden a cambiar el “¿Quién?” por algo como “Oh, él”. Tal vez incluso “¡ala, ¡cómo mola!, ¿verdad?”.
En los Juegos de Río habrá cuatro baloncestistas europeos que este año van a ser presentados a la NBA y uno que reaparecerá en la mejor liga del planeta, aunque como un jugador completamente diferente.
Por lo general, la selección española tiene la parte del león, siendo el equipo nacional europeo con más jugadores de la NBA, al menos siete. Tres van a cruzar el charco este verano, pero sólo dos de ellos son novatos.
Para Sergio Rodríguez esta va a ser su segunda experiencia NBA. El Chacho ya pasó por la NBA (2006-2010) jugando para los Blazers, los Kings y los Knicks, pero no se equivoque. Ahora se trata de “Rodríguez MK II”, en comparación con el jugador que optó por regresar a Europa en 2010. En su viaje de vuelta al mágico mundo de la NBA, el base de 30 años llevará consigo el premio MVP de la Euroliga (2014), la corona del campeón continental (2015) numerosas distinciones individuales y un montón de títulos con el Real Madrid.
Lo que más importa es que la calidad de su juego justifica más que nunca el apodo del Genio de San Cristobal de la Laguna. No es sólo un general en el suelo, sino que un gran mariscal que puede controlar todo lo que se mueve en la ofensiva de su equipo y ser el principal representante del baloncesto “cogitativo”, dándoles belleza y esencia a lo máximo en las jugadas que pondrá en los Sixers. Para comprender lo importante que era para su equipo, basta con saber que muchos madridistas (y no sólo) ya lo han tachado de “insustituible”.
El Rising Star 2016 es el otro español listo para pisar las canchas de la NBA la próxima temporada. Álex Abrines aterriza en los Oklahoma después de la mejor temporada de su carrera hasta la fecha. Entre otras cosas, sus hazañas incluyeron un 43,6% en tiros de tres (90/206) más la máxima anotación de su carrera (25 puntos y 6/10 desde la línea de tres) en un partido de los playoffs entre el Barcelona y el Lokomotiv Kuban.
Probablemente a la hora de reclutarlo la gestión de los Oklahoma pensara que “Ahora hay un tipo que puede entrar y proporcionar triples”. Los Thunder sacarán lo máximo de él, si lo colocan a lo largo del perímetro y esperan que abra la cancha para su superestrella, Russell Westbrook, para que el estadunidense tenga aun más espacio para sus travesuras habituales. No obstante, ellos le sacarán más partido, si se aprovechan de su capacidad atlética y su habilidad de penetrar la pintura.
En la ÑBA también hay un pívot de 22 años de edad, Willy Hernangómez. A pesar de que la temporada pasada no tenía mucho tiempo de juego en el Real Madrid, los Knicks decidieron ofrecerle un contrato y emparejarlo con su compañero de equipo en el Sevilla 2014/2015 Kristaps Porziņģis.
Hernangómez promedió 4,3 puntos y 3,4 rebotes con 11 minutos en la cancha, lanzando con un contundente 64% detrás de la línea de tres puntos en la Euroliga luchar contra jugadores curtidos de la élite del baloncesto europeo. Una prueba sólida para su tamaño, que ya utiliza bastante bien para su edad y es una herramienta que su nuevo equipo puede mejorar significativamente.
No es el único jugador que la afición de los Knicks tenga curiosidad por ver en los JJ.OO. También pueden hacerse una idea de quién es Mindaugas Kuzminskas. Un alero alto de la gran escuela baloncestística de Lituania, que creció como jugador en el Zálgiris Kaunas antes de marcharse al Unicaja. Desde 2012, bajo la tutela del mismo mentor, Joan Plaza, Kuzminskas ha estado desarrollando una amplia gama de habilidades que abarcan tanto la capacidad anotadora desde más allá del arco como la de instruir a sus rivales en el poste bajo.
El arriba mencionado jugador de 26 años ha apuntado con frecuencia a Ramunas Siskauskas (entre los aleros de élite europeos de las últimas décadas) como uno de sus ídolos en cuanto a los elementos que quiere infundir a su estilo de juego. Mientras que su capacidad atlética es mucho mayor que la de “Siska”, mejorando aún más sus movimientos quiere el balón en sus manos es lo que puede incluso hacer su juego trascendental.
Por último lugar, pero no por eso menos importante, hay una persona específica de la selección croata. Cuando los chicos de Aco Petrovic pisen la cancha para disputar el partido de estreno contra España, los ojos de todos definitivamente estarán puestos en Dario Saric. Un hombre a quien en Filadelfia ya lo esperan como a un salvador y que lo más probable que reciba el estatus de Jesús, si los 76ers logran algo como, por ejemplo, llegar a los playoffs.
Demostrando una versatilidad que recuerda a las leyendas yugoslavas del pasado, unas cualidades de liderazgo y madurez que te hace pensar que es demasiado sabio para su edad, Saric ya es jugador clave para el equipo de Croacia en ambos extremos de la cancha.
No es una casualidad que el ala-pívot de 22 años tal vez haya sido el chico fuera de la NBA a quien la temporada pasada los que están relacionados con el mágico mundo del baloncesto seguían más de cerca. Aunque no le daba mucha importancia al hecho porque muchas veces ha dicho que “distingue a las expectativas de los demás de las que tiene de sí mismo”.
Sin embargo, teniendo en cuenta la manera con la que fue recibido por todos en Filadelfia, podría ser consciente de que su entrega del año pasado probablemente haya aumentado el nivel de la polución nocturna de los aficionados de los Sixers, que lo ven en sus sueños asumir el papel de protagonista.
En la Euroliga, Saric sumó más puntos (11,7 en comparación con 9,9 de su promedio anterior) con un acierto mucho mejor (55,2% en tiros de dos, 40% de tres contra unos 48,6% y 30,6% de los años anteriores), a pesar de que jugó dos minutos por partido menos. Hubo una pequeña baja en sus rebotes y asistencias, pero ambos permanecieron en un buen nivel (5.8 y 1.5 por partido respectivamente).
No será una sorpresa si en algún partido de Croacia en Río Bryan Colangelo y Brett Brown serán avistados frotándose las manos con regocijo.