Por Panos Katsiroumpas/ info@eurohoops.net
La lupa de la segunda jornada les lleva al Pireo, Tel Aviv, y Barcelona para enfocar los puntos clave que decidieron los partidos más destacados de la jornada.
- ¡Ataque instantáneo! Esto, en gran medida, fue la clave para la victoria aplastante del Olympiacos. El equipo heleno jugó unas grandes defensas, presionaba de manera asfixiante y corría en cancha abierta después de defenderse de forma eficaz. Más de la mitad de los puntos del equipo local fueron anotados en los primeros 14 segundos de las posesiones.
- Sin defensa: la defensa del Efes era muy pobre, sin poder negarle el pasillo central a Vassilis Spanoulis, que se salió. Los de Perasovic tenían reacciones lentas y hacían malos cambios en ataque posicional, mientras que también eran vulnerables en transición.
- La presión y el factor “Milutinov”: la defensa del Olympiacos estaba que sofocaba. Los jugadores del perímetro rompían las pantallas, todos respondían a los desajustes, y por primera vez vimos a Milutinov no ir al exterior, pero quedarse en el interior, haciendo difícil cada intención de ejecutar por parte de los turcos. Las tan solo 11 asistencias y los numerosos tiros neutralizados demuestran lo eficaz que era la defensa de los griegos.
- ¡Cedi! Si hay algo sacar de este partido el equipo de Perasovic es la espectacular actuación de Osman, que estaba luchando a solas para sumar 22 puntos, 6 rebotes, entregando mucha energía.
Maccabi Tel Aviv – Real Madrid
- ¡Lo eficaces que son las pantallas! El Real sacó provecho de buenas pantallas sobre la pelota (y también de la nefasta manera con la que trataba de romperlas el Maccabi). Fue una de las principales razones de la victoria. Carroll y Rudy esperaban el balón en el extremo receptor de esas pantallas para meter 9 de 15 triples.
- ¿Jugar con un quinteto bajo o no? Al final del tercer cuarto y durante una gran parte del cuarto, vimos al Maccabi jugar con un quinteto bajo. Goudelock, Rudd, Seeley, o Weems, Pnini, y Landesberg estaban en la cancha al mismo tiempo. Cinco jugadores que juegan de ‘1’ a ‘3’ sin un creador claro. En un primer momento, el quinteto dejó perpleja a la defensa madridista, con Reyes y Randolph incapaces de marcar a lo largo del perímetro. El Maccabi empató el partido, pero el Madrid comenzó a recibir la pelota en la pintura. Randolph anotó 5 puntos seguidos, el Maccabi seguía con el mismo quinteto y vio la diferencia volver a 11. Al final, tales esquemas pueden ser efectivos sólo por unos minutos.
- Un parcial de 16-0 del Maccabi a principios del tercer cuarto: En aquel momento, el Real lo hacía todo mal, entregándose al equipo local y permitiéndole su juego favorito. El equipo macabeo dio la vuelta al partido gracias al hecho de que Rudd y Weems corrían y ejecutaban de manera inmediata. ¿Qué importa que Llull tenía 0/8 en sus tiros de tres puntos? «El aeroplano de Mahón» sumó 14 puntos, 11 asistencias, silenciando las armas ofensivas del Maccabi. Es, sin duda, el líder de los blancos.
Barcelona – Fenerbahce
En un partido que se decidió por detalles, los 8 de 13 triples del Fenerbahce en la primera mitad establecieron la diferencia. Los turcos acabaron el partido con un 52% detrás de la línea de tres, mientras que los catalanes tenían un 37%.
- ¡Los de Bartzokas van a vivir y morir con Rice! Sobre todo ahora que están jugando sin Navarro y Koponen. Organizó la remontada de su equipo anotando y creando en ataque. No obstante, un triple fallado en la transición y una desacertada decisión en la última jugada fueron funestos.
- ¡Fuego! Con el marcador a 72-73 y un minuto para el final vimos algunos ataques muy malos. Dixon y Rice no dieron ni un solo pase, se perdieron en los cambios, y al final no lograron hacer muchas cosas. Sin duda, sus entrenadores no están satisfechos en absoluto.
- Y en el banquillo …. A pesar de que Ante Tomic había anotado 12 puntos y había recogido 8 rebotes, no pisó la cancha en los últimos 12 minutos del partido, y esto suscita ciertas preguntas. Al parecer, el entrenador Bartzokas prefiere a endurecer su defensa en lugar de tener otro polo en ataque.