Por George Orfanakis / info@eurohoops.net
Se aproxima el gran partido amistoso organizado por el Olympiacos en honor de Dusan Ivkovic, y algunas de las personalidades más importantes no sólo del baloncesto europeo, sino también del tenis estarán en el Estadio de la Paz y la Amistad (20/9).
No podría ser de otra manera ya que se trata de un entrenador que ha conseguido tantos logros con los equipos en los que trabajó a lo largo de su carrera, ayudando al mismo tiempo al baloncesto a avanzar como pocos otros han podido hacer.
Eurohoops recuerda y les presenta lo más destacado de la carrera de “Duda”, desde los momentos mágicos con el equipo nacional de Yugoslavia hasta los inolvidables recorridos con el Olympiacos y el Partizán.
Un pequeño triplete con el Partizan (1978-1979)
A pesar de que el Partizan atraviesa ahora uno de los peores períodos de su historia, en el pasado todo fue diferente. El antiguo orgullo del baloncesto serbio vivió unos momentos únicos, algunos de los cuales llevan la firma del inigualable Dusan Ivkovic.
En concreto, la temporada 1978-1979, “Duda”, que en aquel entonces tenía 35 años, mostró primeros signos de lo dotado que era al llevar a su equipo a un triplete, celebrando el campeonato, la copa y la Copa Korac, todo en pocas semanas.
Este primer éxito lo formó, en gran medida, como filósofo y gran maestro baloncestístico, a una edad muy temprana, añadiendo a su lista de logros una importante distinción y sentando las bases para el futuro despegue de su carrera.
La medalla de plata en los Juegos de Seúl (1988)
Dusan Ivkovic emprendió la difícil tarea de dirigir al equipo nacional de Yugoslavia poco después de la medalla de bronce en el Eurobasket de 1987 y los éxitos no tardaron en venir. El punto de partida fueron los Juegos de Seúl en 1988, donde los “Plavi” subieron al segundo peldaño del podio tras caer por 76 a 63 ante la Unión Soviética en la final.
Puede que el equipo estuviera repleto de jugadores talentosos como Petrovic, Kukoc, Divac, Radja, Vrankovic, Paspalj y otros, pero la presencia de Duda en el banquillo jugó un papel igualmente importante. La noche del 30 de septiembre de 1988 fue, esencialmente, sólo el comienzo de todo lo que iba a suceder en los próximos años a nivel internacional.
Dusan Ivkovic lleva a Yugoslavia a la cima de Europa (1989)
Lo que el equipo nacional de Yugoslavia no pudo hacer en el Eurobasket de Atenas y en los Juegos Olímpicos de Seúl, lo hizo ante Grecia en el Eurobasket de 1989. En la gran final que se celebró en Zagreb, el impresionante combinado de Dusan Ivkovic prevaleció sobre el equipo nacional griego y como resultado cosechó la tan codiciada medalla de oro.
El marcador final de 98-77 no permite la menor duda en cuanto a la superioridad de los “Plavi”, con Petrovic (28 puntos) y Divac (25 puntos) teniendo una noche increíble contra un sospechoso habitual, Nikos Galis (30 puntos), sino también Panagiotis Fasoulas (22 puntos).
Vale la pena señalar que Yugoslavia ganó una medalla por tercer verano consecutivo (1987, 1988, 1989), mientras que el paso de Dusan Ivkovic por el banquillo de la selección balcánica ya se consideraba absolutamente exitoso.
El primer oro mundial de Duda (1990)
Después de llegar a la cima, Dusan Ivkovic y sus jugadores se enfrentaban a otro desafío. Para mantenerse en el escalón más alto del podio y de hecho en una competición que fue más difícil, el Mundobasket.
La única derrota frente a Puerto Rico no fue suficiente para detener la asombrosa carrera de los yugoslavos, que superaron el obstáculo de Estados Unidos (99-91) en la semifinal y luego completaron su triunfo contra la Unión Soviética (90-75) dos días después.
Ahora, el nombre de Duda se hizo sinónimo de los logros de la selección nacional, que, a excepción del Dream Team de 1992, era sin par en cuanto al talento de su plantilla.
Sin par en el Eurobasket de Italia (1991)
¡Demostración de fuerza! ¿Cómo podría ser descrita de otra forma la presencia de Yugoslavia en el Eurobasket de Italia, donde el conjunto de Dusan Ivkovic tenía un balance de 5 victorias y 0 derrotas, imponiéndose fácilmente a la anfitriona por 88 a 73? Estar en la cima se había convertido en una rutina para los Plavi, que tenían a Dino Radja (23 puntos) y a Toni Kukoc (20 puntos) como sus grandes protagonistas en el partido por el oro.
También vale la pena señalar que, en este torneo en particular, Drazen Petrovic no estuvo presente. El traspaso a los Nets, pero sobre todo su pequeño alboroto con Divac por lo que pasó con un aficionado y la bandera croata no permitió que “Mozart” participara.
Por supuesto, una vez más, hay que reconocerle el mérito a Duda, que logró ganar dos medallas de oro en el Eurobasket y el Mundobasket y una medalla de plata en los Juegos Olímpicos en sus primeros cuatro veranos con la selección nacional. ¡Nada mal!
La medalla de oro en Atenas como guinda de la tarta (1995)
La cosecha de medallas por parte del combinado de Dusan Ivkovic continuó en el Eurobasket de Atenas, en el que Yugoslavia subió a la cima por tercera vez antes de que el académico del baloncesto serbio completara su trayectoria en la selección nacional.
Una vez más, los Plavi lograr ir hasta el final sin sufrir ni una sola derrota (9-0), mientras que el increíble Sasa Djordjevic merece una mención especial. Sus 41 puntos (2/3 tiros de campo, 9/12 triples, 10/ 12 tiros libres) siguen siendo, hasta el día de hoy, el récord absoluto del torneo y el mejor rendimiento en una final que será difícil de igualar o superar en el futuro.
“Sale”, sin embargo, no fue solo, ya que a su lado tenía grandes jugadores como Bodiroga, Danilovic, Paspalj y Divac. Cada uno de ellos aportó su granito de arena para escribir el epílogo ideal de un trayecto de siete años del gran entrenador.
El primer triplete lleva la firma de Ivkovic
El compromiso que Dusan Ivkovic había tenido con el equipo nacional durante todos esos años no le impidieron participar en el baloncesto a nivel de clubes. Es revelador el hecho de que el entrenador serbio llevó a PAOK a su segundo campeonato en su historia (1992), una vez más confirmando su capacidad única para llevar a los equipos a la cima.
¡Sin embargo, nada se puede comparar con el triplete del Olympiacos en la temporada 1996-1997! Por fin les tocó a los rojiblancos el momento de la codiciada distinción europea que fue alcanzada en la Final Four de Roma, mientras que en el interior del país el equipo de El Pireo ganó la copa y la liga ante el Apollon Patras y el AEK respectivamente.
Las dos partes concluyeron su colaboración dos años después, y a pesar de que no celebraron más títulos juntos, todo el mundo recuerda que la temporada más exitosa en la historia del Olympiacos llevó la firma de Duda.