Por Alex Madrid / info@eurohoops.net
Tras su lesión del cruzado, Sergio Llull ha estado mucho tiempo alejado de las canchas. La espera ha sido larga. Concretamente 258 días, 19 horas y 41 minutos. Suficiente como para haber echado de menos al que todavía es MVP de la ACB y de la Euroliga.
Pablo Laso le catalogó como “el mejor jugador de Europa” tras el tercer partido de la serie ante el Panathinaikos y, alguien así, se merece un homenaje. No ha sido sencillo hacer una selección, pero Eurohoops te trae los cinco mejores momentos del Aeroplano de Mahón en el Real Madrid.
5. Los NBA Global Games
Hace más de una década, Llull llegó al Real Madrid procedente del Ricoh Manresa. Tras 11 minutos con la camiseta blanca, Llull lograría su primer título: una liga ACB conquistada en el Palau. Unos pocos meses después, el Madrid jugaría, por primera vez en mucho tiempo, contra un equipo NBA: Toronto Raptors.
El Madrid no sólo se llevaría ese partido, sino que un jovencísimo Sergio Llull, que prácticamente no tenía protagonismo en el equipo, fue clave en la victoria. Su descaro, su velocidad y, sobre todo, sus 17 puntos comenzaron a llamar la atención.
Lo que ocurrió nueve años después de aquello, los madridistas lo recordarán mucho mejor. El equipo de Pablo Laso realizó una remontada extraordinaria ante los Thunder para terminar llevándose el partido en la prórroga. Una prórroga a la que se llegó tras otra genialidad de Llull que, con un triple sobre la bocina, regaló 5 minutos de baloncesto gratis al Palacio de los Deportes. El base terminaría el encuentro con 22 puntos y varias ‘mandarinas’ para cerrar el segundo, tercer y último cuarto.
4. Montepaschi de Siena, el inicio de las ‘mandarinas’
A estas alturas, todos conocemos lo que es una ‘mandarina’ gracias a Sergio Llull y, su origen, se remonta al 25 de febrero de 2010. El Madrid de Ettore Messina necesitaba ganar por 8 puntos al Montepaschi de Siena para quitarle el ‘basket-average’ al equipo italiano y, así, acercarse al primer puesto del grupo en el Top 16 de la Euroliga.
A falta de cinco segundos, cinco puntos arriba en el marcador, Sergio Llull asumiría la responsabilidad. El menorquín se escurriría, trataría de levantar el balón desde el triple y, a pesar de recibir la falta de Romain Sato, anotaría el triple.
3. MVP de la Copa del Rey de Vitoria
Nadie puede negar que la competición fetiche del “Increíble” Llull es la Copa del Rey. En la temporada 2011/2012, tras 19 años de sequía, el Madrid se llevaría el título en el Palau Sant Jordi. Supuso el primer título de la era Laso y el segundo en la carrera de Sergio Llull. Además, el internacional español fue nombrado MVP del torneo gracias a sus 23 puntos y 5 asistencias en la final.
Sin embargo, a pesar de que ese trofeo supuso un cambio en la tendencia, muy favorable al Barcelona en esa época, la agonía de la Copa del Rey de Vitoria le da un toque especial. Dos prórrogas llevaron al Real Madrid a la final, que ganaría al Valencia Basket por sólo dos puntos.
Aunque realizó un gran torneo, su actución en la final fue la que le valió el MVP. Llull terminó con 22 puntos, anotando los últimos 10 del equipo blanco.
2. La Fonteta, su pabellón talismán
Continuamos con su idilio con el Valencia Basket. Quizás tenga algo que ver que, su mejor ‘mandarina’, la metiera en una zona conocida por sus naranjas.
Sergio Llull ha ganado dos partidos en la Fuente de San Luis al límite. El primero, dejó al Real Madrid a una victoria de la final de la ACB en la que terminaría siendo la “temporada perfecta”. En un encuentro decidido en la prórroga, y con Nemanja Nedovic colgado de su muñeca, Llull clavó un triplazo con el que recuperaban el factor cancha y encarrilaban el título.
La otra victoria en la Fonteta fue menos decisiva, pero mucho más espectacular. En un partido que enfrentaba al primer y tercer clasificado de la ACB, Llull había conseguido empatar el partido a falta de 3.9 segundos con una gran bandeja.
Luke Sikma puso el balón en juego y encontró a Antoine Diot que, con una bomba daba la victoria al Valencia Basket. O eso parecía porque Llull, con una espectacular parábola desde 21 metros, congeló la grada de la Fuente de San Luis.