Por Alex Madrid / info@eurohoops.net
Luka Doncic entraba y salía del vestuario. Saludaba a sus familiares y volvía con el resto del equipo a festejar el título de liga. Una celebración con un regusto amargo. Era consciente de que vivía sus últimos momentos como madridista. Pero lo cierto es que, la mejor fiesta de despedida que te pueden brindar, es con el último trofeo de la temporada de por medio.
“Luka es el niño con más suerte que conozco. Todo lo que quiere, lo consigue” me decía Fabien Causeur. Y, por lo visto, el escolta francés no se refería solo a aquello que Doncic puede controlar. Poco más de 24 horas después era elegido en el Draft por la franquicia que más le quería. Y la que más le conviene.
Pese a haber sido un equipo de lotería, no hace mucho, los Dallas Mavericks fueron campeones de la NBA. Luka tenía 12 años y, desde el sofá de casa en su Liubliana natal, vería al equipo de Dirk Nowitzki ganar a su jugador favorito, LeBron James. Un Nowitzki que, en la que puede ser su última temporada como profesional, será el mejor mentor posible para Doncic.
La franquicia tejana tiene un plan. No navega a la deriva, tiene un rumbo fijo. Dallas representa la estabilidad y seguridad. Mark Cuban, su propietario, es un tipo peculiar. Sin embargo, en sus dieciocho años al frente de la franquicia, siempre se ha mostrado cercano a sus jugadores, como un padre protector.
Donnie Nelson, general manager de los Mavs, también lleva gran parte de su vida en Dallas. En 1998, durante su primer año en la franquicia, cuando todavía era asistente de GM, persuadió al equipo para que drafteara a un joven alemán que, con los años, se converitiría en el mejor jugador europeo de la historia. Nelson ha sido el gran valedor de Doncic en este draft y ha apostado fuerte por el MVP de la Euroliga.
A estas alturas, a nadie le ha extrañado que Deandre Ayton fuera número uno del draft. Lo que sí cuesta entender es que los Kings y los Hawks pasaran de un jugador que ha dominado una liga profesional tan exigente como la Euroliga. Solo se me ocurre una opción: miedo a perder el empleo. Los general manager de Sacramento y Atlanta –Vlade Divac y Travis Schlenk– llevan poco tiempo en el puesto y el riesgo de escoger un jugador europeo y que este no funcione es alto. En Dallas, Luka no tendrá que demostrar nada con urgencia y presión, podrá desenvolverse en un ambiente favorable.
Junto a Dennis Smith Jr, Doncic formará el ‘backcourt’ con más futuro de la liga. Los dos jugadores podrán repartirse responsabilidades sobre la pista, liberándose de la necesidad de crear juego individualmente de manera constante.
Con estas perspectivas, los Mavs podrían incluso competir desde ya mismo por entrar en playoffs. Previsiblemente, el cinco inicial estará conformado por Dennis Smith, Luka Doncic, Harrison Barnes, Dirk Nowitzki y un quinto jugador aún por descubrir. Podría ser Wesley Matthews, podría ser -déjenme ponerlo en duda- Nerlens Noel o, por qué no, un agente libre.
Dallas consiguió a Luka Doncic por Trae Young en un intercambio en el que Atlanta no fue capaz de incluir a Dennis Schröder o Kent Bazemore en el trato. Gracias a ello, los Mavericks tienen espacio suficiente para ofrecer un contrato máximo. Si consiguen hacerse con DeAndre Jordan o “Boogie” Cousins quedará demostrado, una vez más, que Luka es el niño con más suerte que conozco.