Por Kostas Giataganas/ info@eurohoops.net
Rusia, China, Grecia y ahora España. En los últimos tres años, Chris Singleton lleva cambiando equipos, sin embargo, lo que queda invariable es su fiabilidad y, de hecho, a un nivel muy alto.
Para otros jugadores, todo podría ser una cuestión de acumular suficientes apariciones para algún bono o su contrato en sí, pero en el caso del ala-pívot que jugó en el Panathinaikos y ahora lo va a hacer con el Barcelona, apenas hay ausencias que uno pueda encontrar en su historial, en un momento en que la tensión en el baloncesto es más alta que nunca.
Eurohoops os va a documentar sobre el trayecto imparable del estadounidense, de 29 años, desde la NBA hasta el OAKA y el Palau, en el equipo que espera ayudar a regresar a la élite de la Euroliga.
Florida y la NBA
Nacido en Canton, Georgia, formó parte del programa baloncestístico de la Universidad de Florida (2008-2011), donde jugó en los Seminoles durante tres años, a las órdenes de Leonard Hamilton, el entrenador más victorioso de la institución.
En 2011, Singleton se consideró listo para la NBA y se inscribió en el draft, donde los Wizards lo seleccionaron en el número 18 y le abrieron la puerta al mundo mágico.
De 2011 a 2014, lució los colores de lo Wizards, donde contó 66 y 57 apariciones en los primeros dos años, promediando 4.6 y 4.1 puntos respectivamente, aunque su tercera temporada fue malísima, ya que se perdió los primeros dos meses debido a un metatarso fracturado de la pierna izquierda.
Como resultado, después de su regreso no pudo encontrar un lugar en la plantilla, y con solo 25 apariciones, al comienzo de la temporada 2014/2015 aterrizó en China y en los Jiangsu Dragons y luego en el G-. Liga con los Oklahoma City Blue, tomando la decisión de echar un vistazo a Europa también.
Berlín con Bartzokas y el Lokomotiv
En la temporada 2015/2016, el graduado de Florida State se presentó al baloncesto europeo a través de su colaboración con el Lokomotiv Kuban de Georgios Bartzokas, siendo uno de los principales protagonistas de un excelente espectáculo que el equipo ruso montó por toda Europa.
En su segunda aparición en la Euroliga, el Lokomotiv encontró la fórmula para crear uno de los equipos más competitivos del torneo y llegar hasta la Final Four de Berlín tras noquear al Barcelona, que fue entrenado por Xavi Pascual, su posterior entrenador en el Panathinaikos – con dos rompidos y un balance de 3-2 en los playoffs.
El estadounidense fue un protagonista de esa serie y MVP de la clasificación, con 16 puntos, 12 rebotes y 27 de valoración en el quinto y decisivo partidos en Krasnodar, una actuación que fue incluso mejor que la de su debut ante el Panathinaikos en Rusia, en el que sumó 16 puntos, 9 rebotes y 21 de valoración, mostrando, por primera vez, sus credenciales a Europa.