Por Aris Barkas/ barkas@eurohoops.net
La temporada eurocopera del ALBA Berlín ha sido admirable. Llegó a los cuartos de final con un récord de 12-4, la joven plantilla del club había llamado la atención de toda Europa. Sin embargo, nadie se sorprendió cuando el Unicaja Málaga consiguió una victoria a domicilio por 91-90 en el primer asalto de la serie. Por muy bueno que sea el ALBA, el Unicaja tiene una plantilla que es capaz de competir en la Euroliga. Por ello, la contundente réplica del ALBA en el Martín Carpena (101-81) dejó perpleja a la afición cajista.
Mientras que solo dos jugadores del ALBA, Stefan Peno con 10 partidos con el Barcelona Lassa y Niels Giffey con 24 en la temporada 2014-15, tienen algo de sabor de la máxima competición europeo, el Unicaja está lleno de jugadores que se han combinado para 36 temporadas euroligueras en total.
Solo Ryan Boatright y el joven base Jaime Fernández aún no han jugado en la Euroliga. Además, el conjunto malagueño ganó la Eurocup en 2017 sin tener el factor cancha en ninguna serie.
El pívot georgiano Georgi Shermandini ha ganado la Euroliga con Panathinaikos y el Olympiacos, al igual que Dani Diez y Carlos Suárez con el Real Madrid.
Si hay un equipo en el torneo que conoce lo que es remontar una serie, este es el Unicaja. Después de todo, el equipo remontó una desventaja de 21 puntos para aturdir al ALBA en el primer asalto, demostrando que es hueso duro de roer y que sabe aguantar.
En comparación, los jugadores del UNICS Kazán se han combinado para 13 temporadas euroligueras, la plantilla del Lokomotiv Kuban tiene 23 temporadas en total, el Morabanc Andorra solo nueve y el número de LDLC ASVEL Villeurbanne es 21, principalmente gracias a Mantas Kalnietis quien tiene 11 temporadas en su haber. Incluso el Valencia Basket, que ya ha se ha clasificado, tiene una plantilla con una experiencia de 28 temporadas.
En pocas palabras, al menos en teoría, esta temporada no hay equipo en la 7DAYS Eurocup que parezca más listo para la Euroliga que el Unicaja Málaga. Sin embargo, como se ha demostrado una y otra vez en los deportes, los números y la tradición pierden cualquier sentido tras el salto inicial de un partido. Dicho esto, el partido a vida o muerte entre los berlineses y los malagueños no se debe perder para nada.