Por Nikos Varlas/ varlas@eurohoops.net
El Eurohoops ha escogido a tres jugadores de cada equipo de la Final Four cuya aportación se considera crucial respecto a cómo les saldrá a sus equipos la fase final de Madrid y se los presenta en 12 partes diferentes. Se “desfilarán” uno por uno y nos centraremos en su función y las razones por las que son importantes.
¿Por qué es un catalizador?
¡Es simple! El Real Madrid no puede ser indiferente a un juego duro en defensa tratando de presionar el balón, pero siguen siendo un equipo que se basa más en un juego de alto tempo, la transición, la velocidad que es característica de su juego de cinco contra cinco y el talento individual de sus jugadores. Bueno, Rudy Fernández es el jugador más carismático en cuanto a la ejecución, por lo tanto, una de las llaves más grandes!
Su actuación en ataque afecta directamente a los blancos y no es por casualidad que durante sus “erupciones” los merengues suelen hacer tirones y sentenciar partidos. Si en la Final Four Rudy alcanza sus promedios o los supera, el Real estará más cerca de su primer título europeo desde 1995.
Es el jugador que, si el equipo se queda atascado en la parte ofensiva, puede crear y terminar jugadas de aclarado, algo que es crucial y que obliga a la defensa ajustarse apropiadamente abriendo pasos a sus compañeros de equipo. Últimamente sus números en promedio han algo bajado, pero eso no predetermina nada con vistas al gran evento.
Su papel
Este también será su papel en la Final Four. ¿Cuál será la gran apuesta? Establecer la diferencia e inclinar la balanza a favor del Real en áreas cruciales, cuando en juego está la calificación a la final y el título de la Euroliga. La verdad es que en la final contra el Olympiacos y el Maccabi en Londres y Milán, respectivamente, tenía buenos momentos (21 puntos con 5/13 tiros y 3 asistencias en 2013, y 15 puntos con 4/11 tiros, 8 rebotes y 4 asistencias en 2014), pero sus números en promedio eran inferior a lo habitual y sin impactar cuando el balón estaba caliente.
Lo importante para él es convertirse en un auténtico líder para empujar al Real al título. Esto es lo que todo el mundo espera de Rudy, esto es a lo que indican su clase y su calidad.
Vehemencia
No tiene una personalidad fácil, no es el oponente más agradable o el compañero de equipo más alegre en el vestuario. Todo el mundo lo sabe. En la final ante el Olympiacos en 2013, y mientras que todo se había decidido, el partido se aproximaba a su final, el delantero español no pudo controlar sus emociones. Con una desventaja de dobles dígitos él cometió dos faltas duras consecutivas, una de ellas en forma enfática sobre el líder del equipo griego, Vasilis Spanoulis. La actitud de Rudy no era exactamente lo que llamaríamos un juego limpio o saber perder. Los dos también tuvieron una refriega en la serie de playoffs del año pasado, tras una falta de Fernández sobre el base griego.